24.1| NOA

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Estaba saliendo de clase cuando recibí un mensaje. Sonreí al ver el emoticono de la piña.

—¿Quién es? Espera no me lo digas, con esa sonrisa seguro que es Andrew —dijo Jess con expresión de suficiencia.

Cambié mi rostro a uno más serio.

—¿A caso he fallado?

—No —suspiré, pero volví a sonreír mirando la piña. Lo llamé en seguida y no sonó ni dos veces antes de que me lo cogiera

—Gracias —murmuró desde el otro lado de la línea—, ¿por qué has tardado tanto?

Me reí.

—Acabo de salir de clase. ¿Qué pasa?

—Estoy con mi grupo de estudio, pero está siendo horrible —susurró—, necesito una buena excusa para salir de aquí.

De repente escuché una voz femenina más lejana.

—Andrew, ¿todo bien? Te estamos esperando.

—Lo siento, es una llamada urgente —le dijo a quién estuviera al otro lado.

—¿Urgente? ¿Qué es tan urgente?

Sonreí.

—Creo —le dije—, que la tía Clarisa ha vuelto a caerse.

—¿En la ducha? —me preguntó con horror—. ¿Está bien?

—Nono, está fatal, creo que van a tener que partirla por la mitad de tantas veces que se le ha salido la cadera.

—¿Qué?

Me reí a carcajadas sin poder evitarlo mientras observaba a Jess mirándome entre confusa y divertida.

—¡Qué horror! —me contestó Andrew—. ¿Está en el hospital? Voy para allí en seguida.

—Está con un pie en la tumba así que date prisa.

—Sí, sí, salgo volando.

—¿Nos vemos fuera de mi facultad y vamos a por algo de comida? —le pregunté con una pequeña sonrisa.

—Sí, está bien, nos vemos en cuanto llegue. Hasta ahora.

Me colgó el teléfono y yo volví a reírme.

—¿De qué ha ido eso?

—Necesitaba que lo rescatara de una situación y lo he hecho.

—Matando a la pobre tía Clarisa en el proceso.

—Exacto.

Ella negó con la cabeza.

—Ya no voy a fiarme de ti cuando te oiga hablar por teléfono y haya una emergencia.

Nos reímos.

—¿Hacia dónde vas entonces?

—Estoy segura de que Andrew estará ya de camino, tenía muchas ganas de salir —me reí entre dientes—, así que voy a ir un momento al baño antes de encontrármelo. ¿Tú?

—Voy a mi residencia a comer algo y luego entro a trabajar. Hoy tengo turno hasta las 19:00h.

—Bueno, podría ser peor.

—Sí, y mejor —gimió. Pero luego me dio una sonrisa—. ¿Nos vemos mañana?

—Sí, por supuesto.

Nos despedimos con un pequeño abrazo y le di fuerzas y ánimos para su turno de trabajo antes de girarme e ir cada una por su lado. Volví a darme la vuelta un segundo al escuchar que Jess me llamaba de nuevo.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora