Capítulo 14

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Una semana después, Jimin seguía siendo secretario de Jungkook, además también seguía como empleado de la mansión, le pagaban por ambas cosas así que no había problema. En todo ese tiempo se había vuelto más cercano a Jungkook, solo como amigos claro, aunque no podía negar que de vez en cuando se lo comía con la mirada en secreto, pero estaba seguro de que Jungkook casi siempre se daba cuenta, aunque no hiciera ningún comentario al respecto. No está de más decir que a veces Jungkook se le quedaba viendo por largo rato, sin vergüenza o disimulo. Al menos él trataba de disimular, pero Jeon no lo hacía, él iba al descaro.

Por otro lado, le parecía muy extraño que la secretaria de Jungkook aun siguiera enferma, él le había dicho que la chica solo se tomaría unos días de descanso y luego volvería al trabajo, pero en todo este tiempo ella no había dado señales de vida. Pero sospechaba de de que había gato encerrado, porque hace unos dos días había escuchado, sin querer, una llamada telefónica entre Jungkook y una persona, que sospechaba que era su secretaria.

Todo ocurrió cuando Jungkook le pidió que le preparase un té, Jimin fue a hacerlo y al regresar, escuchó que Jungkook hablaba por teléfono así que decidió no interrumpir y esperar a que terminara. No tenía intención de escuchar su conversación, pero lo hizo sin querer.

-No, no. Creo que deberías tomarte otra semana más de descanso -escuchó decir a Jungkook, pero no podía escuchar lo que decía la persona al otro lado de la línea-. Si, está bien que hayas ido al gimnasio pero estoy seguro de que aún estas enferma... No interesa lo que haya dicho el doctor, la ciencia a veces se equivoca... Crees que te sientes bien pero no lo estás, tu voz se escucha mal... -claramente eso fue una mentira porque se tomó su tiempo para pensar en sus palabras-. Estoy seguro de que algo más tienes... Mejor quedate en casa y has reposo... Sin reproches... Es una orden... Adiós -dicho eso colgó y Jimin lo tomó como un señal para entrar.

-Aquí está su té -dijo, colocando la taza sobre el escritorio.

¿Sospechoso, cierto? Acaso el señor Jeon lo quería mantener a su lado todo el tiempo posible, sin importar cuantos hilos tuviera que mover. Pero, ¿con que objetivo? Era eso, o Jimin le estaba dando demasiada rienda suelta a su imaginación.

Podría preguntarle a Jungkook y sacarse la duda de una vez, pero podría pensar que está sacando conclusiones adelantadas, puede que solo se preocupe por la salud de su secretaria, después de todo le había contado que le tenía mucho afecto a la chica. Si, seguro es por eso que le ordenó que descansara un tiempo más.

Nada que ver con Jimin. Como siempre ha sido y seguirá siendo.

En fin. En esa semana que llevaba siendo el secretario de Jungkook, -y también fue promovido a asistente personal- este recibió una visita de un socio-amigo, como lo había nombrado Jimin. El porqué es muy sencillo, estaban conversando animosamente como dos amigos que se conocían de la infancia y se habían reencontrado después de haber pasado años sin verse, y en un abrir y cerrar de ojos se pusieron muy serio y comenzaron a hablar de negocios.

Jimin lo había visto todo en primera fila, y no porque fuera un entrometido chismoso, sino porque al ser el secretario y asistente personal de Jungkook pasaba la mayor parte del tiempo a su lado. Tiene que confesar que en su momento se sintió como el mal tercio por estar presente en una plática en la que no tenía ningún tipo de participación, pero cuando el tema cambió a negocios y finanzas se sintió menos fuera de lugar.

Volviendo al tema de la visita de ese amigo de Jungkook, ese día él se fue dejando muy en claro que en un día de estos iría a su casa y lo secuestraría y lo sacaría de su cueva de ermitaño. Por esa misma razón el castaño de sonrisa brillante se encontraba en la sala la mansión Jeon, a la espera del propietario de dicho lugar.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora