Capítulo 31

177 22 2
                                    

Al abrir la puerta y ver quién se encontraba detrás de esta el rostro de Jungkook no hizo más que endurecerse aun más de lo que ya estaba.

—¿Qué quieres? —preguntó de forma cortante, importándole poco ser grosero.

—¿Así recibes a todas tus visitas? —ignorando totalmente la actitud del azabache, recargó su peso en el marco de la puerta e hizo que sus curvas se notaran más.

—Solo a las más desagradables —rodó los ojos ante el intento de seducción de la chica.

—Ignoraré tu molesta ironía porque estoy segura de que has tenido un día muy pesado —como si esa fuese su casa Nayeon entró sin permiso alguno, yendo directamente a la sala.

—¿Qué te hace pensar eso? —cerró la puerta y fue tras la chica.

—Sucede que me enteré de que todos hablan de ti en la empresa, ¿estás bien? —su tono cambió a uno de preocupación exagerada y con sus manos trató de tomar el rostro de Jungkook, cosa que el azabache claramente impidió.

—No sé qué te hace pensar que eso me tiene preocupado —bufó, apartando las manos de Nayeon antes de que tocasen su rostro con las propias. En realidad lo único que le preocupaba de toda aquella situación era Jimin, quien por ahora estaba a salvo de las duras críticas que seguramente recibiría.

La fachada de preocupación de Nayeon flanqueó por un segundo cuando esta casi hace una mueca con su rostro al saber que, como le había dicho su madre, lo que hizo había sido totalmente inútil.

—También he vivido las fuertes críticas y constantes comentarios hacia mi persona, sé que es dificil aguantarlo.

—No vengas a fingir aquí. Se muy bien que fuiste tú —acusó con voz dura.

—¿Fingir qué? —alzó una ceja.

—Fingir que no hiciste nada. No trates de engañarme —continuó con firmeza.

—No te entiendo Jungkook, ¿de qué hablas?

—Le pagaste a alguien para que corriera el rumor.

—¿Por qué crees eso? —sus ojos se abrieron en exceso, sobre actuando demasiado.

—No engañas a nadie, Nayeon —cruzó sus brazos sobre su pecho, ya harto de tanta falsedad.

Sus ojos oscuros y con un toque de crueldad en ellos no dejaban de mirar a Nayeon, haciendo que ella se sintiera intimidada al tratar de sostenerle la mirada. Hasta que ya no resistió la mirada del azabache.

—Es cierto, fui yo—admitió al darse cuenta de que no lograría nada mintiendo, sabiendo que Jungkook era lo suficientemente astuto como para detectar enseguida de sus mentiras.

—Lo sabía —Jungkook dejó caer sus brazos a sus costados y soltó una risa que más bien parecía un resoplido—. Lo que no entiendo es por qué lo haces, ¿qué ganas tu con que todos hablen de mi vida personal?

—Todo esto lo hago por ti, por mi, por nosotros, nuestros padres y nuestro matrimonio — explicó exasperada, haciendo movimientos en el aire con sus manos. Desde su punto de vista aquello era lo más lógico y correcto, pero para Jungkook no lo era, nunca lo fue.

—Sigues con esas estupideces. Cuántos veces te lo tengo que decir Nayeon; no quiero, nunca he querido y nunca me casaré contigo. Entiéndelo de una buena vez —estaba tratando de conservar la calma, pero Nayeon lo volvía una tarea complicada.

—¡No lo voy a aceptar! No voy a dejar que arruines tu vida con ese empleado de cuarta —su voz se alzó, casi llegando a gritar.

—A ti no te importa lo que haga o deje de hacer con mi vida —la furia en su interior estaba provocando que se saliera de control. Tantos años defendiendo el mismo argumento, ya se estaba hartando de toda esa mierda.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora