Capítulo 8

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A penas Irene le dio el recado de Jungkook, Jimin corrió a su habitación a cambiarse para dirigirse a su apartamento a empacar todas sus cosas. Se fue en bus ya que no tenía auto, realmente la mansión estaba lejos de su casa, tardó más de media hora en llegar.

Mientras buscaba en su bolsillo la llave se encontró con la señora Yoo, su casera, con su voz horriblemente chillona, una mujer de 50 años o más, y esta vez Jimin no se equivocaba, ella era muy mayor, tiene complejo con ello y por eso siempre anda con mascarillas y pepinillos en los ojos, gracias a ella Jimin se ha llevado unos buenos sustos de muerte, porque encima se aparece en cualquier lugar y en cualquier momento, tan silenciosa como una víbora cuando caza.

-Park Jimin -dice ella como si fuera su peor enemigo y no lo hubiera visto en años.

Jimin pega un brinco al verla junto a él con una crema en la cara que la hacía ver más pálida que un fantasma. Que bien, otro susto para la colección.

-¡Señora Yoo! Le he dicho que no haga eso, me va a matar un día -se lleva una mano al pecho, agitado.

-¿A quién le di es señora? -dijo mientras apuntaba al rostro de Jimin con la revista enrollada que siempre llevaba encima para golpear a cualquiera que le dijera señora- digo, a cualquiera que se metiera con ella.

-P-perdón, señorita Yoo -tragó duro.

-Bien -dijo u colocó la revista debajo de su brazo, "la funda de la espada" como solía decirle Jimin.

-Bueno, si me disculpa voy a-

Trató de meter la llave el la cerradura para abrir la puerta y escapar de la mujer, pero esta golpeó la puerta con su mano, haciendo a Jimin sobresaltar de nuevo.

-¿A dónde crees que vas? Recuerda que no me has pagado la renta, si no la pagas esta semana te echaré del edificio.

Jimin sacó valor de quien sabe dónde para poder enfrentar la voz terrorífica de la mujer.

-No se preocupe por eso -le sonríe con autosuficiencia-, me iré por voluntad propia.

La señora Yoo abrió los ojos hasta el punto de que casi se le salen de su lugar.

-¿A dónde te irás? ¿Acaso te conseguiste un hombre rico que te mantenga? -preguntó, sacando su lado cotilla y haciendo que Jimin se moleste.

Las únicas personas cotillas que soportaba eran a So Yeon y a su madre, y a veces ni lo lograba.

Jimin pensó su respuesta por unos segundos. ¿Qué había de malo si le decía una pequeña mentira? Nadie saldría afectado por eso, además sería una mentirita insignificante, solo para tener una mini venganza por lo mala que era esa señora con él. De todos modos nunca se enteraría de la verdad y nadie nunca se enteraría de lo siguiente que va a decir.

-Así es, señorita Yoo -se cruzó de brazos y puso todo su peso en una de sus caderas, haciendo que la palabra "diva" se leyera en él por donde lo mirasen-. Él está perdidamente enamorado de mí, tanto que ya quiere que me valla a vivir con el. ¿Qué le puedo decir? No puede vivir sin mí.

Solo pensaba en el señor Jeon cuando decía aquellas palabras, y por un momento él también quiso creer sus propias mentiras.

-Oooh, mi niño -dijo orgullosa como una madre-, estoy tan feliz por ti.

Se acerca a Jimin y lo envuelve en un abrazo estrangulador, y él solo trata de coger todo el aire que necesitan sus pulmones para no morir.

-Siempre supe que te casarías con alguien adinerado -lo liberó del abrazo-. No te olvides de los amigos cuando estés nadando en dinero.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora