ABRIL
—¿Mañana no ibas con Ruth a el sitio ese?
—Se me había olvidado.
—Pues mañana te quedas en casita.
—Jo — dijo poniendo pucheros.
—Yo he quedado con unas amigas, tú te quedas con la abuela.
Tras un rato llegamos a casa, le di la cena y la subí a mi cuarto. Cuándo bajé mi madre acababa de llegar.
—¿Cómo lo habéis pasado?
—Ha jugado un montón.
—¿Y tú?
—Yo me he encontrado con una amiga que hice en el gimnasio y hemos quedado mañana con otras dos. ¿Te puedes quedar con Noa?
—Si es para que quedes con tus amigas, sí.
—No iba a ir, pero no quiero hacerle el feo.
—Claro que no, ¿has comido?
—Víctor me ha preguntado lo mismo.
—Porque nos preocupamos por ti.
—Pues sí, sí he comido. No os preocupéis más.
Mi madre se fue a la cocina y yo les mandé un mensaje a las chicas diciéndoles que al final mañana iba, y las tres se alegraron mucho.
—Amor, la cena.
Me senté en la mesa y empecé a comer. Cuando terminamos fregué los platos y me subí a mi habitación para dormir.
Como todos estos días soñé con Darío, pero no con su muerte, si no con la guerra de pintura cuando me dio las llaves de la casa.
Me desperté cuando Noa me abrazó, pero ella seguía dormida. Así que me volví a dormir. Una vez me levanté, Noa se despertó y bajamos a desayunar.
Mi madre ya estaba despierta, en la cocina.
—¿Cómo has dormido? — me preguntó sentando a Noa encima suya.
—Muy bien — dije haciéndome el café y metiendo el vaso con leche de Noa en el microondas.
—¿Y tú, princesita?
Ella en vez de contestar bostezó y se frotó los ojos.
—Mal por lo que se ve — dije entre risas.
Una vez desayunamos subí a mi cuarto con Noa para vestirnos, y no tardé mucho. Bajamos al salón y ella se quedó dormida encima mía. A mí me sonó el móvil, lo alcancé y era Víctor llamándome.
—Víctor, dime.
—Soy Ruth.
—¿Ruth? ¿Qué pasa?
—¿Me odias por mi hermana?
—Obvio que no. Odio a tu hermana, no a ti. Tú no tienes nada que ver.
—Menos mal.
—¿En serio pensabas que te odio?
—Te he llamado desde mi número y no me has contestado.
—Mi móvil va mal, no me entran todas las llamadas.
—Me alegro de que no me odies.
—¿Era eso?
—Sí, ya le devuelvo el móvil a Víctor.
—Okey.
—Es muy cabezona, lo quería escuchar de tu boca.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida sin ti (3) ✔️
Teen FictionTercera parte de amor prohibido. Tran la muerte de él, ¿qué harás con tu vida? Buscar lo que te hacía sentir él en otra persona, no es lo mejor, ¿no? Pero sabes que hay alguien esperandote, para apollarte. Quiere lo mejor para ti y estar llorando a...