Capítulo 12

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La noche anterior, Jimin ayudó a Jungkook con cosas de la empresa, aunque el que hizo la gran mayoría del trabajo fue Jimin y Jungkook se le quedaba viendo fijamente, como si hubiera estado analizando cada una de las cosas que hacía. Al día siguiente apenas despertó Irene se presentó en su habitación diciendo que el señor Jeon quería que fuese a su habitación sin ponerse el uniforme, así que ahora mismo eso es lo que estaba haciendo.

-Buenos días, Jimin -dijo Jungkook, una vez que el pelirosa ya estaba dentro de su habitación, con el tono serio que lo caracterizaba.

-Buenos días, señor Jeon -dijo algo avergonzado por su pijama amarillo pollito, jugando con su pie en el suelo.

-Iré a correr -informó-. Mientras tanto toma un baño y ponte esto -se acercó a la cama y señaló el traje que estaba sobre esta, que era una talla notoriamente más pequeña que las que el azabache usaba.

-S-señor, ¿puedo preguntar por qué?

-Verás, ayer mi secretaria enfermó y la mandé a descansar unos días, pero necesito alguien que me ayude en la oficina. Pensé en ti porque me dijiste que estudiaste administración -explicó seriamente, luego se acercó al pelirosa quedando frente a él-. Espero que no tengas ningún inconveniente -dijo con voz grave, sonando sensual a los oídos del de menor estatura.

-N-ninguno señor -tragó saliva.

-Bien. Cuando estés listo espera a que vuelva para desayunar juntos -dijo dirigiéndose a la puerta y antes de salir volvió a mirar al pelirosa-. Puedes tomar todo lo que necesites para arreglar te, sin pena.

Jimin asintió en respuesta y Jungkook se marchó, cerrando la puerta y dejando a Jimin completamente solo. Se fue al baño y se dio una relajante ducha, saliendo con una tolla envolviendo su delgado pero bien agraciado cuerpo. Se puso el traje y descubrió que extrañamente era echo a su medida, una nueva pregunta surgiendo en su mente: ¿Cómo el señor Jeon había conseguido sus medidas? Tal vez entró a su habitación y estuvo hurgando entre sus cosas. ¡Maldito depravado! . A partir de ahora cerraría la puerta con llave.

Terminó de vestirse y se paró frente al espejo de cuerpo entero, observó su figura y alisó con sus manos el traje. Miró su cabello despeinado y buscó un peine con la mirada, encontrando uno en la mesita de noche junto a la cama. El señor Jeon había dicho que tomara lo que necesitase, "sin pena" había dicho, no vio ningún problema y utilizó el peine para arreglar su cabello hacia un lado. Comprobó su apariencia en el mismo espejo de antes, no se veía mal, estaba elegante, se podría decir.

Estando ya listo se tomó el atrevimiento de sentarse en la gran cama matrimonial de Jungkook a esperar a que llegase, miró el reloj que colgaba de la pared y todavía faltaba como media hora para la llegada de su jefe. A un lado de la habitación se encontraba un estante con libros, Jimin se acercó a él y tomó un libro titulado "Orgullo y Prejuicio", ese nunca lo había leído, lo dejó en su lugar y tomó otro, "A través de mi ventana". Momento, ese si que lo había leído, valla sorpresa, el señor Jeon, ese hombre serio de negocios, correcto y educado lee una obra erótica como esta.

Siguió viendo los demás libros, no todos eran de obras eróticas, también había libros de historia, física, negocios y cosas así. Cuando sintió la puerta abrirse soltó el libro rápidamente, fingiendo no haberlo tocado nunca.

-¿Estabas leyendo o curioseando? -pregunta Jungkook entrando por la puerta.

-Emm... n-no estaba curioseando... -dijo apenado, escondiendo sus manos tras su espalda.

-Puedes leer lo que quieras. Iré a ducharme -dijo y fue directo al baño.

Jimin pensó en seguir leyendo, pero se dio cuenta de que Jungkook entró a ducharse sin llevar ropa ni una toalla. Fue al clóset a coger todo lo necesario y antes de tocar la puerta del baño respiró hondo, haciendo acopio de valor.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora