Capítulo 5

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Todos guardaban silencio en la cocina y todas las chicas miraban a Jimin para luego mirarse entre ellas.

—Así que... —le dice Irene a Jimin—. No te molestaría usar ropa de mujer, eh —lo mira con una ceja alzada y una sonrisa burlona en su rostro.

Las mejillas de Jimin se tiñen de un rojo carmesí.

—Este... b-bueno yo... —mira al suelo y juega nerviosamente con sus dedos detrás de su espalda.

—¿Tu qué? —lo interrumpe casi sin poder aguantar la risa.

Las demás chicas también estaban rojas, pero de tanto aguantar la risa que seguramente era causada por su estupidez.

—¡Me puse nervioso! ¿Okay? —explotó, cubriendo su rostro con sus pequeñas manos.

Luego de decir eso se escucharon las risas de todas las presentes, haciendo que Jimin se avergonzara todavía más

—Esta bien... —Irene se agarra el estómago con una mano y trata de controlar su risa—. Te entiendo. Él tiene ese efecto sobre las personas.

Después de unos minutos, en los que todas terminaron de reírse y Jimin quería borrar su existencia, Irene lo llevó a dar un recorrido por la mansión.

Le mostró desde el sótano hasta el ático, las habitaciones, el patio trasero, el jardín que rodeaba la casa, la ubicación de todos los baños, los instrumentos de limpieza, y demás partes de la casa. También fue presentado con el personal, una cosa que le pareció muy rara es que todos decían algo como "es muy extraño que el señor Jeon haya contratado un chico" , pero a pesar de estos comentarios todos le parecieron muy agradables y fueron amables con el.

—Y bueno estas son la habitaciones de los empleados —explicaba Irene—. Algunos se quedan a dormir aquí cuando terminan sus quehaceres muy tarde o simplemente viven aquí desde que fueron contratados. Yo, por ejemplo.

—Valla, son muy lindas las habitaciones.

Dijo mirando dentro de una que no estaba ocupada por ningún empleado –esto lo sabía porque no estaba cerrada con llave–. Estaban ubicadas en la planta baja de la casa, la puerta para acceder al pasillo donde se encontraban estaba cerca de las escaleras. Irene dijo que eran quince, todas dos veces más pequeñas que las de la planta superior, pero aún así lucían bien.

—Tu uniforme debe estar aquí —avanzó un poco y abrió una de las puertas—. Sip, aquí esta —le sonrió a Jimin—. Cambiate, hay trabajo que hacer.

Dicho esto se retira y deja a Jimin parado en el marco de la puerta. Suspira y se adentra en esta, cerrando la puerta detrás de el. Con un suspiro se acerca a la ropa que está sobre la cama; se trataba de un uniforme de falda amplia y corta de color rosa con un pequeño delantal blanco (osea el que sale en la portada), el mismo que llevan Irene y las chicas de la cocina.

—Dios, yo y mi bocota... —se lamenta en voz baja.

Se quita la ropa que trae, quedando solamente en bóxer, sostiene con sus pequeñas manos el uniforme y lo mira con recelo, dando el milésimo suspiro en un lapso de menos de 10 minutos, comienza a ponérselo. La molesta cremallera que se encuentra en la parte de atrás de la ropa lo desespera cuando no coopera con él. En ese momento tocan la puerta y pensando que era Irene suelta un "pasa" lo suficientemente alto para que la persona que está al otro lado de la puerta lo escuche. Está de espaldas a la puerta, por lo que no puede ver quien es la persona que acaba de entrar.

—Dios, que molesta cremallera... —dice mientras continúa luchando con esta, sin darse la vuelta—. Irene, ¿me podrías ayudar?

Se oye una pequeña risa y Jimin se queda de piedra, se da la vuelta lentamente para encontrarse cara a cara con el señor Jeon.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora