Taemin se quedó dentro de su departamento, cerró la puerta y se quitó las botas con un suspiro de alivio. Las adoraba, pero aún eran nuevas y no eran ideales para usar durante todo el día. Moviendo los dedos de los pies para librarse de la rigidez en ellos, Taemin se dirigió hacia su dormitorio.
Gritó cuando vio una figura sentada sobre la cama en la oscuridad.
—Soy yo —dijo Minho.
Taemin exhaló, presionando una mano en su corazón latiendo acelerado.
—¡Jesús, me asustaste! Advierte a un tipo de que estás esperando por él en su dormitorio a oscuras. Acechador. La gente normal espera afuera cuando no hay nadie en casa.
—Tú dejaste la puerta del balcón abierta.
Taemin encendió las luces.
—Vivo en el segundo piso.
Minho se encogió de hombros y le dio una mirada, como diciendo: "¿Y?"
La sonrisa divertida de Taemin se congeló. ¿Qué estaba mal con él? Los hábitos criminales de Minho no eran adorables. No lo eran. Eran terribles. Minho era una terrible, terrible persona.
—Correcto —miró con curiosidad a Minho, tirando de su abrigo y dejándolo caer en la silla—. ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No deberías estar de guardaespaldas de Kibum?
—Jonghyun volvió. Mi contrato terminó.
El estómago de Taemin se apretó.
Al cabo de un momento, dijo en un tono cuidadosamente casual, —¿Eso significa que estás dejando Inglaterra?
Los ojos oscuros de Minho lo estaban estudiando intensamente.
Poniendo su mejor expresión neutra, Taemin comenzó a desabrocharse la camisa.
—No —dijo Minho por fin—. Jonghyun me recontrató como su jefe de seguridad.
Taemin dejó escapar el aire que había estado conteniendo. Miedo anudó su interior cuando se dio cuenta de que se sentía aliviado. No tenía por qué sentirse aliviado.
—Eso es... bueno —dijo, deslizándose fuera de su camisa. Se sintió un poco expuesto, inseguro. No sabía dónde se encontraban después de la rareza de la otra noche... después de que Minho había saltado como un hombre de las cavernas sobre él. Le había gustado eso. Le había gustado demasiado, en contra de su mejor juicio—. Quiero decir, eso es bueno para ti, ¿verdad?
Minho se encogió de hombros, con los ojos todavía en el rostro de Taemin a pesar del estado semi desnudo de Taemin.
—¿Le has dicho a Kibum sobre esto? —dijo Minho—. ¿Le has dicho a alguien más?
Taemin frunció el ceño.
—¿Sobre qué?
—Sobre tú y yo —dijo Minho con voz cortante.
—Por supuesto que no —dijo Taemin, su ceño profundizándose—. Kibum sólo sabe lo que vio con sus propios ojos —Frunció los labios—. No le he dicho a nadie... bueno, a Jaehyun, pero estuviste de acuerdo en hacer un trío con él, por lo que era inevitable. Pero nunca te haría salir ante nadie sin tu permiso explícito. Eso no está bien.
Minho se mantuvo mirándolo con esa extraña mirada intensa.
—¿Qué? —dijo Taemin.
Los músculos de la mejilla de Minho pulsaron.
—Me hace sentir incómodo... que la gente sepa. En primer lugar ese idiota de Jaehyun, ahora Kibum y Jonghyun.
Las manos de Taemin se detuvieron en medio de bajar sus jeans por los muslos. Se humedeció los labios con la lengua, náuseas rodando en su estómago.