Taemin nunca había estado tan completamente, totalmente furioso. Generalmente, era una mierda para enfurecerse y seguir furioso. Su hermana siempre se burlaba de él cuando se enfadaba, diciendo que se parecía a un cachorro tratando de parecer amenazador antes de olvidarse de ello y querer jugar.
La fuerza de su propia ira lo tomó por sorpresa. No es que fuera difícil permanecer enojado cuando el motivo de su ira estaba alrededor casi todo el tiempo.
Acariciando a su gato, Taemin miró airadamente a Minho, que estaba descansando en el sofá delante de la televisión. Kibum le había confiado que los asesinatos no fueron la única razón por la que Minho fue designado como guardaespaldas de Kibum, pero no aclaró más. A pesar de que Taemin era curioso, no había preguntado. No era asunto de él. De cualquier manera, Kibum se vio obligado a trabajar desde casa por el momento. Taemin había oído a Kibum y Minho discutir sobre ello, cuando salía a recoger sus cosas y su gato -Kibum dijo que estaba bien que trajera a Kkoongie. No había tomado a Taemin mucho tiempo para empacar sus cosas y volver al departamento de Kibum. Había considerado permanecer fuera por un tiempo para evitar a Minho, pero si era honesto, se sentía un poco incómodo estando solo afuera después de lo que había sucedido.
Cuando algunos lunáticos habían comenzado a apuntar contra figuras prominentes LGBT hace unos meses, Taemin había estado consternado y preocupado, por supuesto, pero en realidad no había tenido miedo por sí mismo. Los eventos de la otra noche finalmente lo habían hecho darse cuenta de que el peligro era muy real.
Así fue como Taemin se encontró quedándose a pasar el rato en la casa de Kibum, prácticamente todo el día, sólo con Minho por compañía. Bueno, Kibum estaba allí también, pero, como el director general de Industrias Kim, Kibum tenía una increíble cantidad de papeleo y pasaba la mayor parte del tiempo en su estudio al teléfono con sus empleados. Taemin deseaba poder ir a trabajar también y quitarse de la cabeza las cosas desagradables, pero, con su suerte, estaba entre eventos. Había cumplido con la mayor parte de sus obligaciones contractuales durante la Semana de la Moda de Nueva York, y normalmente estaría encantado por el aplazamiento, pero no había nada normal en esta situación.
—¿Hay alguna razón por la que estés aquí? —dijo Minho de repente.
—¿Hmm?
—No estás viendo la película —dijo Minho, sin apartar los ojos del televisor—. ¿Por qué no te vas a tu habitación, a hacer yoga, pintarte las uñas, o algo así?
Dios, Taemin jodidamente odiaba a este hombre.
—¿Qué sucedió con tu determinación a no actuar como un culo homofóbico?
Minho giró la cabeza. Sus sillones estaban a unos cinco pies de distancia, pero de repente todo lo que Taemin podía ver eran los ojos sorprendentemente oscuros del otro hombre. Lo atravesaban cada vez. Un matón como Minho no se suponía que tuviera unos ojos tan bonitos. Era raro y desesperante... y simplemente injusto.
—Yo no sabía que pintarse las uñas era algo homófobo —dijo Minho.
—No te hagas el tonto —dijo Taemin.
Minho sonrió.
—Pero yo soy un ruso tonto que necesita ser sermoneado y educado —dijo, su acento mucho más pesado de lo habitual.
—¡Argh! —Taemin agarró una almohada decorativa y se la tiró a la cabeza. Kkoongie maulló, hundiendo sus garras en su pecho. Taemin siseó de dolor—. ¡Mierda!
Minho se rio.
Taemin le lanzó otra almohada, la cual, el culo, atrapo. Jodidos reflejos.
—Odio los estereotipos —dijo Taemin—. Decirle a un hombre -gay o bi- que vaya a pintarse las uñas es bastante ignorante, por decir lo menos. Sí, hay hombres gays a los que les gusta pintar sus uñas, pero noticia de última hora: ¡hay hombres heterosexuales a los que les gusta también!