Capítulo 18.

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Pov Avery.

Aunque los días fueron bastantes largos, llenos de mucho trabajo y ajetreo, al fin era sábado, la cena con Mason y con el chico con el que estaba saliendo, fue magnífica, pues Ryan era un encanto y al parecer todo marchaba superbién entre ambos, tenía que admitir que estaba bastante muy nerviosa por la cena en casa de mis abuelos, la mañana se había pasado bastante rápido, mire en mi closet mientras escogía que ponerme, mi celular sonó, mire el contacto de mi mejor amiga Aria.

—¿Estás lista para esta noche? —cuestiono ella con un tono de curiosidad.

—No sé qué ponerme —confesé con un suspiro; —necesito tu ayuda Aria —añadí con una sonrisa de malicia para mí.

—Deberías ponerte el vestido negro de mi compromiso, te queda hermoso —comento, cosa que me hizo poner a pensar, pues solo me había puesto una vez ese vestido, para la fiesta de compromiso de Aria.

—Tienes razón, debo alistarme —espeté un poco apurada; —al rato te llamo para contarte como me fue con lo de la cena —añadí colgando la llamada.

Tome el vestido de mi closet y lo coloque sobre la cama, respire levemente mientras miraba qué zapatos ponerme, opte por unas plataformas del mismo color del vestido muy cómodas, me duche mientras escuchaba música a todo volumen, luego de terminar me vestí mientras buscaba qué joyas ponerme, me termine de secar el cabello y me mire en el espejo, realmente me veía bien, mire la pulsera que me había regalado Nicholas en mi cumpleaños colgando en mi mano.

Luego de unos minutos mire por mi ventana, el cielo estaba oscuro, el frío se coló haciéndome estremecer un poco, no faltaba mucho para que Nicholas llegara por mí por lo que estaba hecha un manojo de nervios, mis padres lo conocerían hoy y aunque admito que no me gustaba la idea de involucrar a mis padres y menos a mis abuelos, debía hacerlo porque ya habían salido las fotos, no podía hacer quedar mal a Nicholas, menos en estos momentos.

Unos golpes a la puerta hicieron que saliera de mi pequeño trance, camine hasta esta y la abrí dejando ver a un Nicholas bastante atractivo, lucia un traje bastante formal, pero a la misma vez relajado y ni mencionar su olor, la colonia podía olerse a kilómetros, me brindo una amplia sonrisa mientras yo solo le devolví el gesto con un beso en la mejilla.

—Te ves preciosa Avery —comento mirando mi vestido; —por cierto son para ti, lamento el detalle tan sencillo —añadió extendiendo un ramo de rosas en su mano.

—Muchas gracias, están hermosas —asentí un poco sonrojada; —¿vamos? —cuestione tomando el ramo, lo dejé sobre la mesa del pasillo mientras me ponía la gabardina.

Él solo asintió sutilmente, tome mi bolso y cerré la puerta tras de mí, bajamos por el elevador en un silencio bastante cómodo, caminamos hasta el auto y Nicholas abrió la puerta del copiloto para que yo subiera, solo pude agradecerle mientras veía como él se acomodaba su corbata para subirse al auto, él entró y emprendimos camino, el aire entro haciéndome estremecer un poco, era una noche bastante fría, no duramos más de quince minutos en llegar, pues los abuelos vivían muy cerca de donde vivía yo, aparcamos en la entrada y Nick bajo para abrirme la puerta, tomo mi mano y entrelazo esta, me dio un poco de ternura ver ese gesto en él, Nicholas era tan distinto a Dorian, era todo lo contrario al idiota de mi exnovio.

En la entrada estaba mamá esperándonos, por lo que al vernos emboscó una amplia sonrisa en forma de saludo para ambos, Nicholas hizo una pequeña reverencia por lo que mi madre quedo bastante asombrada, cosa que le hizo un poco de gracia.

—Sra. Huddon, es un placer conocerla —espeto Nicholas con una sonrisa besando su mano.

—El gusto es mío —asintió mamá devolviendo el gesto;—Avery me ha hablado maravillas de ti —confeso con una sonrisa de picardía, yo solo mordí mi labio.

TENTANDO AL MAGNATE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora