La casa estaba iluminada con luces de Navidad.
Minho la miró fijamente por unos cinco minutos antes de lentamente caminar hacia la puerta principal.
Podía ver las siluetas de gente en las ventanas y trató de imaginar las celebraciones de Navidad. Nunca había celebrado la Navidad en su vida. No tenía una familia con quien celebrar. Por no hablar de que en Rusia la Navidad era celebrada en enero y era sobre todo, un evento religioso, la importancia del descanso no era tan grande.
Nunca se había sentido más extrañado de lo que lo había hecho últimamente, con todo el mundo a su alrededor pareciendo estar inmerso en las fiestas de Navidad. Incluso Jonghyun estaba complaciendo a Kibum y celebrando la Navidad con él.
Minho se detuvo frente a la puerta y vaciló. Tal vez debería irse y volver otro día. A su entender, la Navidad era un día de fiesta de familia. Era poco probable que fuera bienvenido.
Pero había estado posponiendo esta visita durante demasiado tiempo. Había jugado con la idea de llamar a Taemin, pero no tenía idea de qué decir. Necesitaba verlo. No podía esperar más o su regalo de Navidad para Taemin sería inútil... si Taemin siquiera lo aceptaba.
Minho respiró hondo y llamó.
Pasaron unos minutos antes de que la puerta se abriera. Era la hermana de Taemin.
La sonrisa de Sunny se desvaneció cuando lo vio.
—¡Tú!
Minho alzó las cejas.
—¿Yo?
—¿Qué quieres? —dijo Sunny. Sus ojos eran como los de su hermano -avellanos y bonitos - pero Minho nunca había visto una expresión tan fría en los de Taemin. Si Minho no hubiera estado en el extremo receptor de las miradas heladas de Jonghyun casi la mitad de su vida, podría haber sido intimidado por ella.
—¿Está Taemin aquí? —dijo Minho.
—¿Qué te importa? —dijo Sunny, saliendo y cerrando la puerta detrás de ella. Ella cruzó los brazos sobre su pecho.
Minho se sintió como un idiota con una chaqueta de invierno, mientras que ella estaba con un delgado saco tejido. No estaba particularmente frío, pero estaba nevando.
—Aquí, toma mi chaqueta —dijo, sacándosela, pero sus palabras cortantes lo detuvieron.
—No quiero nada de ti —dijo Sunny—. Vete. Tienes agallas para aparecer por aquí.
—No estoy yendo a ninguna parte sin ver a Taemin—dijo, un poco confundido por su hostilidad. Incluso si Taemin había dicho a su hermana lo que había ocurrido entre ellos, debería haberle dicho que su relación había sido casual.
Sunny frunció sus labios.
—¿Para qué lo necesitas? ¿Necesitas alguien para chuparte la polla?
Minho la miró.
—Estoy aquí como un amigo —dijo al fin.
Ella rio.
—Correcto.
—Él dijo que podíamos ser amigos —dijo Minho, refrenando su temperamento. No estaría bien ser grosero con la hermana de Taemin —. Quiero ser su amigo —Querer probablemente era una palabra demasiado fuerte, pero no estaba mintiendo.
Sunny se burló.
—Por favor. Tú no puedes ser amigo de Taemin.
Minho apretó los dientes.