Suspiré mientras me abrazaba a mi misma y me reconfortaba en la comodidad de mi suéter, a la vez que veía cómo subían mis maletas al Jet Privado de mi padre.
Todo esto me parecía una locura, hace tan solo horas estaba en medio de un mundo de miradas y aplausos, pero ahora estaba viendo como mi último verano está siendo llevado al medio de una helada realmente horrible.
Me dolió despedirme de Lila hace horas, ya que sabía que era demasiado temprano y estaría cansada luego de lo de anoche, inclusive yo lo estaba, y también me dolió despedirme de toda la servidumbre, porque después de todo a ellos tampoco los vería por un tiempo y realmente los extrañaría, ya que son como mi familia.
—Ya se encuentra todo listo, cielo—avisó mi padre y despidiéndome del calor me subí al Jet sin quejas.
Me senté en uno de los asientos más alejados y solitarios mientras bostezaba, ya que anoche no pude dormir mucho y estaba realmente cansada, aunque el viaje no sería demasiado largo, solo duraría unas cinco horas, que usaría de igual forma para dormir lo más posible, ya que mi padre me había informado que en la noche deberemos de asistir a una fiesta muy importante en donde se reunirán todos los socios, por lo cual debemos de asistir y dar una buena imagen, o eso es lo que me dijo él.
Suspiré mientras que subían al menos cinco hombres en traje que eran los guardaespaldas que mi padre tenía desde que tengo memoria, sabía que Marzena también los tenía e inclusive yo también, solo que estaban en las sombras para que no los notarán, era lo único que le pedí a mi padre cuando ya comenzaba a ser raro que dos hombres me acompañaran hacía todos lados.
Jamás entendí la obsesión de protegernos tanto, quizás entendía muchas restricciones que yo tenía a la hora de hacer mi vida por lo sucedido con mi madre, pero siempre fue un poco exagerado a la hora de alejarnos del peligro, aunque lo entendía porque ni siquiera todos sus afanes pudieron proteger a mi madre, aunque nunca entendí quien querría hacerle daño a una mujer como esa, sabiendo que era la persona más dulce y bondadosa de la tierra, incluso a veces soñaba con parecerme un poco a ella, pero no sé si lo hacía, aunque mi padre siempre me repetía que era la viva imagen de ella por mi cabello rubio y mis ojos azulados con tonos celestes.
Suspire finalmente cuando todos estuvieron listos y el despegue comenzó, haciéndome cerrar los ojos por el inmenso pánico que me inundaba, tanto que incluso enterré mis uñas hechas en el apoya brazos del avión, y solo pude volverlos a abrir cuando se estabilizó en el aire y asentí ante la preocupada mirada de mi padre indicándole que todo estaba bien.
Jamás me había gustado volar y si bien odiaba el despegar detestaba aún más el aterrizar, por lo cual cerré los ojos intentando relajarme y así dormir lo más posible para evitar estar despierta cuando lleguemos e incluso poder descansar para la fiesta de hoy por la noche.
De igual forma, casi sin darme cuenta gracias al cansancio que me dejo el baile de graduación, caí rendida en los brazos de Morfeo sin remedio alguno.
ESTÁS LEYENDO
The Monster © [+18] ✔
RomanceLibro I de la Bilogía la Debilidad del Diablo: The Monster. [COMPLETA] Elaia Sikora es hija de uno de los mafiosos más importantes en Polonia, sin embargo, ella poco está enterada de este mundo y se ve a la hora de actuar de esa manera dulce y amoro...