Capítulo 11 - Parte 1/2

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Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación. - Proverbio árabe.

***

A las once de la noche…

Jhonny estaba sentado en el sofá de su piso mientras que esperaba la llegada de Isabella. Había optado por no tomar decisiones precipitadas y esperar una explicación coherente. No entendía la cercanía con Piero, pero mucho menos entendía la exposición mediática. Eso que con él tanto se había empeñado en ocultar. Una vez más su inseguridad hacía mella. Esa inseguridad que su familia le había instalado desde pequeño. Comenzaba a impacientarse, pues llevaba prácticamente desde que había llegado, ahí, completamente inmóvil y con el humor por los suelos. Humor que empeoró al recibir un mensaje de Laila.

"Me dijiste que no te llamase, no que no te escribiera. Avísame cuando hagas el ingreso. No me decepciones."

¿Decepcionarla? ¿Él? ¿Él que siempre había estado a pesar de verse terriblemente solo? ¿Él que se había pasado meses sin prácticamente nada en la nevera para poder enviarla dinero? ¿Él que se había visto en la obligación de trabajar día y noche para pagar las deudas de la familia? Irremediablemente explotó y no de la mejor manera. Enrabietado le pegó un manotazo al vaso de cristal que había sobre la mesa, cayendo al suelo y haciéndose añicos. El bailarín miró su próxima víctima, un pequeño jarrón decorativo con diminutas piedras de colores al que posiblemente le hubiera deparado peor vida si no hubiesen llamado a la puerta.

Jhonny reaccionó al momento, abrió la puerta y antes de que Isabella pudiera pronunciar palabra alguna regresó al salón para recoger el estropicio que había originado. Isabella se quitó la peluca rubia que ya formaba parte de su outfit y miró con estupor todo aquel desastre.

—¿Qué ha pasado?

—Parece ser que hoy es el día de las absurdeces. Así que si vienes a soltar alguna más…

—Jhonny.

Él se calló y trató de tomar aire. Le parecía increíble cómo la voz autoritaria de Isabella le hacía bajar de la nube tormentosa en la que se pudiera encontrar y ante todo, le maravillaba lo mucho que ella había aprendido a controlar y comprender su estado de ánimo. Dejó con cuidado los cristales a un lado de la mesa y se incorporó con seriedad. Su semblante era el de un hombre roto, el de un hombre destruido…

—Necesito que seas sincera. Ya no puedo más.

Isabella lo sujetó de las manos y lo llevó con mimo al sofá. Era hora de sincerarse y responder a todas sus dudas, fuera cual fuese su reacción. Jhonny la contempló ansioso y con un ligero temblor en las manos. Posiblemente no estaba preparado para la verdad, pero mucho menos para la mentira.

—Cuando era pequeña me diagnosticaron insuficiencia cardiaca. Al parecer mi corazón no era lo suficientemente fuerte para bombear la cantidad necesaria de oxígeno a todo mi cuerpo. Me realizaron un estudio donde optaron por ponerme un dispositivo de asistencia ventricular. Por ciertos motivos ese dispositivo ha fallado hasta en tres ocasiones, en los que han tenido que volver a meterme a quirófano para hacer las modificaciones oportunas. ¿Recuerdas ese viaje que hice? — Jhonny asintió en silencio ya que era incapaz de pronunciar palabra alguna — Bien, hace unos meses volví a encontrarme débil y papá organizó todo para que me hicieran un estudio exhaustivo.  Ahí contacto con Piero que recogió y aceptó mi historial de inmediato. Esta es la tercera ocasión que he tenido que viajar a EEUU.

—¿Estás bien? —preguntó visiblemente preocupado.

—No hay nada claro aún, pero los médicos no se muestran optimistas.

Bailando con la fama | Erótica + 18 | Parte 4/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora