Extra 1

1.7K 254 15
                                    


2 años después del encuentro en Seul ...

—No Jungkook, no caeré otra vez en eso de elegir un sabor de helado para ti, para que luego me salgas con uno de caquis con queso manchego. ¡No y no! —respondió Jimin mientras caminaban hacía el hotel luego de pasar la tarde en la playa.

Porque sí. Habían pasado dos veranos y este par de tórtolos volvieron a Jeju pero esta vez de vacaciones, ninguno vino a trabajar. Tenían ya tres días de haber llegado, hospedándose en el mismo hotel donde se conocieron. Y como ya habían planeado, fueron a una fiesta al mediodía en el bar de la playa, trabajo del que se encargaba antes Jungkook y del que ahora se hacía cargo la chica que antes era mesera en ese sitio.

Pero de salida de la playa, Jungkook propuso ir a por helados en la misma heladería de hace dos años. Solo que Jimin no quería volver a comer algún sabor loco elegido por su novio. Pues en el verano pasado que no viajaron a la isla, se habían ido a Busan a conocer a los padres de ambos y Jungkook volvió a engañarlo en una heladería local. Jimin ya estaba hasta el moño de las jugarretas de su chico.

—Y yo te dije que no volveré a hacerlo cariño, créeme que esta vez solo elegiré sabores normales para ti, ya aprendí la lección y no quiero quedarme a dormir en el sofá otra vez —dijo Jungkook haciendo un puchero que Jimin adoraba ver pero que esta vez estaba decidido a ignorar.

—Ningún puchero ni batida de pestañas hará que...—pero no pudo terminar de hablar pues Jungkook tenía más armas que Iron Man y comenzó a besarlo luego de sujetarlo fuerte contra su cuerpo.

El beso se tornó muy húmedo y fuerte, dejando a Jimin sin criterio ni para respirar. No sabía ni donde estaba. Era el efecto de los labios de Jungkook, siempre logrando que su novio quedará en la luna y no supiera ni como se llamaba.

—Y como te decía Jiminie, vamos a ir a comer helados. — Termino diciendo Jungkook.

Jimin terminó asintiendo y siguiendo a su novio quien lo llevaba de la mano a la bendita heladería donde tenía por seguro que saldría con un helado de olor a pies y sabor a caca. Pero eso era algo que Jungkook ya no podía evitar hacer para rememorar sus encuentros.

En el fondo Jimin amaba que su chico fuese tan romántico y constante en querer llenarlo de cariño y de recuerdos entrañables y risueños para la posteridad. Porque como decía Jungkook "Si no es para la posteridad, que al menos sean para la austeridad, cuando haya escasez de ellos". Algo loco pero así era su chico, ocurrente y arrogante como nadie. Su amor.

Luego de comprar los helados, donde por cierto fue Jimin quien se vengo de Jungkook y le eligió uno de sabor a berenjena con pistachos, y del cual Jungkook dijo que estaba delicioso aunque escupía creyendo que Jimin no lo veía, llegaron al hotel para descansar y prepararse para la noche que les esperaba. Tenían planeado ir a cenar a un restaurante y a tomar unas copas, o eso es lo que creía Jimin pues fue lo que planeó con Jungkook. Pero ya sabemos por experiencias anteriores que este chico planifica súper citas para impresionar a Jimin y acierta al cien por ciento. 




Ya vestidos para salir, después de una ronda de sexo en la ducha, ambos salieron de su habitación camino al vestíbulo. Jimin no sospechaba nada en lo absoluto, pero su novio ya tenía todo preparado para regalarle una de las mejores citas en Jeju. Y es que haber trabajado cuatro veranos allí le tenían que servir de algo. Caminaron hasta afuera donde ya los esperaba un coche con chófer rentado por Jungkook. Jimin no sabía que se moverían por la isla en un coche rentado, pensó que tomarían un taxi. Primera sorpresa.

Summer Love -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora