El sultán y la sultana Hurrem fueron bendecidos con dos niños en un solo embarazo,una bendición para algunos y un castigo hacia la sultana para otros.
Un príncipe que nació con un joroba que le impedirá conseguír el amor y un lugar como candidato en...
El rumor sobre Anstacia en los aposentos de la Sultana llegó rápidamente a oídos de Nurbanu,quien tenía un sentimiento agridulce respecto al tema. Por un lado la Sultana había llamado a otra mujer a sus aposentos ¿Acaso ella y su hijo no eran suficientes?, Pero por otro lado,según decían,la Sultana había corrido a la criada antes de la media noche y está regreso llorando al Harem.
Tal vez la recordó a ella y su hijo y por eso decidió echarla,o tal vez solo porque le desagrado la muchacha. No importaba el motivo,no por ahora. Solo el echo de que ahora no tendría que preocuparse por la competencia". Aún así tenía deseos de saber quién era la resbalosa que se había metido a los aposentos de su Sultana.
Con paso elegantes Nurbanu entro hacía el Harem. Después de no haber venido en mucho tiempo debía mostrarle a sus compañeras que seguía igual de fuerte que el primer día.
No debía ser un genio para darse cuenta quien había sido la resbalosa que intento meterse en la cama de su Sultana. Todas las mujeres estaban sentadas en círculo con una sola joven en el medio a la cual bombardeaban con preguntas.
-Buenos días muchachas-dijo Nurbanu tratando de llamar la atención de todas.
-Nurbanu,hace tiempo que no te venimos por el Harem-
-No me sentía bien. Pero ya me recupere para poder viajar junto a mi Sultana a su provincia -dijo tratando de no mostrar el nerviosismo que sentía al hablar del tema
-Pues al parecer alguien ya te ha quitado ese puesto - dijo una joven con un sonrisa maliciosa
-Asi es, Anastasia ha pasado la noche con la Sultana y ahora es una favorita como tú y Aysun -
Nurbanu pudo ver cómo una joven de cabellos negros se removía incómoda por la mención de su nuevo puesto. Y lo cierto era que Anastasia se sentía totalmente intimidada con la presencia de Nurbanu. ¿Quien era ella comparada con tan bella flor?.
-¿Así que tú eres la famosa Anastasia,eh?-dijo mirando con desinterés,cómo si lo que estuviera viendo fuera la cosa más simple del mundo.
-Asi es,un gusto - dijo la pelinegra tratando de verse amable.
Justo antes de que Nurbanu logrará a decir otra palabra Sumbul aga llegó llevándose a todas las criadas a realizar sus tareas, dejándola así a ambas en un silencio incómodo.
-Te voy a decir algo y espero se te meta en la cabeza -dijo Nurbanu sin rodeo alguno.
-Sospecho que tiene algo que ver con la Sultana -dijo Anastacia mientras se ponía de pie y se paraba firme.
-Al parecer sabes pensar -dijo Nurbanu con gracia- Quiero que te quede claro que la Sultana solo tiene lugar para una en su corazón. Y ese espacio ya está ocupado por mi -
-No me importa ser parte del corazón de la Sultana. No me importa si ella te ama a ti,a Aysun o a mi-escupio con odio,pues ella no estaba dispuesta a sufrir por la atención de alguien.
Todas sueñan con una vida de Sultana. Ropa bonita, joyería cara, exquisitas comidas,etc. Pero para conseguirlo se debe pasar por un duro camino,un camino por el cual Nurbanu estaba dispuesta a pasar y por el cual Anastasia se negaba rotundamente. Pero no todo siempre es como esperamos. Las estaciones cambian al igual que el clima.
Por otra parte del castillo,una joven de cabellos color chocolate lloraba desconsoladamente. El saber que la Sultana había metido a una mujer a sus aposentos la destrozaba por completo.
No importaba si la mujer había abandonado los aposentos a media noche. Aún así le dolía ,y mucho. Aún así Aysun se levantó del frío suelo para luego dirigirse al espejo donde tenía algunas de sus cosas para el arreglo personal.
La Sultana Mahidevran... Ella no quería ser Mahidevran en la vida de la Sultana. Ella quería ser la Sultana Hurrem,la que tenía el amor y el aprecio del Sultán. Y para lograr eso no podía quedarse Llorando todo el día ,debía ir y demostrar quien era.
Después de arreglar su cabello, limpiar su rostro y echarse un poco de su perfume favorito,Salió decidida hacía los aposentos de su Sultana.Aún pensando en que decir,pero sabiendo bien lo que quería.
Cuando ya estuvo dentro puedo ver que Humasha se encuentraba en el balcón mirando hacia la nada,pero tal vez pensando en todo.
Tratando de hacer el mayor silencio posible se hacerco por atrás y la abrazo por la espalda.
-Con tan solo sentir el olor de tu perfume puedo saber que eres tu-dijo la Sultana mientras se daba la vuelta para poder abrazar a la joven.
- Pensé que tal vez podríamos desayunar juntas -dijo Aysun con una tierna sonrisa.
La Sultana pudo ver que sus ojos estaban un poco rojos al igual que su nariz, podría imaginar la razón del porque había estado llorando.
-Me parece bien. Supongo que escuchaste lo de la criada en mi cuarto -dijo la Sultana mientras se dirigia hacia la mesa.
-Algo escuché.¿Quiere que pida la comida?-dijo tratando de cambiar de tema
Por supuesto que no era algo de lo que quería hablar,pero aún así le daba curiosidad la razón del por qué la Sultana había hablado sobre eso.
-La comida ya la pedí, gracias -sabia bien que Aysun no quería hablar del tema. Así que prefiero respetarla y hablarle de otra cosa.
-ven luna mía, siéntate a mi lado -dijo dándole palmadas al almohadón a su lado.
Sumisa,como siempre, Aysun tomo asiento y miro a la Sultana. Trató de buscar algún rastro de amor en sus ojos,pero no sabía bien que era lo que expresaba la mirada de la Sultana.
-Sultan ¿Puedo hacerle una pregunta?-dijo nerviosa
- La que quieras -
-Usted ... ¿Me quiere?- aún que la pregunta sonaba algo tonta era algo que Aysun necesitaba saber con locura.
-¿Quererte? Por supuesto que te quiero. ¿Cómo podría vivir sin ver la belleza de la luna? Derrumbaría palacios y lucharia en miles de guerras por tan solo recibir una mirada de tus deslumbrantes ojos -
Con cada palabra que ella daba, Aysun podia sentir que el corazón se le saldría en cualquier momento. La ilusión se adentro en lo más profundo de su corazón.Como si fuera la primera vez, Aysun pudo sentir mariposas en el estómago al sentir los cálidos labios de la Sultana sobre los suyos.
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