Mecánica del amor /ADAPTACION/

15

Han se encontraba en la biblioteca de su facultad, buscando algunos libros para estudiar. Estaba tan concentrado que no notó la presencia de alguien más hasta que sintió una presencia a su lado. Al voltear, se encontró con Minho, que lo miraba con una sonrisa.

—¿Tienes compañeros de estudio? —preguntó Minho, inclinando ligeramente la cabeza.

—Sí, los tengo y muchos —respondió Han, volviendo la vista a los libros.

—¿Y alguien más que un amigo? —continuó Minho, en tono sugerente.

Han dejó de hojear el libro, alzando una ceja.

—¿Es como Ploy para ti? —replicó Han, sin mucho interés.

Minho suspiró.

—Bueno, Ploy suele estudiar en el dormitorio de sus amigos durante el periodo de exámenes. Yo estudiaría con Félix, pero él estará en el dormitorio con su novio, así que quiero hacer lo mismo que él.

Han lo miró de reojo, con una expresión entre divertida y escéptica.

—¿Y quién es tu novio?

Minho puso su mejor cara de súplica.

—Por favor, Han, déjame estudiar en tu dormitorio.

...

Era de noche, y ambos chicos estaban acostados en la cama. Sin embargo, ninguno de los dos podía dormir, y el silencio entre ellos se sentía incómodo.

—¿No puedes dormir? —preguntó Han, rompiendo el silencio.

—Mmm —murmuró Minho, girándose hacia él.

—Dormirás en tu habitación habitual después del examen —dijo Han, girándose hacia el otro lado, tratando de ignorar la situación.

—Ya que es mi última noche, no puedo dormir. Quiero hacer... la otra cosa —respondió Minho, con una sonrisa traviesa.

—En tus sueños —replicó Han, sin girarse.

—Puedo esperar a que te duermas —bromeó Minho, acercándose más.

—No me dormiré delante de ti —dijo Han, cruzando los brazos.

—Siempre roncas —respondió Minho, riendo suavemente.

—Eso es mentira. Nunca ronco —protestó Han, dándole un leve empujón con su pie.

Pasaron algunos minutos en silencio, hasta que Minho miró a Han, quien parecía estar dormido. Se acercó lentamente, dispuesto a darle un beso en la boca, pero justo antes de hacerlo, decidió besarle la frente. Cuando volvió a su lado de la cama, Han sonrió.

—Así que realmente no eres valiente —murmuró Han, sin abrir los ojos.

—Es porque no sabes actuar —replicó Minho, susurrando—. No lo hice porque quiero aclarar las cosas primero.

Han abrió los ojos, sorprendido.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, girándose hacia él.

—Después del examen, voy a romper con Ploy —dijo Minho, con seriedad—. Sé que estoy diciendo esto demasiado tarde, pero por favor, espérame.

Han lo miró fijamente antes de asentir.

—Voy a estar esperando, así que sé rápido y date prisa en volver.

Pasó el tiempo de exámenes, y como Han había prometido, esperó a Minho. Sin embargo, Minho nunca regresó. Han intentó llamarlo, pero no logró localizarlo. La tristeza comenzó a apoderarse de él.

...

Han estaba sentado en las bancas afuera de su universidad, estudiando con sus amigos, cuando los amigos de Minho se acercaron.

—Hola, chicos —saludó Seungmin, con una sonrisa.

—¿No tomarán un descanso después del examen? —preguntó Jeongin, mirando los libros esparcidos.

—Sería bueno, pero todavía tenemos que entregar un informe —respondió Yeonjun, suspirando.

—¿Puedes ayudarnos, hyung? —pidió Khai, con un tono suplicante.

—Minho en realidad es el experto en este tema. Es una pena que no esté aquí con nosotros —comentó Changbin, buscando a Minho con la mirada.

—¿Y dónde está él? —preguntó Han, intentando sonar casual.

—La novia de Minho tuvo un accidente automovilístico, así que ha estado durmiendo en el hospital —explicó Changbin.

—Sin embargo, Ploy despertó esta mañana —añadió Seungmin, con una sonrisa de alivio.

—Acabamos de llegar del hospital. Ella está bien ahora —aseguró Jeongin.

...

Minho estaba en la habitación de hospital de Ploy, quien acababa de despertar.

—¿Qué pasa... con el hombre...? —preguntó Ploy, con voz débil.

—¿El hombre que conducía? Está bien, volverá a casa pronto. Está justo al lado de tu habitación. ¿Quieres visitarlo? —respondió Minho, con una voz suave.

—Minho... —murmuró Ploy, con lágrimas en los ojos.

—En realidad, lo supe hace un tiempo —dijo Minho, sentándose junto a ella.

—Lo siento... te hice miserable, ¿no? —Ploy comenzó a sollozar.

—Por favor, no llores —pidió Minho, acariciando su mano.

Esa noche, Ploy fue dada de alta. Minho la acompañó a su habitación, asegurándose de que estuviera bien. Le dejó comida y sus medicamentos.

—No olvides tomar tus medicamentos después de la cena. Bueno... llámame si tienes alguna emergencia —dijo Minho, tratando de sonar tranquilo.

—Su nombre es Ton. Es estudiante de último año. Sabía que yo tenía novio, pero aun así, me perseguía —confesó Ploy, con la voz entrecortada.

—¿Y aun así hablaste con él? —preguntó Minho, sin apartar la vista de ella.

—Él... sabía cómo cuidar a las chicas. Me llevó a lugares nuevos, lugares a los que nunca fui —dijo Ploy, desviando la mirada.

—¿Y eso incluía comprarte algo nuevo? Lo que no puedo permitirme porque no soy rico —replicó Minho, con un tono amargo.

—Al principio, iba a jugar con él, pero... eventualmente, yo... —Ploy dejó la frase en el aire, sin saber cómo continuar.

—¿Sientes algo por él? ¿Desde cuándo? —preguntó Minho, con voz firme.

—Desde... hace dos meses —confesó Ploy, bajando la cabeza.

Y como era de esperarse, Minho perdonó a su novia, y no terminaron. Pasó el tiempo y siguieron como si nada hubiese pasado, pero por dentro, Minho sabía que nada sería igual. Mientras tanto, Han sufría en silencio al verlos juntos y aparentemente felices.