Estaba hablando con Evan y Alex cerca de la cocina mientras observaba bailar a Noa. Era todo un espectáculo, esa chica sabía moverse.
—Me voy a bailar con mi chica, adiós pringaos —dijo Alex mientras observaba a Jess y Noa bailar juntas.
¿Qué pensaría Noa si me acercara y bailara con ella igual que hacía Alex con su novia? De todas formas, ¿por qué querría yo hacer eso?
—¿Te he contado que mis padres me han llamado esta mañana para cantarme el cumpleaños feliz? Te juro que me desespera que mis viejos sigan pensando que soy su bebé, aunque tengo que reconocer que esto hasta me ha hecho ilusión.
Miré a Evan sorprendido y ambos empezamos a descojonarnos de la risa. Conocí a sus padres una vez que vinieron a ver un partido de football y sabía que eran unas personas muy dulces y amables. Ese día vi a su madre chuparse el dedo y pasarlo por la cara manchada de su hijo así que no me sorprendía para nada que hicieran algo así. Yo también tenía buena relación con mis padres, pero si mi madre me hiciera algo así en público dejaría de hablarle por lo menos un mes y ella lo sabía.
Me giré de nuevo para observar a Noa en la pista, era algo inevitable mis ojos lo hacían sin recibir ninguna orden, pero esta vez no estaba sola. Me puse en tensión al ver la cara de Noa y pude ver que le decía claramente que la soltara. Me acerqué a ella con rapidez dejando a Evan con la palabra en la boca y me enfurecí con cada paso que daba, se veía a la legua que el tío iba más borracho que una cuba, pero si alguien te dice que sueltes, tú sueltas. Ese hijo de puta sonreía, estaba disfrutando de su juego.
Justo al llegar a ellos lancé un puñetazo en la cara al borracho para que se alejara.
—Te ha dicho que la sueltes, ¿estás sordo o qué te pasa? —le grité antes de cogerlo de la solapa de su camisa. Alex se acercó cogiéndome del hombro interponiéndose, pero no iba dejar que me interrumpiera. Acerqué al tipo hacia mí para poder susurrarle sin que nadie más me escuchara. —No te vuelvas a acerca a ella gilipollas.
El tipo se encogió con dolor, pero no me daba ninguna lástima. Lo solté con fuerza para que se largara de una vez porque si no pensaba soltarle otro puñetazo y tenía que controlarme, no quería meterme en problemas.
Mientras el tío salía corriendo, me deshice bruscamente de Alex con un movimiento a la vez que buscaba a Noa con la mirada, necesitaba ver si estaba bien. Fui a dar un paso hacia ella, pero Evan apareció de la nada frenándome.
—Tranquilízate, tío.
Vi a Noa salir corriendo hacia la salida y su amiga me miró un segundo antes de ir detrás de ella.
—Estás montando un espectáculo amigo, salgamos de aquí.
Miré mi alrededor y vi que estábamos rodeados de gente, en algún momento la música había dejado de sonar y algunos de los observadores tenían móviles apuntándome.
¡Mierda!
Salí corriendo hacia donde había visto a Noa huir, pero la vi cogiendo un taxi para volver a su casa.
—Tío ¿qué haces?, ¿a qué ha venido eso? —me preguntó Evan. Me habían seguido hasta fuera y sabía que en ese momento vendría la parte del interrogatorio.
—¿A qué te refieres? —les dije sarcásticamente mientras me giraba hacia ellos. Me froté la mano con una mueca. "Joder como duele", pensé. Le había dado una buena ostia—. Necesito hielo.
—¿Estás de coña?, ¿por qué cojones le has pegado a ese tío? Solo estaba bailando. Joder Andrew, tienes que dejar de ir metiéndote en peleas porque sí. Ya sabes lo que pasó la última vez.
ESTÁS LEYENDO
No me llames amor (Serie «Solo tú I»)
RomanceNoa Johnson no quiere saber nada de los chicos después de lo que le pasó en su anterior año de universidad, pero un nuevo curso ha empezado y su amiga lo acabará emparejando en una cita a ciegas con el tío más sexy, encantador y mujeriego de todo el...