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Han caminaba por la calle cuando se encontró con los amigos de Minho. Su expresión reflejaba la preocupación que intentaba ocultar.

—¿Sabes dónde está Minho? —preguntó Soobin, con un tono que denotaba cierta inquietud.

—Él fue a encontrarse con Ploy desde la tarde —respondió Han, bajando la mirada—. No creo que vuelva todavía... no tengo el coraje de llamarlo.

—No te preocupes, yo lo llamaré —dijo Félix, sacando su celular.

Intentó varias veces, pero el teléfono de Minho no contestaba. Frunció el ceño al ver que no obtenía respuesta.

—Parece que su teléfono murió —informó Félix, frustrado.

—Llamaré a otros amigos y preguntaré si han visto a Minho —propuso Changbin, alejándose para hacer unas llamadas.

—No te preocupes, Han —dijo Soobin, tratando de tranquilizarlo—. Minho nos dio su palabra de que aclararía todo apropiadamente. Tal vez en este momento esté buscando algo para comer, para celebrar contigo.

Minutos después, Changbin regresó con una expresión sombría.

—Un amigo dijo que Minho fue asaltado por el novio de Ploy... lo dejaron solo —informó Changbin, su voz llena de preocupación.

—Vayamos a buscarlo —dijo Soobin, sin dudar.

...

Minho estaba sentado en la sala de espera de un hospital, con una mezcla de frustración y cansancio reflejada en su rostro. Sintió que alguien se sentaba a su lado, y al voltear, vio a su exnovia, Ploy.

—Ploy, pensé que estabas con tu novio —dijo Minho, sorprendido por su presencia.

—He terminado con él —respondió Ploy, con un suspiro—. En realidad, había estado pensando en eso durante un tiempo, pero me engañé a mí misma para creer que lo que él me hacía era por amor. Pero tú me demostraste que alguien que está enamorado nunca lastimaría. Gracias, Minho... incluso en nuestro último día juntos, todavía te metí en problemas.

...

La noche avanzaba, y los chicos no lograban encontrar a Minho. Llevaban horas buscando, cuando de repente, Han se detuvo en seco. Todos voltearon para ver lo que Han estaba mirando, encontrándose con Minho besándose con Ploy. Changbin no lo pensó dos veces y corrió hacia ellos, separándolos de un tirón y golpeando a Minho en la cara.

Han se dio la vuelta rápidamente, con lágrimas en los ojos, y empezó a alejarse. Minho intentó seguirlo, pero Soobin lo detuvo, dándole una cachetada que resonó en la noche.

—Es suficiente —dijo Ploy, tratando de intervenir.

—¡Tú cállate si no quieres que también te golpee! —espetó Soobin, mirando a Minho con furia—. ¿Estás con ella de nuevo?

—Nosotros terminamos —dijo Minho, su voz llena de culpa.

—¿Terminaron? Entonces, ¿por qué la besaste frente a tu novio? —Soobin replicó, con voz incrédula.

—¿Novio? —preguntó Ploy, confundida.

—Sí, Han —respondió Soobin, con rabia contenida—. Él consoló a Minho cuando tú lo estabas engañando.

—Soobin, mejor vámonos —intervino Félix, tratando de calmar la situación.

—Más te vale que no le vuelvas a hablar a Han —advirtió Soobin, señalando a Minho—. No eres bueno para él.

...

Han caminaba por las calles, las lágrimas caían libremente por su rostro. Todo a su alrededor era un borrón, su mente inundada por la tristeza y el dolor. En un momento de distracción, casi fue atropellado por un auto, pero Changbin, que lo había seguido, lo detuvo a tiempo.

—¿Changbin? —preguntó Han, con la voz entrecortada.

—¿Puedo llevarte a casa? —ofreció Changbin, con suavidad.

—Vete a casa primero, no quiero volver ahora —respondió Han, con un tono derrotado.

Pero Changbin no se movió. En cambio, ambos decidieron sentarse en una banqueta cercana.

—Estoy acostumbrado a esto... no es la primera vez —dijo Han, con la voz temblorosa—. Esperé a Minho, pero no volvió... puedes irte, yo puedo irme solo.

—Yo también estoy acostumbrado... —respondió Changbin, con un tono de tristeza—. Esta no es la primera vez que me rechazas, pero no te hice caso... ¿Recuerdas ese día en que te dije que seríamos hermanos? Si estás herido, ¿por qué tendría que ignorarlo?

Al escuchar eso, ambos comenzaron a llorar. Han no pudo contenerse más y abrazó a Changbin, quien lo abrazó de vuelta con fuerza.

—Quiero estar así por un tiempo —susurró Han, aferrándose a la única fuente de consuelo que tenía en ese momento.

Mecánica del amor /ADAPTACION/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora