capítulo veintiocho
joven prometedora$$
Isadora Windsor era una joven prometedora. Sangraba oro en lugar de sangre o pirita, y sus huesos estaban tallados en diamantes, no en tejido conjuntivo o cuarzo. Metafóricamente, claro.
No sólo eso, sino que tenía algo especial que otros se esforzaban por obtener. Siempre había sido así (ya sabes, antes de que todo se fuera a la mierda). Suponía que podía agradecérselo a las clases de etiqueta a las que la apuntó su padre cuando estaba en el instituto. Sí, has oído bien... Clases de etiqueta. Confía en ella, sabía cómo sonaba, pero su padre siempre había sido... Prepotente, supuso que era una buena manera de describir al insufrible hombre. Así que las clases de etiqueta eran otra de sus formas de controlar a la niña. No importaba si Izzy Windsor, de once años, quería montar casitas para sus muñecas o dibujar sus personajes de cine favoritos, tenía que aprender a ser una señorita como Dios manda según su padre.
La niña recordó brevemente a su madre intentando impedir que aquel hombre dictara toda la joven vida de la niña, pero aquello sólo acabó en pelea. Así que Julia se conformó con recoger a Izzy de las clases o no llevarla en absoluto para que las dos pudieran irse a pasar el día haciendo algo que no implicara enseñar a una niña a crecer. Y la idea de diversión de Julia era llevar a su hija a la playa a pasar el día. Izzy odiaba eso porque su madre siempre intentaba que la niña se metiera en el agua, pero Izzy se quedaba allí de pie, haciendo pucheros y sacudiendo la cabeza porque el agua estaba fría, mojada y daba miedo, y ella no hacía ninguna de esas cosas.
Izzy circa ahora deseaba haberse aguantado y haberse metido en el agua.
Pero Izzy circa entonces no pensaba de la misma manera. Porque Izzy Windsor en el pasado era una joven prometedora. Eso es lo que sus profesores le enseñaron. Eso es lo que su padre le dijo. Eso es lo que esas estúpidas clases de etiqueta grabaron en su maleable cerebro. Así que cuando Julia Windsor la sacaba de esas estúpidas clases y la llevaba a la playa, esperando buscar dólares de arena en las profundidades, eso no era lo que ocurría. En lugar de eso, Izzy se paraba justo antes de que el agua se encontrara con la arena y se quedaba mirando las olas, pero no se atrevía a poner un pie en el agua. Porque jugar en el agua, llenarse el pelo y las uñas de arena y taponarse los oídos con agua salada no era lo que hacía una joven prometedora.
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basket case: outer banks
FanfictionJJ MAYBANK.| la vida es eterna, y la muerte es un mero cambio de condiciones. [original story by seaweedbrns]