49| ANDREW

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Piqué en el despacho del entrenador sin saber qué estaba haciendo aquí ni porque quería verme, pero la verdad era que estaba algo nervioso. Había recibido un mensaje esa mañana que quería verme urgentemente.

—Adelante —Escuché desde el otro lado de la puerta. La abrí encontrándome al entrenador sentado detrás de su ordenador y levantó la vista con expresión seria—. Andrew, pasa por favor. Siéntate.

Cerré le puerta y le hice caso expectante de lo que fuera a decirme.

—¿Ocurre algo?

El hombre calvo y fuerte que tan bien conocía suspiró y se cruzó de brazos algo enfadado apoyándose en el respaldo de la silla.

—Has sido muy astuto trayéndome a esa chica al despacho a dar la cara por ti.

—¿Qué? —pregunté entre sorprendido y confuso—. ¿Qué chica? ¿De qué hablas?

Me observó detenidamente unos segundos antes de hablar.

—Esa chica tan guapa de ojos verdes que dice que se sobrepasaron con ella en una fiesta... ¿empieza a sonarte de algo?

Me quedé en shock. ¿Noa vino aquí para hablar con mi entrenador sobre lo que pasó? Me pasé las manos por el pelo totalmente confuso. ¿Cómo se había enterado? ¿Y por qué lo había hecho? ¿No estaba enfadada conmigo?

—¿Cuándo vino Noa a explicarte lo que pasó?

—¿Me vas a decir que no lo sabías?

—No tenía ni idea —gruñí. No iba a dejar que me llamara mentiroso.

Él se pasó su dedo por su labio inferior en un gesto pensativo antes de asentir lentamente y romper el silencio.

—Fue hace un par de semanas, justo después de echarte. —No me podía creer que hubiera hecho eso. Ayer me preguntó si estaba enfadada con ella por haberme echado, Noa pensaba que era su culpa, pero no era así. Yo sabía lo que hacía. Pero se sentía tan culpable que había venido a dar la cara por mí, nunca nadie había hecho algo así por mí.

—¿Y qué es lo que quieres ahora de mí? Defendí a Noa pegándole a un tío y me echaste. Ya está.

—No, no está. Esa chica lo soltó también delante de uno del comité, así que estuvimos hablando y valorándolo. Hemos decidido readmitirte de nuevo.

—¿Qué? —pregunté porque no estaba seguro de haberlo escuchado bien.

—Tienes una tercera oportunidad. ¿Quieres volver al equipo hijo?

—¿Es en serio? —Mi corazón empezó a golpear con fuerza emocionado.

—Desde luego —dijo levantándose y tendiéndome su mano. Yo lo imité y se la estreché—. Bienvenido de nuevo Andrew, nos vemos esta noche en el entrenamiento.

—Gracias entrenador —susurré quedándome atónito. No me lo podía creer, iba a poder seguir entrenando y acabar la temporada.

Él asintió con un golpe seco y me fui de allí con nuevas esperanzas. Solo quedaba una cosa, recuperar a mi chica.

Justo después de salir del despacho del entrenador, a media mañana me encontraba fuera de la facultad de Noa esperándola con su café favorito en la mano. No pensaba dejarla escapar sin hablar con ella o al menos sin disculparme. Sabía por Jess que habían cancelado su última clase así que tendría que estar al salir.

Pocos minutos después la vi salir con Daniel. Me enfurecí al verlos juntos, pero intenté tranquilizarme ya que no quería que eso me influenciara al hablar ahora. No me importaba que él estuviera delante, iba a hablar con ella como fuese. Me fijé empapándome de ella y vi sus converse: moradas. Odiaba cuando usaba las lilas porque significaba que estaba triste. Tenía ojeras bajo sus ojos haciendo juego con las mías. ¿Lo estaba pasando tan mal como yo?

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora