Mecánica del amor /ADAPTACION/

9

Han se despertó y, al darse cuenta de que Minho estaba dormido en su sofá, decidió darle una patada para que se levantara.

—Despiértate —ordenó Han, con un tono firme.

—Déjame dormir, no tengo clase por la mañana —murmuró Minho, aún medio dormido.

—Despiértate, Ploy podría estar preocupada por ti —insistió Han.

Al escuchar el nombre de su novia, Minho se levantó rápidamente y buscó su celular. Al ver la pantalla, sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Mierda, ¿cuándo me envió un mensaje? —exclamó Minho, nervioso.

—Entonces apresúrate en volver a tu habitación, ella podría estar muy preocupada ahora —dijo Han, mientras lo observaba con calma.

...

Minho entró en la habitación que a veces compartía con su novia, solo para darse cuenta de que ella no estaba. Decidió llamarla.

—¿Minho? —respondió Ploy al teléfono.

—¿Dónde estás? Estoy en nuestra habitación —preguntó Minho, preocupado.

—Estoy en la habitación de una amiga. Estuvimos haciendo un informe hasta el amanecer —respondió Ploy, con voz cansada.

—¿Quieres que vaya a recogerte? —ofreció Minho, en tono amable.

—Puedo ir a casa sola —dijo Ploy, sin mucha emoción.

—Entiendo, por favor cuídate, estoy preocupado por ti —concluyó Minho, suspirando.

...

Por otro lado, Han seguía en su cama, perdido en sus pensamientos, incapaz de olvidar lo que vio la noche anterior.

**Flashback**

Han y Minho estaban en el estacionamiento, frente a la moto de Minho. Han estaba a punto de subirse cuando giró la cabeza y vio a la novia de Minho subiendo a un auto con otro chico.

—¿Sucede algo? —preguntó Minho, notando la expresión de Han.

—No es nada —respondió Han, evitando mirarlo.

**Fin del Flashback**

...

Han estaba afuera del edificio, listo para irse a la universidad, cuando Minho apareció en su moto.

—¿Quieres que te lleve? —ofreció Minho, sonriendo.

—¿Qué hay de Ploy? —preguntó Han, con cautela.

—Ella puede arreglárselas. ¿Vienes o no? —respondió Minho, restándole importancia.

—No, gracias, prefiero tomar un taxi —insistió Han, intentando sonar firme.

—No te hagas el difícil, solo sube —dijo Minho, impaciente.

—Dije que no —replicó Han, cruzando los brazos.

—Entonces, si tú no vienes, yo tampoco iré —amenazó Minho, apagando el motor de la moto.

Antes de que Minho pudiera cumplir su amenaza, Han se subió rápidamente, haciendo que Minho arrancara con una sonrisa en su rostro. Llegaron a la universidad en poco tiempo.

—Estoy hambriento, ¿y tú? —preguntó Minho, mientras bajaban de la moto.

—Un poco —admitió Han.

—Entonces...

—Pero ya quedé con mis amigos, así que nos vemos —interrumpió Han, alejándose.

...

Han se encontraba en la cafetería, comiendo solo, mientras su mente divagaba. De repente, vio a Minho sentarse frente a él, trayendo dos bebidas.

—Compré esto para ti, para reconfortarte por haberte quedado plantado y comiendo solo. Me das dolor de cabeza... un minuto eres un buen chico y al siguiente eres un tipo rudo. No puedo ni adivinar lo que estás pensando —dijo Minho, entregándole la bebida.

—¿Quién quiere que adivines lo que pienso? —respondió Han, sin mirarlo.

—¿Por qué no puedo hacerlo? Ya que somos... —Minho estaba a punto de terminar la frase, pero fue interrumpido por una llamada de su novia, que contestó de inmediato.

Mientras Minho hablaba con su novia, Han se distrajo separando el ajo del arroz en el plato de Minho, sin darse cuenta de cuándo había terminado la llamada.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Minho, mirándolo con curiosidad.

—Nada, solo jugando —respondió Han, sin levantar la vista.

—¿Es porque sabes que no me gusta el ajo? Entonces lo haces por mí, eres tan lindo —dijo Minho, acariciando la mejilla de Han.

Pero Han retiró bruscamente la mano de Minho y lo miró con enojo.

—Deja de hacer eso y deja de inventar excusas para hablar conmigo. ¿Por qué estás haciendo esto? No somos nada —dijo Han, con voz firme.

—Pero hicimos aquello... —comenzó a decir Minho, intentando justificar sus acciones.

—Hyung, solo fue eso. Si te sientes tan responsable, no lo hagas. Las personas están juntas por amor, no por responsabilidad. ¿Necesito repetírtelo? Soy la persona que persigue a tu amigo, y tú me odias. Ahora... dejé de seguir a tu amigo, deberías dejar de seguirme también —dijo Han, con tono cortante.

—¿En serio? ¿Realmente me ves de esa forma? Respóndeme cuando te pregunte —insistió Minho, visiblemente dolido.

—Para mí, solo eres un hyung —respondió Han, levantándose de la mesa.

Sin decir más, Han tomó su mochila y se fue, dejando a Minho solo.