Capítulo 7

2.5K 215 17
                                    

¿Qué acaba de pasar?

El auto ha empezado a dar marcha, no he dicho nada y no quiero verlo a los ojos porque estoy casi por echarme a llorar.

Él no es un delincuente.

Muerdo mi labio inferior y lo veo por un segundo. No quita su mirada azul de mí. ¿Está enfadado? Mierda, debería de imaginarlo, acaban de intentar engañarlo, por supuesto que tiene que estar enfadado.

—¿Estás bien?—Le pregunto tocando su mano.

—Ahora sí—Responde llevando mi mano a su boca y me da un beso.

—¿Ha ido todo bien en la junta?—Debo hacer la pregunta para disimular un poco lo que acabo de descubrir.

—Más le vale que sí—Demanda recordando la mirada que el ruso me dedicó amenazando.

—¿No será tu socio?

—No quiero hablar de eso ahora—Me atrae más hacia él y acuna su cara en mi cuello para lamerlo.

—Aleksei—Ahogo sintiendo el calor apoderándose de todo mi cuerpo.

—Cielo—continúa ahora llevando una de sus manos a mis pechos y masajeándolos.

—Aleksei.

—Cielo.

—Detente, Erwan puede escucharnos.

Se aparta gruñendo, aprieta un botón—Erwan, no dejes de conducir hasta que yo te diga— aprieta otro botón y de inmediato un oscuro vidrio nos divide del área del conductor.

—Ahora no podrá escucharnos... ni vernos.

Su tono gris me desnuda con la mirada y de inmediato ataco sus labios con vehemencia. No me importa si le estoy haciendo daño desvistiendo su perfecto traje, quiero sentirlo y quiero que me sienta ahora que he descubierto algo muy importante de él.

—Tómame—Le ordeno—Tómame, por favor.

Me saca mis pantalones y desabrocha mi camisa para liberar mis pechos que lo cubre el modelito de encaje que ha comprado para mí.

—Podría morir en este momento y sería el hombre más feliz del mundo.

—No hables de muerte—Lo reprendo seria—Hazme el amor y olvídate del mundo, de lo que pasó allá arriba, de lo que puede llegar a pasar, solamente adórame.

—Cielo—me agarra la cara para que vea el tono que más me gusta en sus ojos—Nada va a pasar, de eso me voy a encargar yo.

Lo beso y me aparta para escuchar lo que tanto me gusta—Haz tu trabajo.

Le ayudo a bajarle los pantalones y me subo a horcajadas sobre él, está tan duro que me dan ganas de llorar y yo estoy tan húmeda que con un pequeño roce suyo puedo gritar su nombre complacida.

Me levanto y voy resbalándome poco a poco hasta que lo tengo todo dentro de mí y muerdo fuerte mi labio inferior.

Lleva sus manos a mis caderas y empieza a ordenarme que me mueva.

Empiezo a deslizarme de atrás hacia adelante, entonces lleva sus manos hasta mis pechos, su boca en mis pezones para morderlos y templarlos hasta sentir dolor.

Se mete un duro pezón a la boca y empieza a hacerle el amor, mientras yo dejo caer mi cabeza hacia atrás y sigo moviéndome a paso lento y preciso.

Mis movimientos han dejado de ser lentos y me veo saltando sobre su duro pene a punto de correrme.

—Aleksei —susurro—. ¡Oh, Dios, por favor!

—¿Por favor qué, Cielo? —Pregunta con una sonrisa, sabe que le estoy pidiendo que me ordene que me corra, no puedo soportar más estar sobre él aunque quisiera estar aquí siempre.

La Profesional  (Libro 2) (Ya en Físico y Audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora