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Félix se encontraba en la biblioteca de la universidad, concentrado en encontrar un libro específico. De repente, escuchó una voz a su lado y volteó, encontrándose con Han.

—¿Qué libro estás buscando? —preguntó Han con curiosidad.

—Uno sobre estadística básica —respondió Félix sin apartar la vista de los estantes.

—Déjame ayudarte a encontrarlo —ofreció Han.

—No te preocupes, alguien ya me dio una lista —dijo Félix, intentando desviar la atención.

—¿Te refieres al estudiante de medicina? —inquirió Han, esbozando una sonrisa forzada.

Félix no respondió, lo que hizo que Han se sintiera aún más incómodo. Sin embargo, el chico decidió continuar hablando.

—Félix, él podrá ser mejor que yo en cosas académicas, pero tengo talento para otras cosas —dijo Han mientras se acercaba lentamente a Félix.

Justo en ese momento, Minho apareció y empujó a Han, obligándolo a alejarse de su mejor amigo.

—¿Por ser irritante? ¿No ves que mi amigo no quiere hablar contigo? —le espetó Minho, sin ocultar su molestia.

—Estoy tratando de cortejarlo, esto no es asunto tuyo —replicó Han, manteniéndose firme.

—Soy tu hyung —le recordó Minho, con una mezcla de autoridad y protección.

—¿Y se supone que debo tener miedo? —respondió Han, desafiante.

—Mejor vámonos, Minho —intervino Félix, tratando de calmar la situación.

—Deja a mi amigo en paz —sentenció Minho antes de marcharse con Félix.

...

Más tarde, Minho se encontraba almorzando con su novia, Ploy, mientras le contaba lo sucedido.

—Si Félix no me hubiera detenido, lo hubiera matado —dijo Minho, todavía enfadado.

—Él solo está siguiendo a su corazón —respondió Ploy con tranquilidad.

—Pero Félix ya dejó claro que no le gusta —insistió Minho, frustrado.

—Te recuerdo que cuando nos conocimos, venías a verme todos los días —le recordó Ploy con una sonrisa.

—No es lo mismo, en ese entonces yo te gustaba, ¿verdad? —replicó Minho, buscando una confirmación.

—Me voy a enojar si no me invitas a una gran cena hoy —dijo Ploy, cambiando de tema.

—¿Esta noche? Hice planes con mis amigos —respondió Minho, un poco sorprendido.

—Pero me dijiste que tendrías tiempo para mí después de terminar tu informe —le recordó Ploy con un tono suave, pero firme.

—Estaré contigo antes de las nueve, te lo prometo —aseguró Minho.

—No te creo —dijo Ploy, alzando una ceja.

—Te lo prometo —reiteró Minho con una sonrisa, tratando de calmarla.

...

Han llegó a la piscina de la universidad y se encontró con Félix y Minho. Este último, al verlo, se dirigió a él visiblemente molesto.

—¿No entiendes el lenguaje humano? —le espetó Minho, su paciencia agotándose.

—Minho, tranquilízate. Está aquí para practicar —intervino Félix, tratando de calmar la situación.

Al escuchar eso, Minho se alejó, todavía un poco molesto, dejándolos solos.

—Félix —llamó Han, su voz teñida de incertidumbre.

—¿Pasa algo? —preguntó Félix, notando la tensión en el aire.

—¿Puedo ser honesto contigo? —dijo Han, respirando profundamente.

—¿Qué pasa? —preguntó Félix, sin entender a qué se refería.

—Te amo —confesó Han de golpe.

—No, estás perdiendo tu tiempo —respondió Félix, intentando ser lo más claro posible.

—¿Por qué? A Hyunjin le gustas, y tú también me gustas a mí. ¿Hay alguna diferencia? —preguntó Han, buscando una explicación.

—Sí, la hay. A mí me gusta él, no tú —contestó Félix con firmeza.

—¿Me puedes dar una oportunidad? Te prometo que haré que te guste algún día —insistió Han, su voz llena de esperanza.

—No puedo hacer eso, porque la única persona que me gusta es Hyunjin —finalizó Félix, cerrando cualquier posibilidad.

...

Minho estaba saliendo del bar después de pasar una noche divertida con sus amigos. Al llegar al estacionamiento, se encontró con Han, que estaba tirado en el suelo. Minho decidió ignorarlo al principio. ¿Por qué ayudaría a alguien tan molesto como él? Sin embargo, al final, su bondad lo llevó a cambiar de opinión y decidió ayudarlo.

—¿Me estás ayudando, Félix? —preguntó Han, confundido por el alcohol.

—Estás borracho, de eso no hay duda —respondió Minho, mientras lo levantaba.

Minho no sabía dónde vivía Han, por lo que no tuvo otra opción que llevarlo a su propia casa. Al llegar a su habitación, lo acostó en la cama, pero Han lo sujetó, sin querer dejarlo ir.

—¿No dormirás conmigo? —preguntó Han, con una voz quebrada.

—No —respondió Minho, tajante.

—¿Por qué? ¿Estás disgustado conmigo? —insistió Han.

—Sí, lo estoy —admitió Minho, intentando soltarse.

Al decir eso, Minho intentó apartarlo, pero Han, aunque débil, fue un poco más fuerte y lo empujó hacia la cama, colocándose sobre él.

—Por favor, te lo ruego, solo esta noche, no te molestaré más —suplicó Han, con lágrimas en los ojos.

Han acarició con delicadeza la mejilla de Minho y se acercó lentamente, hasta juntar sus labios en un beso que Minho correspondió. Han comenzó a descender con sus besos hasta el cuello de Minho, mientras desabotonaba su camisa con manos temblorosas.





**Aviso**

Espero que disfruten esta pequeña historia. Quiero aclarar que esta es una adaptación de una serie, por lo que la historia no es original mía. También quiero comentarles que en este fanfic no se hablará en detalle sobre escenas +18, ya que describirlo explícitamente sería sexualizar a los personajes, lo cual me incomoda. Espero que puedan entenderme y que disfruten de esta pequeña historia.

Mecánica del amor /ADAPTACION/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora