Capítulo 25

1.8K 162 13
                                    

La primera semana fue demasiado lenta. En todos esos días si tres veces hablé con Aleksei sin discutir en dónde estaba y con quién fue mucho. Tenía que decirle que estaba de compras, en el parque o en cualquier otro lugar menos en la oficina. Sus llamadas siempre eran por la mañana, por lo que tenía que mentirte sobre mi rutina.

Tampoco había regresado al Montreal, ni hablar, le había dado órdenes a Enzo que no me dejara cantar. ¿Y cómo podían impedírmelo? Pues desconectando todo el equipo. Me di por vencida y solamente iba por las noches a tomarme unas copas con Destiny y Dorian, éste último seguía viéndome con recelo cada vez que me llevaba una copa a la boca.

No sé qué problema había con él últimamente, pero después del incidente en la bañera, parece que mi amigo pensaba que era una suicida.

—¿Ustedes dos están bien?—le pregunto a Destiny mientras me sirve el segundo trago de la noche.

—Supongo que sí—Se encoge de hombros y se cerciora que Dorian no nos vea hablar de él—Pero ya veremos, acepto su bisexualidad pero no acepto en que un psicópata viva con ustedes en el mismo edificio.

Lo que me lleva a pensar en ello. No he visto a Jesse, tampoco Dorian lo ha mencionado.

He estado tan ocupada en otras cosas que me he olvidado por completo de mi mejor amigo. Tendré que recompensarlo.

—Iré al baño—le aviso a Destiny—sírveme otra mientras tanto.

Dorian ve que me dirijo al baño y no dice nada.

Cuando llego al tocador, decido llamar a Aleksei, pero de nuevo sigue sin responder, entonces me decido por dejarle un mensaje.

Espero que tengas una buena excusa para que me tengas tan olvidada, camaleón.

Lavo mis manos y escucho que mi teléfono suena dentro de mi pantalón.

Aleksei.

—¿Dónde estás?—Es lo primero que dice del otro lado.

—Hola para ti también, Cielo—me burlo.

—Responde, Elaine.

—Estoy en el Montreal.

—¿Y qué haces ahí?

—Tomando una copa como la gente normal ¿Algún problema?

—¿Estás ebria?

—No—me rio—¿Por qué estás tan enfadado?

—Estoy enfadado porque te dije que no te quería ver en el Montreal sin mí, Elaine. ¿Cuándo harás lo que se te ordena?

—¿Cuándo dejarás de ser tan irracional?

—No me provoques, Elaine.

—¿Qué no te provoque?—Digo ofendida—Tengo una maldita semana de no verte, no me llamas, no sé nada de ti y solamente me llamas para preguntarme dónde y con quién estoy.

¡Ah! Y no solamente eso, me das órdenes de que no salga de la casa. ¡Dame un respiro, ruso!

—¡Elaine!—Me gruñe furioso, aunque daría todo por ver ese tono azul de cerca—¡No me provoques, mujer!

—¡La madre que te parió, Aleksei!

Corto la llamada y salgo del baño para terminar mi trago. No voy a permitir que me jorobe la noche, quién sabe lo que esté haciendo él y con quién, yo no puedo preguntarle, no se me ha dado permiso para hacerlo. Ahora que se aguante de lo que haga yo.

Tomo mi trago y cuando estoy por terminarlo, Dorian me lo arrebata de las manos.

—Suficiente por hoy, Elaine.

—Pero si no he tomado más de dos.

—Con eso tienes.

—¿Qué sucede contigo?—Lo aniquilo con la mirada y llamo la atención de Destiny—Actúas como si tuviese un problema con la bebida.

—Te llevaré a casa.

—No hace falta—tomo mi bolso y me bajo del taburete—¡Tengo pies!

Ahora los dos hombres que más quiero en esta vida actúan como si fuesen mis jodidos padres. Hazme el favor. ¿No puede una chica tomarse un par de copas mientras su novio está fuera?

Maldigo para mis adentros.

Tomo un taxi y en menos de lo que puedo parpadear ya estoy en el apartamento. Veo mi anillo y por más que quiera esconderlo, amo llevarlo, aunque sea sólo por las noches y cuando estoy con él en el día.

Después de subir las escaleras a paso lento. Veo que en la puerta hay otra botella de champagne.

Ni siquiera voy a abrirla, no vaya a ser que mi amigo me eche de nuevo el sermón, además, la última vez que me tomé una copa—Porque eso fue, una copa—no me sentí bien después.

—Hola, Elaine—me saluda Jesse tomándome por sorpresa, hacía mucho que no le veía y ya me hacía falta ver su hermoso cabello rubio—¿Podemos hablar?

—Por supuesto Jesse, no tienes que preguntarlo.

—¿Esa es una Cristal?—Pregunta, cuando ve que sostengo la botella contra mi pecho.

—Sí que lo es.

—Nunca la he probado—dice sonriéndome.

—Bueno, te invito a una copa y mientras me platicas qué es eso de lo que quieres hablar.

Al entrar al apartamento, busco dos copas y le sirvo una a Jesse y una a mí, solamente me sirvo la mitad, no quiero que me pase lo de la última vez.

—Dime, Jesse ¿Qué sucede?

—Quería disculparme por lo de la otra vez.

—Ya.

—Sé que actué como un lunático, pero la verdad es que desde que conocí a Dorian, nada ha sido normal para mí.

—Sé de eso, yo también estoy enamorada—Recuerdo a mi ruso que debe de estar volviéndose loco después de esa llamada.

—Hace mucho tiempo que no lo veo por acá.

—Está de viaje por un par de días.

—¿Confías mucho en él? Digo, no ha de ser fácil tener una relación con alguien tan importante y dejarle ir así en viajes de negocios.

No sé a dónde quiere ir, pero donde está yendo mi cabeza no me gusta.

—Bueno, bien dicen por ahí el dicho gastado, que sin confianza no hay nada, supongo que confiamos lo suficiente.

—Algo que definitivamente no hago yo—Admite llevando su copa a la boca y tomándola de un solo sorbo—Pero, quizás es mejor así. No puedo aceptar su doble estilo de vida, no me gusta compartir.

—Si es lo que deseas, aférrate a ello, Jesse. Nadie está obligado a aceptar algo como eso.

—Creo que necesitaré otra de éstas—Expresa levantando su copa.

—Adelante—Empiezo a sentirme un poco mareada por los tragos del bar y ahora la copa, así que me dejo caer en el sofá.

Siento que Jesse regresa a mí y recupera mi copa antes de que caiga al suelo.

La Profesional  (Libro 2) (Ya en Físico y Audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora