Capítulo 4

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-¡Dejenlo pasar! -dice una chica, que intervino en la discusión que Jimin estaba armando con los guardias.

Todos voltearon a verla.

-Señorita Irene... -dice uno de los guardias y hace una reverencia hacia la chica-. ¿Usted conoce a este señor?

-Él vino por trabajo -mira a Jimin-. ¿No es así?

¡¿Cómo lo sabía?!

-Así es.

Ellos se hicieron a un lado para dejar pasar al peli rosa. Jimin caminó hacia Irene, no sin antes darles a los guardias una mirada que claramente gritaba un victorioso Tomaaaa!".

-Sigueme, por favor -sonrió amablemente, sonrisa que Jimin devolvió por educación.

Caminaron en dirección a la gran puerta principal.

-¿Cómo te llamas?

-Park Jimin -respondió-. ¿Cómo sabes que vengo por trabajo? -preguntó tímidamente.

-Mi hermana me llamó, me dijo que un chico muy tierno de cabello rosa estaba en busca de trabajo, que él y su amiga se habían infiltrado en el casino para conseguir la dirección de la mansión y que se la había dado -ríe burlona.

Un sonrojo avergonzado invadió el rostro de Jimin y rió nervioso.

-Si... Eso es... Una larga historia...

-Está bien. Creo que me asustaría saber como entraron.

Al legar a la gran puerta doble dos guardias más la abrieron. Hicieron una reverencia cuando ambos entraron por esta. Después de pasar el recibidor llegaron a una amplia sala amueblada con sofás de cuero negro, una televisión plasma en la pared y unos pocos cuadros al parecer todos muy caros y de pintores famosos pero no había ninguna foto familiar o algo que lo ayudara a saber más sobre la persona para la que trabajaría, una alfombra gris en el suelo, unas esculturas y grandes lamparas a los costados de los muebles, frente al sofá grande una -no tan pequeña- mesa de cristal con una de esas cosas extrañas que la gente llama obras de arte pero que Jimin solo veía como garabatos en el centro, unas puertas que llevaban a quien sabe donde y las escaleras que llevan a la planta superior, enormes como el resto de la casa.

-Jungkook está en su oficina, le avisaré que ya llegaste -se dio la vuelta para dirigirse a las escaleras-. Sientate.

Asentió y así lo hizo, se puso cómodo en el sofá. Ok no le había dicho que se acomodara, solo que se sentara pero Jimin era un poco facultoso. Miró a su alrededor para seguir admirando la belleza del lugar. Al parecer el señor Jeon era un viejito con buenos gustos, la casa no parece de una persona de sesenta años.

-Jimin... ¿Jimin? ¡Jimin! -no escuchó la voz de Irene llamándole debido a que estaba muy metido en sus pensamientos.

Jimin brinco del susto.

-¿Qué? -preguntó agitado por el susto.

-Vamos. Jungkook te espera.

-Si, claro -se levantó y caminó detrás de Irene escaleras arriba-. ¿Él te permite llamarlo por su nombre?

-Solo me lo permite a mi porque llevo mucho tiempo trabajando para el -respondió simple-. Dime, ¿ya has trabajado antes en una mansión?.

-No. Pero vivo solo por lo que tengo que hacer lo quehaceres yo y no tendría ningún problema en trabajar aquí -explicó, orgulloso de sí mismo.

-Bien -asintió-. Aquí es.

Se detuvo frente a una puerta doble de color negro, no tan grande como la principal, esta era tres veces más pequeña pero eso no quitaba que era grande.

Mi Empleado Favorito // •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora