Capítulo 14

3.1K 187 7
                                    

Mi respiración se agita mientras, con suma calma, trato de mantener la poca cordura que aún habita en mi sistema, la cual es demasiado escasa como para que el mundo quede intacto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi respiración se agita mientras, con suma calma, trato de mantener la poca cordura que aún habita en mi sistema, la cual es demasiado escasa como para que el mundo quede intacto. Hay que saber reconocer debilidades y fortalezas, y aunque me considero un hombre capaz, al igual que eficaz, carezco de paciencia, odio perder el tiempo, que me tomen de idiota y principalmente detesto que toquen lo que es mío. Llámenme egoísta o alguna de esas mierdas, no me importa sonar como un maldito posesivo, detesto que lo hagan, no lo soporto, me enferma y ahora mismo que se metan con mi dinero y mi imperio no me gusta una puta mierda.

Me he esforzado toda mi jodida vida para poder ser el gobernante de la mafia más grande del continente Europeo y esa es la maldita mafia Roja, de la cual soy Boss, pero hace bastante los eslabones de esta estructura jerárquica de mafias están jodiéndome con sus mierdas de querer ser seres superiores y obtener el puesto que yo tengo, pero eso no sucederá. No lo permitiré, he matado, sacrificado y di ofrendas suficientes para merecerme este puesto. Puse mi sudor y sangre para que hombres ambiciosos traten de quitarme lo que me pertenece, no tan legítimamente, pero he roto los suficientes cráneos para ser el heredero perfecto del puesto. Y sin importar que debía sacrificar, lo pienso hacer, si eso me asegura que mi mafia va a subsistir.

Me acerco a ese hombre moribundo y que está dando sus últimos suspiros, ya que de su boca no para de salir sangre, porque todos sus dientes fueron arrancados, tanto como sus uñas y dedos de sus manos y de sus pies. Lo miró sin emoción alguna, tan solo visualizo mi propia creación.

No por nada me dicen monstruo.

Lo dicen por mis acciones, mi forma de dirigir la mafia y principalmente por mi apariencia, aquella que tanto asco da y con motivos, es repulsiva, horrenda y digna de ser algo grotesco. Siempre fue así y lo entiendo, sé el monstruo que soy y no me importa.

El hombre levanta su mirada mirándome como todos lo hacen. Con repudio y asco. Solo eso causaba en las personas y si no me conocían solo hacían preguntas sin parar sobre porque oculto mi apariencia detrás de una máscara, me daban ganas de matar cuando eso sucedía. Odiaba que me lo preguntaran, pero siempre sucedía. Excepto por una rubia de ojos cielo que jamás lo hizo.

—Eres el peor monstruo que existe en este mundo—comentó aquel topo infiltrado entre mi gente—por eso te morirás solo y sin amor, porque no lo mereces en lo absoluto.

Todos mis pensamientos mueren con eso. No sentía tristeza ni ira ante sus palabras. Eran verdades que hace mucho tiempo acepté, o más bien, me hicieron entender a la fuerza, pero no necesitaba compañía ni mucho menos amor, jamás en la vida crecí con eso y no creo necesitarlo. No necesito amigos, familia ni mucho menos pareja, aunque después de todo, nadie querría serlo de alguien como yo. Soy un ser despiadado que no merece nada en este mundo más que sufrimiento, soledad y desprecio de todo aquel que me rodea. Eso lo tenía bien claro y no pensaba contradecirlo.

—Suena como un plan jodidamente perfecto—sonreí ante ello—me importa una mierda lo que menciones, así que mejor gasta tus últimas palabras en algo útil y dime para quién cojones trabajas.

The Monster © [+18] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora