Hace aproximadamente diez años debute de manera profesional, mi debut se postergó por algunos motivos ajenos a mi y otros no tanto.
Al ser hija de uno de los mejores futbolistas era claro que los ojos de las personas más importantes del club y de los expertos analistas de deportes también, eso provoca una presión aún mayor en mi. Todo eso influyó mucho y sumado a mi edad y la poca madurez que tenía, me orillaron a cometer algunos errores.
Mi padre fue el mejor de la década, fui hija única y crecí viéndolo como un ídolo y no tanto como un padre. Sobre mi madre no se mucho de ella, dejo a papá pocos meses después de que yo naciera y papá no hablaba mucho de ella entonces no tengo una imagen materna a la cual culpar por mis errores.
Sobre mis diez años decidí seguir los pasos de papá, no quería ser la mejor futbolista del fútbol femenil sino del fútbol en general igual que papá. Todo marchaba bien, destacaba en cada una de las categorías en las que estuve pero el ser la hija del mejor ocasionó que fuera un poco altanera, egoísta y grosera con mis compañeras de categoría. Tampoco es que papá estuviera muy presente en esos momentos, él estaba tan enfocado en sus compromisos deportivos que yo quedaba a un lado, mi nana fue un gran apoyo pero yo quería a papá, papá que nunca estuvo en los momentos en los que más necesitaba.
Cuando cumplí los dieciséis llego la oportunidad de mi vida, el mismo club con el que papá fue la máxima estrella quería ficharme para el primer equipo y no podía estar más orgullosa de mis logros, cosa que no me duró mucho. Unas semanas después de esa noticia mi padre anunciaba su retiro, fue homeneajado y festejado desde mucho antes de su partido final, las luces y los titulares volvieron a ser de él, opacando mi fichaje, que a pesar de ser la más joven en lograrlo paso desapercibido por culpa de él.
Debido a que él se robaba todo la atención de los medios y yo seguía siendo solo la hija de la estrella, buscaba hacer mi propio nombre pero no lo estaba logrando. En esos días conocí a Julie, ella llegó a entrenar con la categoría de 16 años misma en la que aún me encontraba entrenando porque el director técnico dijo que aún no tenía experiencia suficiente para entrar con el equipo, seguí con la amistad de Julie. Después de los duros entrenamientos por las mañanas, ella me invitaba a salir con ella, durante las primeras veces me negué pero después de tanto insistir y querer tener una distracción de mi padre y todo lo que él conlleva decidí acompañarla. No sólo eran fiestas como las que tendrían los adolescentes, ese tipo de fiestas tenían de todo tipo de alcohol e incluso todo tipo de drogas, debo admitir que me deje influenciar demasiado por ella y acepte todo y cada una de las cosas que ella me ofrecía. Al día siguiente no recordaba mucho de lo sucedido o de lo que hacía, simplemente no sabía cómo llegaba a una cama o el hecho de como siquiera salía del lugar de la fiesta. Con ella aprendí a manejar y también aprendi que las carreras callejeras dejaban mucho dinero pero sobre todo dejaban mucha diversión y me encantaba como la adrenalina llenaba mi cuerpo.
Así fue durante dos años, descuide los entrenamientos y a causa de eso no lograba debutar, estaba siempre en la banca, todos sabían de mis salidas con Julie que pocos meses después de conocerla dejo la institución. En algunas o mejor dicho muchas veces el entrenador hablo conmigo para advertirme que sino dejaba esas salidas y esas carreras me tendría en la banca durante todo mi contrato, pero ya nada me importaba porque sin importar lo mucho que lo intentará y lo mucho que me esforzará nunca sería Danielle Evans, siempre sería la hija del gran Evans.
El día de mi debut se dio por motivos de suerte, la titular se lesionó durante el calentamiento previo al partido y la sustituta directa de la posición sufrió un desgarre muscular por no calentar adecuadamente y después de diez minutos en la cancha pidió su cambio. Y lo vi, en la mirada del entrenador estaba más que claro que no quería meterme, pero no le quedo de otra, la que mejor conocía esa posición era yo, llevaba ya diez años rotando entre centro delantera y extrema por izquierda. Era mi oportunidad y aunque él se negara, era mi hora de brillar. Lo hice entre de cambio al minuto treinta y dos, fue un momento que jamás en mi vida podré olvidar, sabía que muchos me conocían porque mucho seguían cada paso que mi padre daba y yo era uno de eso pasos. Nadie esperaba este momento y fue magnífico, mi primer partido como profesional y lo aproveche al máximo, al finalizar el partido lo hice con una asistencia y un gol, ese se podría considerar como el debut soñado.
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Mi Futbolista Favorita.
RomanceMaya futbolista estrella del equipo profesional femenil al que siempre deseo jugar. Su carrera deportiva se ve opacada por una terrible lesión que la dejara fuera de las cachas en su mejor momento deportivo. ¿Danielle; su pasado, su perdición, su sa...