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Taemin se limpió las manos en el delantal y miró su creación. El pastel no era mucho que ver, pero olía delicioso y estaba seguro de que había acertado la receta que su madre le había enviado.

Algunas personas probablemente pensarían que estaba loco, pero cocinar era su actividad favorita cuando se sentía nervioso. Y él se sentía algo ansioso esta noche, mirando el reloj cada pocos minutos.

No estaba seguro de si Minho vendría. No habían hecho ningún arreglo anoche. Minho se había marchado para el momento en que Taemin se despertó esta mañana, y ahora Taemin no estaba seguro de qué esperar. ¿Minho estaba planeando venir todas las noches? ¿Siquiera iba a volver? A pesar de las palabras de Minho,

Taemin medio esperaba que Minho enloqueciera y cambiara de opinión.

Eran las diez de la noche ya. Seguramente Minho no vendría.

El timbre sonó.

Correcto.

—No te comas la torta —dijo Taemin a su gata y fue a abrir la puerta.

Minho estaba parado al otro lado.

Taemin mojó sus labios, tomando una mirada en Minho. No estaba acostumbrado a ver a Minho en otra cosa diferente a trajes negros, pantalones negros y camisetas negras. Ahora llevaba un par de jeans azules y un suéter azul oscuro de aspecto suave que acentuaba la anchura de sus hombros y el color de sus intensamente oscuros ojos... ojos grandes y oscuros que inmediatamente se fijaron en Taemin. Era tan fácil perderse en aquellos ojos, en aquella mirada. Como a todo el mundo, a Taemin le gustaba ser el centro del universo de alguien, y Minho podría ofrecer eso con un solo vistazo. Amaba esto... ser el centro de la atención de Minho.

—Mmm, hola —dijo Taemin, dándose cuenta de que había estado simplemente mirando a Minho en silencio.

Minho finalmente apartó la mirada de su rostro para barrerla por encima de su cuerpo. Sus labios se torcieron.

—Bonito conjunto.

Taemin se sonrojó, recordando que llevaba sólo una camiseta negra de gran tamaño y un delantal con la inscripción "el cocinero más bonito".

—Fue un regalo de Navidad del año pasado, de Sunny —dijo él a la defensiva, sacándose el delantal. Lo lamentó inmediatamente. Ahora se sentía casi desnudo, auto-consciente de que su camiseta no hacía nada para cubrir sus piernas desnudas—. Voy a ponerme unos jeans —dijo, señalando torpemente hacia su dormitorio.

Minho miró a sus piernas y apartó la mirada rápidamente.

—Sí, haz eso.

Aliviado, Taemin huyó a su habitación. Después de ponerse un jeans, tomó unas cuantas respiraciones para calmarse, echó un vistazo al espejo, gimió ante la maraña de cabello disparado en distintas direcciones, se arregló el pelo lo mejor que pudo con la mano unos mechones aún estaban rebeldes, pero Taemin los dejó ser, pensando que no podía esconderse en su habitación por más tiempo o Minho podría tener la impresión equivocada: que quería verse bien para él. Lo que no hacía. Obviamente. Eran casuales compañeros de jodida.

Cuando Taemin regresó a la sala de estar, Minho se encontraba mirando a su alrededor, dando al interior una buena ojeada.

—No es mucho comparado con el lugar de Kibum —dijo Taemin, cambiando el peso de un pie al otro—. No soy ningún multimillonario. Como alguien dijo, ser profesionalmente apuesto no es un trabajo muy lucrativo para los tipos.

—No lo estás haciendo demasiado mal —dijo Minho, echando un vistazo alrededor.

Taemin se encogió de hombros.

Stone HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora