Capítulo 4.

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Para mi mala suerte el pesado de Dorian quien estaba parado frente a mí con una amplia sonrisa en su rostro, lo miré unos segundos antes de fruncir el ceño molesta, lo único que faltaba era tener que lidiar con este idiota el día de hoy, solté un bostezo falso y enarque una ceja mirándolo atenta, Mason y Aria solo lo miraban con desprecio.

—¿Acaso ya no te acuerdas de mí, cariño? —cuestiono Dorian mirándome mientras que la música retumbaba en todo el lugar.

—No, porque si no estoy mal terminamos hace mucho —lo mire sería mientras miraba mis uñas; —te voy a pedir el favor de que te alejes de mí de una vez por todas, Dorian —agache mi vista cruzando mis brazos.

—Si terminamos, pero aún te amo Avery —asintió agachando su cabeza; —sé que podemos volver a ser la pareja que éramos —levantó su mirada intentando tomar uno de mis brazos.

—Ya es muy tarde —lo mire con odio, zafándome su agarre; —lo de nosotros se acabó para siempre y no me interesa volver contigo nunca más; —asegure soltando una risa; —para ser sincera, ya no siento nada por ti —sonreí ampliamente para mí misma.

—Déjame explicar qué fue lo que pasó Avery, por favor —me miró con un tono de súplica en su voz —necesito que vuelvas conmigo —intento agarra mi brazo, pero esquive su agarre.

—Por mí te puedes ir al mismísimo demonio Dorian, aléjate de mí y déjame en paz —le brinde una mirada de odio; —estoy con alguien y no creo que le agrade verte aquí —lo mire desafiante antes de curvar mis labios en una fina línea.

—Deja de mentir Avery, sé que no estás con nadie —negó riendo cínicamente; —tú y yo sabemos que no puedes olvidarme tan fácil —enarco una ceja bastante curioso.

—¿Por qué no me dejas en paz? —cuestione irritada; —por cierto, si tengo novio, aunque no es tu problema con quien esté o no —asegure molesta.

—Sabes muy bien que no estás saliendo con nadie —me miró con burla, cosa que me dio más ira aún.

Parpadee un par de veces y mordí mi mejilla exasperada, tenía que hacer algo para quitarme de encima a Dorian para siempre, en ese instante Dios escuchó mis súplicas y la figura de Nicholas apareció frente a nosotros acompañado de dos chicos los cuales venían en dirección a una mesa cerca cercana a la de nosotros, mi mente solo maquinaba en que podía hacer para mandar al imbécil de Dorian al demonio.

Al percatarme de que él estaba parado sin notar mi presencia me puse un poco nerviosa, mire al idiota de Dorian el cual tenía una risa de burla en su rostro, enarque una ceja mientras empuñaba mis uñas en la palma de mi mano, la situación se estaba saliendo de mis manos y no sabía lo que debía hacer, la situación tenía que ser manejada de la mejor manera posible.

—¿Entonces quién es tu novio? —cuestionó el idiota de Dorian con una risilla, mirándome fijamente, mientras que yo solo podía mirar a Aria y a Mason.

—Mi novio no ha llegado, mejor vete antes de que llegue y te parta hasta la madre —enarque una ceja con la voz bastante segura; —lo que menos quiero es tener problemas con él por tu culpa, Dorian —lo mire un poco esquiva.

—¿Por qué mejor no admites que ese novio tuyo no existe y hablas conmigo como una persona madura? —cuestiono con una sonrisa de burla en su rostro.

—Déjame en paz de una maldita vez —suspiré antes de que él tomara mi brazo y comenzara a sacudirme de un lado a otro mientras yo me quejaba del dolor.

—Llama al maldito con el que estás saliendo y dile que venga si en verdad existe —chasqueo su lengua con reproche; —sabes que no es verdad que tienes novio —su mirada de ira hizo que me diera un poco de nervios.

TENTANDO AL MAGNATE©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora