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El viaje de regreso a Londres fue tenso y silencioso. Taemin encendió la radio mientras Minho estaba sentado en el asiento trasero, con gafas de sol ocultando su expresión. Con su traje negro impecable, parecía la definición de un guardaespaldas perfecto. Excepto que el guardaespaldas perfecto no lo jodería y luego pasaría horas en tenso, cargado, silencio. Él y Minho no habían intercambiado una sola palabra desde que habían tenido sexo la noche anterior. La mañana fue bastante incómoda con los padres de Taemin sonrojándose y evitando mirar a ninguno de ellos. Sunny solo acabó por suspirar y sacudir la cabeza. El hecho de que no se hubiera burlado de él de alguna manera hizo que Taemin se sienta peor... significaba que su hermana estaba realmente preocupada.

Estaba preocupado, también.

Porque incluso ahora, a plena luz del día, sus ojos seguían manteniéndose persistentemente en la línea de la mandíbula cuadrada de Minho, que acentuaba sus labios, y su mente seguía evocando pensamientos sucios, como parar el coche, subir a horcajadas entre las piernas de Minho y desabrochar lentamente ese traje prístino. Se imaginó arrastrando sus dedos extendidos hacia arriba y abajo de aquel pecho muscular, acariciando el tenso six pack antes de pasar la mano hacia abajo y...

Taemin se retorció en el asiento del conductor y ajustó su polla tan sutilmente como pudo.

Deja de actuar tan adolescente, se dijo, frustrado con su excitable cuerpo idiota. Tener sexo con Minho parecía haber empeorado el problema, sin mejorar nada.

El sonido del teléfono móvil de Minho rompió la tensión en el coche.

Taemin echó un vistazo al espejo. Minho lo tomó y contestó la llamada.

—Sí —dijo escuetamente Minho, agitando su mirada para encontrarse con la de Taemin en el espejo. Ambos apartaron sus ojos rápidamente.

—Gracias —dijo Minho antes de colgar.

—Era mi contacto en la policía —Minho dijo, para sorpresa de Taemin—. Uno de los hombres que te atacaron ayer habló, y la policía logró frenar otro secuestro de alto perfil anoche. Mi contacto dice que no debería pasar mucho antes de atrapar al resto de ellos.

Oh.

—Así que por fin puedo volver a casa —dijo Taemin.

—No todo el mundo en el culto ha sido capturado todavía — Dijo Minho.

—Lo sé, pero son menos peligrosos ahora que su número se ha reducido —dijo Taemin. Los matones alimentaban el odio de cada uno y la ira y, más a menudo que no, eran demasiado cobardes para actuar solos.

Minho no estaba en desacuerdo, su expresión imposible de leer.

Taemin se mordió el labio cuando un nuevo pensamiento se le ocurrió. Si -cuando- regresara a casa, no tendría que aguantar más a Minho. De hecho, era poco probable verlo de nuevo salvo que fuera a ver a Kibum.

En lugar de hacerlo sentirse aliviado, la idea era... un poco extraña. En poco tiempo se había acostumbrado a la presencia constante de Minho, a la pequeña emoción cada vez que lograba irritar a Minho hasta...

Taemin sacudió su cabeza con una mueca. Cuanto más grande fuera la distancia entre ellos era mejor. La noche previa demostró que no podía confiar en sí mismo, en lo que a Minho concernía: no podía confiar en sí mismo para no terminar de espaldas debajo de Minho si este decidía que así lo quería. La idea era humillante y exasperante.

—Me voy a mudar tan pronto como el resto de ellos sea atrapado —dijo Taemin.

Minho no dijo nada, su cara sin revelar nada. Mirando a la expresión inescrutable de Minho ahora, era difícil creer que había estado dentro de este hombre anoche.

Stone HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora