Capítulo 3.

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Tapé mi boca de vergüenza, en realidad no fue por haberme tropezado ni por regar mi batido sobre mi blusa, sino por la persona con quien tontamente había chocado, abrí mis ojos al ver a Nicholas Remington a unos centímetros de mí, él solo me miro unos segundos minuciosamente antes de siquiera articular una sola palabra por lo que yo solo me mantuve parada sin mover un solo músculo por los nervios que tenía.

—Srta. Huddson —asintió mirándome la blusa; —veo que ya tiene la manía de chocar contra mí cuando nos encontramos —enarco una ceja con un tono de diversión.

—Lo lamento mucho, no vi que usted estaba por aquí Sr. Remington —mordí mi mejilla, mientras que Aria me daba un codazo de complicidad.

—¿De dónde sabe mi apellido? —me cuestiono curioso; —supongo que debe leer mucho las revistas sociales —un leve asentimiento salió de su cabeza.

—No mucho, pero si lo he visto en algunas portadas de las revistas con la que mi compañía trabaja —mentí descaradamente; —supongo que es una persona bastante conocida —añadí mientras lo mire unos segundos antes de acomodar mi cabello tras mi espalda.

—Tiene usted mucha razón Srta. Huddson, si me disculpa debo irme porque tengo una reunión familiar —murmuró mirándome antes de marcharse.

Una bocanada de aire salió de mi boca mientras abanique mi rostro con mis manos, en verdad estaba tratando de no colapsar y decir algo estúpido delante de Nicholas, Aria comenzó a reírse de mí porque tenía mi rostro rojo como un tomate, siempre he sido una chica bastante seria, pero vamos ante un adonis como lo es Nicholas Remington no podía serlo.

—Quien te viera botando la baba por ese bombón de Nicholas —bromeó riendo; —tengo que traer servilletas la próxima vez —sonrió sacando la lengua.

—¡Basta Aria! —exclamé riendo aún nerviosa; —eres una tonta —negué, la miré, sería intentando hacerle cosquillas en su estómago.

—Avery muere de amor por Nicholas Remington —murmuró en mi oído por lo que la mire un poco incómoda; —tengo una idea —sonrió ampliamente frotando sus manos.

—¿Qué estás pensando hacer Aria? —cuestione mirándola con nervios, su cabeza podía ser un poco retorcida a veces.

—No te voy a decir nada, es una sorpresa de cumpleaños para ti —me miro con una sonrisa algo diabólica.

—Espero que no creas hacer ninguna tontería, te conozco muy bien y sabes que no pienso pasar por alto, que me quieras hacer alguna broma menos después de la última vez —la miré bastante seria, no pensaba terminar pagando los platos rotos por las tonterías de mi mejor amiga.

—No es nada malo, Ava, verás que estarás agradecida conmigo, mi regalo será el que más te guste de todos en tu fiesta —confesó con cierto misterio en su voz.

—Confiaré en ti, espero que no vayas a hacer una tontería —la señale acusándola; —no quiero tener que lidiar con las consecuencias de tus acciones —suspire con mi mirada hacia el cielo.

—No seas tonta, sabes que nunca haría algo que te perjudique —me miro molesta; —eres mi mejor amiga y jamás te haría daño —bufo dándome la espalda.

—Lo sé, solo es que no quiero parecer una tonta delante de Nicholas como en la gala —la mire un poco inquieta.

—No parecerás una tonta delante de él —espetó mirándome molesta.

—Ojalá no vuelva a tropezar con él —negué sonriendo; —lo lamento, no quise hacerte sentir mal Ari, te conozco y créeme que no quiero salvar tu trasero nuevamente o el mío —solté un suspiro recordando todo lo que he tenido que hacer por ella cuando le da por hacer sus locuras.

TENTANDO AL MAGNATE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora