Me despierto atolondrado y con la cara llena de sangre. No sé cuánto tiempo he estado inconsciente, pero parece haber pasado toda una vida. Enciendo la televisión en busca de respuestas. Necesito saber sobre el caso que se me acusa. Quiero saber todo lo que se habla, las distintas especulaciones y posibilidades, en qué punto se encuentra el caso. ¡No puedo más! De repente, una noticia de última hora me llama la atención y me pone los ojos como platos.
Atención, noticia de última hora. El pintor y poeta Julián Barrientos ha sido agredido en el barrio de La Chana de Granada. Un vecino lo ha encontrado tirado en el suelo, con múltiples hematomas y con cuatro heridas de arma blanca en la espalda. Su pronóstico, aunque es estable, es bastante grave. Seguiremos informando.
Pongo mi teléfono a cargar, espero un par de minutos y decido llamar a su madre.
- María, ¿Qué ha pasado?
- Ay, Pablo, cariño. Estoy asustada. Con lo bueno que es mi hijo.
- Tranquila María, ya verás cómo se recuperará pronto.
- Ojalá y así sea. Pero ¿cómo te has enterado?
- Pues he puesto la televisión y en las noticias, una noticia de última hora, explicaba la agresión a Julián en el barrio de La Chana de Granada.
- ¿Sabes quién ha podido ser?
- No lo sé. No tengo ni idea, la verdad. Habíamos quedado para vernos un rato en mi casa y me he quedado esperándolo.
- Lo siento mucho, Pablo. Sé lo que Julián significa para ti.
- Yo también lo siento mucho. Y, ¿cómo se encuentra?, por cierto.
- Está muy mal. Está en coma, ingresado en el Hospital San Juan de Dios. No me han dejado verlo y necesito saber cómo se encuentra.
- Ahora vamos a intentar descansar y mañana por la mañana te acompaño al hospital para que nos informen. ¿Te parece?
- De acuerdo. Gracias por llamar. Intenta descansar tú también.
Después de la llamada a María me pongo a pensar en los posibles escenarios y en las razones que pueda tener alguien para agredir así a Julián. ¿Tendrán algo que ver con las acusaciones vertidas sobre mi persona?
Un par de horas más tarde, sobre las dos de la madrugada, vuelven a actualizar la noticia.
Julián Barrientos ha sido atracado y agredido por una banda criminal durante el día de ayer. La agresión se ha cometido alrededor de las nueve de la noche en una calle poco concurrida y uno de los barrios más temidos de la ciudad.
La policía nos ha informado de lo sucedido. El vecino que lo socorrió, justo al girar la calle, se encontró a cuatro tipos corriendo a pocos metros de su cuerpo. Todos ellos llevaban una chaqueta de color oscuro, con el dibujo de un puñal de color amarillo a la espalda y unas letras que no ha conseguido leer.
La banda del puñal es una de las grandes preocupaciones de los vecinos de la ciudad. Una banda que actúa a sueldo y que hace todo tipo de atrocidades por encargo. Mutilaciones, abusos sexuales, palizas o robos son algunas de sus grandes obras. Ya llevan unos años actuando y sembrando el pánico en la ciudad y nadie es capaz de ponerle remedio. La policía dice estar tras ella, pero ¿a qué esperan? ¿Qué más tiene que pasar?
Apago las luces, necesito pensar en calma y ser consciente de todo lo que ha sucedido durante estos últimos días a mí alrededor. Julián no se merecía lo que le ha pasado, yo tampoco, y por más que intento descubrir las razones de todo esto no consigo encontrarlas. Intento echar la vista atrás, buscar en el baúl de mi memoria algo que haya marcado mi vida, ese punto negro que crees haber borrado para siempre de tu cabeza, pero que está ahí, esperando su momento para resurgir con fuerza de nuevo.