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Ella





Miré a un lado y al otro antes de cruzar la calle. A partir de lo que me sucedió en el hospital había pensado mucho en lo que estaba haciendo con mi vida, pero concluí en que hacía lo que podía y no había mucho que pudiese cambiar. Llevaba días intentando no saltarme ninguna comida, y de ingerir cosas que le dieran fuerzas a mi cuerpo y a mi cerebro. Nada de comidas chatarra. Tomaba infusiones para dormir mejor, aunque a veces no funcionaba, pero me sentía un poco mejor. Algo insignificante. Quizás incluso solo lo imaginaba.

Al final había decidido que lo mejor para mi salud iba a ser aceptar que no podía con todo. Avery tenía razón, no podía cuidar de alguien más si no cuidaba de misma. Entonces decidí que haría los exámenes, intentaría aprobar, pero no me incorporaría el próximo semestre. Sabía que perdería la beca y que tendría que hacer solicitudes de nuevo y esperar que me concedieran alguna. Era jodido. Pero más jodido era ir por la calle con el miedo de que se repitiera lo que sucedió en el hospital y no tuviese cerca nadie que supiera como ayudarme.

Tomé asiento en la parada del bus. Mis clases eran en el horario de la tarde, entonces cuando salía debía ir de inmediato a ducharme y luego al trabajo El autobús no tardó en llegar y en menos de una hora estuve en casa. Cuando salí de la ducha ya el sol se estaba poniendo y yo comenzaba a ponerme tensa. Aunque llevaba unas semanas en el club no me acostumbraba. Además de que cada día estaba más cerca del momento en que mi jefa me exigiera algo más que bailar. Me aterraba.

Escuché mi teléfono móvil sonar en la habitación. Cuando llegué hasta él supe que era Avy. No la había visto en todo el día. Ella sí tenía clases en la mañana por lo que cuando yo despertaba ella ya no se encontraba aquí. Dudé si responder porque últimamente estaba muy pesada con nos reuniéramos con Charles y Rayo para hacer pizzas caseras. Al negarme ellos habían cancelado el plan porque Charles se había negado a ser el tercero rotundamente, entonces mi amiga se había quedado con las ganas. Cada vez que hablábamos el tema de buscar tiempo para reunirnos salía. Ya no sabía como decirle que no tenía tiempo casi ni para vivir, que el trabajo me dejaba agotada, que debía estudiar. Ella y Rayo siempre encontraban una solución para mí. Incluso él se había ofrecido a pagarme lo que cobraba en un día. Me había molestado tanto que no le importara gastar su dinero en una idiotez así, pero su vida había sido muy diferente a la mía, por lo tanto lo dejé estar.

A la segunda llamada atendí algo preocupada.

-¿Qué sucede?

-¿Por qué no cogías el teléfono?¿Me estabas ignorando?

-No -mentí -, ¿qué sucedió?

-Sé que pensabas que te iba a hablar de lo de las pizzas, pero no -Se quedó callada.

-¿Para que me llamaste?

-Ay, casi lo olvido -rió y yo negué con la cabeza -. Charles me llamó y me preguntó donde trabajabas. Creo que irá allí ahora ¿Estás de turno?

-Yo... Luego hablamos.

Colgué.

Mierda. Mierda. Mierda.

El trabajo que Avy creía que tenía era en la cafetería. Si él iba hasta allá y preguntaba por mí le dirían que había renunciado hace unas semanas. Él podría comentárselo a Avy, y ella me preguntaría. Y... Ay, no. Me puse los zapatos a toda prisa y tomé el bolso que llevaba a trabajar antes de salir corriendo del departamento.

La pizzería donde trabajaba estaba cerca de mi universidad, a más de media hora de donde me encontraba en bus. Debía coger un taxi si quería llegar a tiempo. Sin dejar de correr llegué hasta una carretera más transitada y conseguí subirme a un taxi. Pedí que se moviera lo más rápido posible, por suerte no había tanto tráfico. Bajé una calle antes para llegar andando como si no hubiese venido a toda prisa hasta aquí.

Huracán [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora