Capítulo 23 "Trabajo"

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ABRIL

Los días, las semanas y los meses pasaron algo rápido, pasaron tres meses desde aquel día. Llevaba más de un mes en este piso, me lo consiguieron Luis y su hermano, en mi casa estaban Luis y Teresa y Víctor se había quedado en casa de sus padres. Mi piso estaba cerca de casa de Javi, donde vivía mi madre. En un rato empezaba a trabajar en una tienda donde vendían maquillaje.

Fui a por Noa y la llevé a casa de Javi con mi madre.

—¿Cómo es que Iris no quiere quedarse con ella?

—Ayer salió con unos amigos y está en casa de una amiga.

—Muchas gracias por cuidar de Noa.

—No me cuesta trabajo, es muy buena.

—Bueno te la dejo que me voy a trabajar.

Me despedí de Noa y mi madre y me fui a trabajar. Camino al negocio me llamo Mel.

—Mel, ¿pasa algo?

—Los chicos están raros.

—¿Y eso? ¿Qué ves extraño?

—Se han buscado los dos un trabajo.

—Ya somos tres — dije entre risas.

—Pero en ti es normal. Vives sola con una hija. Los chicos tienen dinero de sobra.

—Se habrán buscado un trabajo de verano.

—Fue hace tres meses, y hace tres meses no era verano.

—Es verdad que hace tres meses no sé nada de Jordi.

—Y eso en él ahora mismo no es normal.

—Bueno, no te comas la cabeza ya te lo explicaran. Te dejo, que entro a trabajar.

—Llámame cuando salgas y te sigo contando, que no es lo único raro. Que te cunda — y me colgó.

Llegue a la tienda y la jefa me dijo que me pusiera el polo en el almacén. Me habían aceptado en este trabajo para vender los productos.

—Venga, vamos. Que te regalo lo que quieras — escuche decir a una pareja y entraron.

Abril, sonríe.

—Cualquier cosa, aquí estoy para ayudaros.

La chica se acercó a mí con dos pintalabios en la mano.

—Mañana tengo una boda y no sé que pintalabios me quedaría mejor.

—¿Cómo es el vestido?

Ella me describió el vestido a la perfección y la convencí para que no solo se llevara el pintalabios.

Primera venta, cuatro productos.

—Buena venta — me dijo la jefa.

—Me gusta este trabajo.

—Se nota, que la primera venta no sea la última.

La tarde pasó algo rápido y acababa de salir del negocio. Camino a recoger a Noa decidí llamar a Mel.

—Mel, acabo de salir, ¿qué me ibas a decir?

—Jordi ha vendido la moto.

—¿Qué? Pero si le encantaba.

—Cuando te digo que están raros es por algo.

—¿Qué ha hecho Marc raro?

—No dejarme ir a verte.

—Sí que están raros.

—Tampoco quieren pedir comida a casa. Ninguno de los dos. Necesito que me ayudes.

Mi vida sin ti (3) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora