Capítulo 25

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No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. - Séneca.

***

El bailarín se sentía como en una nube. Le había pedido el coche a Isabella, más bien, se había ofrecido a conducirlo para llevarla a un auto-cine, donde lógicamente su moto no tenía cabida. Tras descubrir que ella deseaba ir al cine, dicho por ella misma, como una persona normal, optó por aquella solución. Este estaba casi en las afueras de la ciudad y por sus condiciones era idóneo, pues era evidente que nadie les podría molestar en la intimidad de su vehículo. Por lo que, sin mencionar su destino, se hizo con la lujosa nave y disfrutó como un enano. Sí, amaba las motos, pero no era tonto y sabía reconocer un buen coche, y el Audi de Isabella lo era.

—¿A dónde vamos? —preguntó ella mientras contemplaba la ciudad que se iba quedando prácticamente tras ellos.

—Es una sorpresa.

—¿Vas a cumplir otro de mis deseos? ¿No crees que es demasiado tarde para saltar en paracaídas? —inquirió nerviosa.

—¿No será que en realidad tienes miedo de hacerlo?

Isabella negó, aunque la posición de su cuerpo la delataba. Jhonny sonrió y tomó la salida correspondiente. Ambos se merecían aquella cita. Habían sido semanas muy duras. Piero no se lo había puesto fácil, aprovechando cada oportunidad para acariciar o besar a Isabella en su presencia, lo que le provocó terminar prácticamente enrabietado casi todos los días de la semana. La estaba meando como si se tratase de una jodida farola y él era consciente de ello. Por el contrario, los días que el cardiólogo no había podido hacer acto de presencia, habían disfrutado de una buena sesión de salsa, merengue o incluso bachata, provocando las carcajadas en aquella mujer que tanto amaba.

—¿Vamos de camping? Deberías saber que me da pavor quedarme a la intemperie…. — Jhonny la miró de soslayo, aguantandose la risa — Podría mordernos una serpiente o atacarnos un oso.

—El único animal que te va a atacar soy yo —admitió disparandole la respiración —. Mira, ahí tienes la respuesta que tanto buscas.

Jhonny le señaló la entrada al auto-cine mientras que se aproximaba a la garita para enseñar sus entradas. Isabella, maravillada, se pegó al cristal para contemplar la ristra de coches que se encontraban allí, frente a una pantalla enorme. Después miró con ternura al bailarín que se estaba esforzando en cumplir sus mayores deseos…

—¿Sabes cuánto tiempo hace que no voy al cine? Fue cuando estaba cerca de cumplir dieciocho años. ¡Dios! Esa cita fue un desastre, incluida la película…

Él la miró con evidente sorpresa. Eso era demasiado tiempo. Finalmente, condujo con lentitud hasta el hueco libre y tras posicionarse adecuadamente apagó el motor. Para rematar el plan, Jhonny rescató una mochila que había guardado en los asientos traseros y disfrutó con la reacción de ella al descubrir su contenido. Palomitas, chuches, chocolate, bebida e incluso café frío eran algunas de sus provisiones.

—Espero que no te importe comer en el coche.

Como respuesta, abrió una de las bolsas de gominolas y con una enorme sonrisa se llevó una a la boca.

—¿Qué vamos a ver? —preguntó mirando con entusiasmo a su alrededor.

—Bueno, respecto a eso, poco he podido hacer. Solamente tienen dos películas en cartelera.

Jhonny la señaló un poste que había en unos de los laterales, donde se anunciaban dichas películas. Una para el viernes noche, que era en el día que se encontraban y otra para los sábados, ambas en versión original subtitulada y cabía destacar que era francesa. Ella sonrió e inesperadamente se aproximó para darle un diminuto y coqueto beso, pues el lugar era apropiado para ello dada la intimidad que les proporcionaba el vehículo.

Bailando con la fama | Erótica + 18 | Parte 4/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora