Unas horas más tarde -demasiado pronto para el gusto de Minho- su alarma sonó y se levantó de la cama, de mal humor y todavía un tanto perturbado, pero decidido a ignorar a Taemin. No iba a responder a las provocaciones. Taemin probablemente querría provocarlo para que dijera o hiciera algo homofóbico, para darle una excusa a Kibum para deshacerse de él. Bueno, si ese fuera el caso, los dos iban a estar decepcionados.
Acabando con su rutina de la mañana, Minho se dirigió a la cocina, seducido por el aroma para salivar-la-boca de unas frituras.
Había esperado encontrar a Kibum junto a la cocina, pero era Taemin.
Minho se detuvo en la puerta por un momento antes de entrar en la cocina y tomar un asiento en la mesa. Miró al plato vacío delante de él.
—Buen día —murmuró Taemin, sonando divertido y demasiado animado para esta hora.
Minho odiaba jodidamente a las personas mañaneras. No confiaba en ellas. Y parecía que Taemin había decidido continuar lo que había empezado la noche anterior y seguir molestando sus nervios.
—Veo que eres particularmente encantador por la mañana—Dijo Taemin, llenando un plato para sí mismo.
Minho simplemente lo fulminó con la mirada y agarró la taza de café de la mesa. Tomó un sorbo codicioso.
—Esa era la mía, en realidad.
Minho hizo una pausa antes de tomar otro trago largo.
—Imbécil—dijo Taemin.
Minho se encogió de hombros.
—No conozco la palabra, pero lo mismo para ti —Levantó la mirada hacia el otro hombre y empujó el plato vacío hacia él.
Las cejas de Taemin subieron.
—Tú no estás realmente esperando que yo te alimente, ¿verdad? —Su tono era tan incrédulo y molesto que Minho casi se rio.
—Lo estoy —dijo, manteniendo una cara seria. No podía negar que disfrutaba sacar a este tipo de quicio—. Soy un hombre grande, y quemé una gran cantidad de calorías salvando tu culo gordo anoche.
—¿Perdón? —balbuceó Taemin—. Mi culo no es... —Se detuvo y sonrió con dulzura— Por qué... yo no sabía que notaste mi culo, Minho. Cuidado, o la gente puede hacerse una idea equivocada, amigo.
Minho apretó los dientes.
—Está enfrente de mí y es respingón. Difícil pasarlo por alto, amigo —Realmente no podía pasarlo por alto; los pantalones de chándal gris delgados no dejaban nada a la imaginación. Minho frunció el ceño antes de levantar la mirada—. ¿Estás seguro de que eres un modelo, con un culo así?
La sonrisa de Taemin se amplió.
—En realidad tengo un contrato con Calvin Klein. No parecen pensar que mi culo sea gordo, piensan que es bonito.
—Raro —dijo Minho, empujando su plato de nuevo—. Tengo hambre, date prisa.
—Increíble —dijo Taemin—. Primero robas mi café y ahora demandas ser alimentado. Supongo que probablemente eras un deportista estereotipado que intimidaba a la gente para que hiciera lo que querías, pero estás un poco demasiado viejo para eso. Crece y aliméntate tú mismo.
—Haces un montón de suposiciones sobre de mí —dijo Minho, dando al otro hombre una mirada curiosa. No es que Taemin estuviera del todo equivocado, pero había algo en la forma en que lo había dicho que hacía a Minho cuestionarse.
—¿Verdad? —dijo Taemin, apoyando su cadera contra la mesa justo al lado de la silla de Minho. Su camiseta se subió un poco, mostrando una visión de su tonificado y pálido estómago —. ¿Vas a negar que estás acostumbrado a dar órdenes a la gente? ¿Qué te enoja cuando no lo consigues a tu manera?