Capítulo 13 - Parte 2/2

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Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad. - José Martí.

***

Jhonny besó la sien de la mujer mientras la mecía entre sus brazos, sintiéndose culpable de la situación.

—Perdóname — Isabella continuaba sin pronunciar palabra alguna, escondiéndose en su pecho, por lo que la tomó del rostro para obligarla a mirarlo —. Perdóname.

—Estoy cansada de que cada vez que pretendo ayudarte te lo tomes de esta manera. No puedo más —inquirió mientras lloraba con más fuerza —. Primero mi padre, luego Piero y ahora tú. ¿Es tan difícil tener un mísero día en paz?

Jhonny la abrazó con más fuerza para tratar de calmarla. Estaba claro que aquellos días en los que habían estado separados habían sido difíciles para ambos. Inevitablemente su cabeza comenzó a lucubrar. ¿Qué le había pasado con el señor O'Sullivan? ¿Qué le había hecho el cardiólogo? Quisó indagar de inmediato, pero se tomó el tiempo necesario para que ella se fuera calmando en sus brazos…

—¿Qué ha pasado? — Ella negó, revolviéndose contra su pecho — Isabella, dime qué ha pasado o yo mismo iré a buscarlo.

—El otro día papá lo invitó a cenar. Hablaron de mi situación y de las distintas posibilidades a las que me tendría que enfrentar antes y después de la operación.

—¿Ya es un hecho? —preguntó alzándole el mentón.

—Todavía no, pero supongo que cuando suceda, yo tendré la última palabra. En esa cena, Piero no perdió la oportunidad y sagazmente dejó caer que teniéndome allí, mucho más cerca, estaría más controlada.

—Y deduzco que tu padre quiere que te marches de New York — Isabella asintió y él suspiró. Odiaba cuando la gente se metía en la vida de los demás —. Solo se preocupa por ti.

—Lo sé, créeme que lo sé, pero… ¡Maldita sea Jhonny! Soy su punto débil. Papá haría cualquier cosa por mi. Pagaría millones de dólares si hiciera falta para salvar mi vida o la de Emma y odio cuando la gente se aprovecha de eso.

—¿Piero le ha pedido dinero? —preguntó confuso, pues dudaba que el cardiólogo lo necesitará.

—No, pero está consiguiendo lo que quiere. Papá ya no ve más allá. Piensa que lo que no consiga Piero no lo conseguirá nadie y óyeme bien, si está escrito que debo morir, sucederá. Independientemente de las manos que me operen.

—No digas eso Isabella… —refutó molesto ante la simple idea de perderla.

Ella fue capaz de leer a través de sus ojos. Ese miedo lo reconocía a la perfección. Estaba habituada a verlo en su padre y su hermana, y, últimamente, también en su propio reflejo.

—Yo también tengo miedo de perderte, Jhonny —admitió con un fino hilo de voz.

—Pase lo que pase estaremos juntos. ¿De acuerdo?

Isabella dudó de aquello, pues si la situación no cambiaba, su destino se vería truncado de manera irrefutable. Aún así, asintió y devoró los labios del bailarín con apremio. Jhonny cedió de inmediato. Desde que la había visto deseaba besarla, sin embargo, habían hecho todo lo contrario, pues prácticamente no habían dejado de pelear desde que habían entrado por la puerta. Él, dejando a un lado el hambre que tenía, la levantó, sentandola en la encimera. Inmediatamente sus manos se colaron por debajo de la camisa femenina, buscando más contacto.

—Jhonny… Iba a hacerte algo para comer… —jadeó Isabella al sentir la lengua reptando por su yugular.

—Ya he elegido mi menú.

Bailando con la fama | Erótica + 18 | Parte 4/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora