ABRIL
—Creo que no sería lo mejor. Es muy pronto.
—¿Qué pasa aquí? ¿Qué me he perdido? — preguntó Marc apareciendo por el pasillo.
Marc, ayúdame.
—Que falta una cama — dijo Mel entre risas.
Yo lo miré, Marc me miró y miró a Jordi.
—No falta ninguna cama, las niñas duermen juntas, vosotras también y yo con mi hermano.
Gracias, Marc.
—No es por ti, sé que tú no vas a hacer nada.
—Abril, no me des explicaciones, no pasa nada. No te apetece o no estás lista, no me voy a enfadar.
No esperaba que te enfadaras.
—La que habéis liado y ha tenido que venir Marc a calmar las cosas — dijo Mel.
—Vamos a calentarles la comida a las niñas — me dijo Mel arrastrándome del brazo.
—Tú y tus tirones de brazos. ¿Qué pasa ahora?
—Lo has hecho por ti, por lo que sigues sintiendo, ¿verdad?
—¿El qué?
—Decirle a Jordi que no vas a dormir con él.
—Sería como una falta de respeto, no ha pasado ni una semana. Tan rápido no puedo volver a mi vida de antes, cuando vine aquí.
—Antes también estabas enamorada de él y dormiste con Jordi — me susurró.
—Y ahora lo sigo estando pero pienso más las cosas.
—¿Qué ha cambiado?
—Que no estamos juntos porque está muerto. Puta Sandra.
—No te comas la cabeza, no va a pasar nada. Ya conoces a Jordi. Y créeme que a él no le haría bien dormir contigo, ahora mismo.
—¿He hecho algo mal?
—Lo que has hecho es ser tú. No tienes la culpa de eso.
De pronto aparecieron los chicos por el pasillo con las niñas.
—A ver si hoy te portas bien y te comes tu comida — le regañó Mel a Cloe.
—Venga, cariño. A comer.
Cuando terminamos de darle de comer a las niñas, las llevamos al cuarto de Cloe y se durmieron al instante.
Mel y yo nos fuimos al salón con los chicos, estábamos cansadas de bregar con las niñas.
—Esta tarde las llevamos nosotros al parque, vosotras descansad — nos dijo Marc.
—¿Pedimos pizza para comer? Ah que ya la he pedido — dijo Jordi levantándose a abrir la puerta y pagarle al pizzero.
Vino al salón con las pizzas, nos puso una delante a cada uno y yo flipé al ver la mía; cuatro quesos, mi favorita.
—¿Te acuerdas? — le pregunté a Jordi.
—¿Cómo quieres que se me olvide si es mi favorita también?
—Esto me recuerda a cuando vine a Barcelona por primera vez.
—Si cuando viniste comimos las dos solas.
—Sí, pero cenamos pizza con los chicos. Aunque no me voy a emborrachar.
—Te emborrachó Mel — me recordó Marc.
—Ya le he contado porque lo hice.
—Sí, Marc.
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Mi vida sin ti (3) ✔️
Teen FictionTercera parte de amor prohibido. Tran la muerte de él, ¿qué harás con tu vida? Buscar lo que te hacía sentir él en otra persona, no es lo mejor, ¿no? Pero sabes que hay alguien esperandote, para apollarte. Quiere lo mejor para ti y estar llorando a...