𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗲: 𝘕𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘰𝘱𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥.

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Todos amanecían en el coche, al parecer habían sobrevivido aquella noche

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Todos amanecían en el coche, al parecer habían sobrevivido aquella noche.

— ¡ESTAMOS VIVOS! -Gritó cierta libreta, despertando a los demás.

— Buenos días a ti también, Paige. -Dijo David, sobandose los ojos.

— ª- perdón... La emoción del momento jsjs... -

Todos estaban despiertos, más algunos preferirían no estarlo, por ejemplo; Colin.

Este mantenía la cabeza apoyada en el hombro de su pareja, la cual no se quejaba de nada, estaba encantado con la situación.

Los tortolitos tenían público; Larry, el cual se lamentaba internamente por no haberse puesto al lado de Shrignold. La lámpara iba a decir algo del estilo "Pagaos una habitación" o algo así, pero se contuvo y les dejó con su momento bonito, el cual contemplaba discretamente con una leve sonrisa.

Larry se sentía infinitamente feliz por su amigo, el cual no es que hubiera tenido la mejor suerte en el amor. Se sentía alegre de que por fin encontrara a ese "alguien especial".

— Muy bien chicos, bajémonos y desayunemos algo, porque no pienso conducir con el estómago vacío. -Ordenó el mayor, siendo obedecido por los demás.

Estaban en un lugar realmente bonito, era un campo con flores y los rayos del sol acariciaban a los maestros suavemente.

Era un ambiente tranquilo, estaban desayunando mientras compartían anécdotas suyas al estilo momentos humildes.

En eso, Shrignold se le acercó a Paige.

— Oye... ¿Podemos hablar? -Cuestionó el chico alado.

— Uh, está bien. -

Ambos se apartaron un poco del resto.

— Bien, ¿qué quieres? -Preguntó Paige.

— Bueno... Quiero disculparme por exagerar y molestarme contigo, tienes razón, soy solo un cobarde... -Dijo Shrignold, por sus antenas bajas, se podía notar que estaba triste y apenado. Paige lo notó.

— ¡Oh, n-no! Disculpame tú a mi por gritarte, no debí haberte hablado de esa forma... No eres un cobarde, al menos tú si tuviste las agallas de venir y disculparte.. -

— Es lo que debía hacer, no podía dejar que la angustia de no estar bien contigo me consumiera por dentro. Acepto tus disculpas, ¿aceptas tu las mías? -

— Claro que si. 😸 -Tras decir eso, ambos se dieron un dulce abrazo.

Sus parejas, Larry y Spinach, los miraban desde cierta distancia y con una sonrisa en la cara.

Aquella escena les recordaba a la vez que ellos se disculparon y se comenzaron a llevar bien con un abrazo. Bueno, ahora estaban siendo testigos de lo mismo pero con sus parejas.

Amor.. ¿extraño? // 𝐷𝑖𝑔𝑖𝑡𝑎𝑙𝑡𝑖𝑚𝑒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora