Mecánica del amor /ADAPTACION/

29

Pasaron varios días en los que Minho trató de hablar con Han, pero Han lo evitaba o se escondía de él cada vez que lo veía. Sin embargo, llegó el día en que ambos tendrían que enfrentar la situación. Han finalmente aceptó hablar con Minho, y ambos se dirigieron a un salón vacío, un lugar donde podrían estar solos sin interrupciones.

—¿Tomará mucho tiempo? —preguntó Han, sin mirarlo directamente.

—Lo siento mucho —comenzó Minho, con voz temblorosa—. Me he equivocado. Te prometo que no volveré a hacer algo así.

—No tienes nada de qué disculparte —respondió Han, con frialdad—. Creo que no eres nada para mí. Puedes hacer lo que quieras con quien quieras.

—Han... por favor, no digas eso —suplicó Minho, con el dolor reflejado en sus ojos.

—Estoy siendo franco —replicó Han—. No pierdas el tiempo conmigo, es molesto.

—No puedo... aunque no me ames, todavía te amo —confesó Minho, su voz cargada de desesperación.

—¿Todavía me amas? —preguntó Han, con incredulidad.

—Sí, todavía lo hago.

Han se quedó en silencio por un momento, mirando a Minho con una mezcla de tristeza y resignación.

—Por favor, haz algo por mí —pidió finalmente Han.

—Lo que sea —respondió Minho, dispuesto a hacer cualquier cosa por él.

—Por favor, sal de mi vida. Donde sea que me encuentres, no me hables, actúa como si no nos conociéramos. ¿Puedes hacer eso por mí?

Minho sintió cómo su corazón se rompía al escuchar esas palabras, pero asintió lentamente.

—¿De verdad quieres eso? —preguntó, esperando una respuesta diferente.

—Sí —respondió Han, con firmeza.

—Está bien, lo haré por ti —dijo Minho, su voz apenas un susurro.

...

Pasaron días en los que Minho no asistió a la universidad, lo que preocupó a sus amigos. Decidieron ir a buscarlo a su casa, donde lo encontraron sentado en su patio, con la mirada perdida.

—¿Crees que eres el protagonista de un MV? —bromeó Soobin, tratando de aliviar la tensión.

—¿Cuándo nos ibas a decir la verdad? Ploy ya nos lo ha contado todo —añadió Félix, con un tono más serio.

**Flashback**

Minho y Ploy caminaban juntos.

—Te llevaré a tu dormitorio —ofreció Minho, con una voz amable.

—No hay necesidad —respondió Ploy—. ¿Hay alguien esperándote?

—Solo déjame llevarte —insistió Minho.

—Estoy bien —repitió Ploy, pero Minho no se detuvo.

—Romper no significa que debamos odiarnos —dijo Minho, tratando de mantener la calma.

—Él debería darme más que tú, pero tú eres el mejor en cuidarme —comentó Ploy, con una sonrisa triste.

—No me elogies, no soy suficiente para ti —respondió Minho, con un suspiro.

—En realidad, cuando estábamos separados, quería verte todos los días. No sé cuándo podrás perdonarme, pero hoy sé que todavía te preocupas por mí. ¿Podemos volver a estar juntos? No tiene que ser lo mismo, prometo no volver a ponerte triste.

Ploy se acercó lentamente a Minho, sus rostros a centímetros de distancia. Minho apartó la mirada, incómodo.

—Es demasiado tarde, Ploy —dijo Minho, con voz firme.

—Puedo tomarlo como un beso de despedida —insistió Ploy—. ¿Quieres saber si todavía quedan sentimientos como en el pasado?

—No es importante —respondió Minho, tratando de alejarse.

Antes de que pudiera irse, Ploy lo jaló del brazo y lo besó.

**Fin del flashback**

—Lo siento por haberte malinterpretado —dijo Soobin, bajando la cabeza.

—Es solo mi culpa —admitió Minho, con un suspiro.

—Sí, es solo tu culpa —intervino Changbin, con severidad—. No deberías haberte dejado estar en esa situación.

—¿Por qué le dices eso? —preguntó Félix, confundido por la reacción de Changbin.

Changbin miró a Minho con enojo antes de irse, claramente molesto.

—Lo que dijo Changbin es correcto —continuó Minho, con resignación—. No debería haber dejado que eso sucediera. Ahora pienso que ya es demasiado tarde.

—Te entendemos, pero creo que Han debería saber lo que pasó y después dejar que él decida qué hacer —sugirió Félix, con cautela.

—Al principio yo pensé así, hasta que él me dijo que no quería que le explicara más. En el pasado lo lastimé muchas veces... lo que prometo, no puedo cumplirlo. Creo que es hora de dejar que conozca a alguien mejor que yo.