Capítulo 10: Al descubierto

18 7 1
                                    


T/N se despertó a la mañana siguiente con un dolor indescriptible por todo el cuerpo. Sentía que hasta respirar requería demasiados músculos. Recordó que la noche anterior se fue directa a su habitación, y pidió a una de las sirvientas que avisase de que no iba a cenar porque no tenía hambre y se sentía mal. Esperó no levantar sospechas, pero lo peor era que le habían avisado que hoy a primera hora tendría con Jungkook. 

No, ahí sí que se darían cuenta si no aparecía, y no quería acabar con el cerebro insertado de plomo. Tenía un par de horas antes de tener la clase, y antes tendría que ir a bajar a desayunar. Otra vez. Y no podía faltar aquí también. Así que tuvo la idea de tomarse unos analgésicos y algún antiinflamatorios. ¿Pero de dónde? No tenía en la habitación nada de eso, y tampoco quería pedir nada a las sirvientas, porque seguro habría alguna que se lo comunicaría a Namjoon y comenzarían a sospechar de nuevo.

Estaba gritando por dentro de dolor, frustración, impotencia, ganas de tirarse por la ventana y acabar con todo. Pero, decidió pensar un poco más y seguir sufriendo un día más en este mortal y sangriento mundo.

Se le ocurrió que podría bajar a la consulta de Jin antes de que desayunaran, y ver si encontraba algo. Se vistió con ropa oscura y bastante holgada, pues no quería que se le notase la rigidez con la que se movía. De esta manera, se lavó la cara con agua fría, y miró por última vez sus hematomas mal repartidos por sus brazos, piernas, espalda, abdomen y pecho. Algunas se habían quedado a medio camino entre verdosas y azuladas, mientras que otras tenían un color oscuro morado muy fuerte. Tenía algún rasguño también, pero era lo de menos.

Agradecía que pudiese seguir andando, que no le hubiesen roto ningún hueso todavía. Así que tomó una bocanada de aire y salió rápidamente de la habitación con la intención de no encontrarse a nadie. Bajó las escaleras y caminó por los pasillos hasta dar con la consulta. 

La puerta se encontraba cerrada, pero no con llave, así que pudo entrar sin ningún problema. las luces estaban apagadas, por lo que todavía no había llegado nadie antes. Buscó el interruptor con los dedos, y cuando sus ojos se adaptaron a la luz blanca de manicomio, se fijó en la camilla donde estuvieron haciendo experimentos el otro día. Tenía aún más sangre reseca que la última vez, y parecía ser como que hubiese algo en proceso. 

Pero decidió no entrometerse demasiado, y se dirigió a la estantería blanca de enfrente. Comenzó a abrir los armarios  de arriba y abajo, a rebuscar en los cajones, pero no encontró lo que buscaba. Quizás no estaban ahí, porque la sección de fármacos estaba localizada en otro lugar. Miró a su alrededor, y vio otra pequeña mesita con cajones, pero después de buscar no encontró nada.

Abrió la puerta que daba a la segunda habitación y encendió también las luces. Un olor muy desagradable le golpeó la nariz de repente, provocándole una arcada involuntaria. Se tapó la cara con el brazo, y miró a su alrededor para buscar la causa de aquella peste. Le recordaba al olor que dejan los mataderos, aunque no quiso dejar volar demasiado su imaginación. Había un par de congeladores enormes, y el rastro de gotitas color violáceo, tirando a marrón opaco. 

Se le pusieron los pelos de punta, recordando espontáneamente aquella clase que tuvo, cómo le chorreaba la sangre sobre los zapatos. Y se imaginó la posibilidad de que Jin le estuviese preparando lo verdaderamente interesante para abrir. Decidió salir de ahí, pues no le incumbía aquello, y esperaba no tener que incumbirle jamás. Solo quería unas pastillas para el dolor muscular, aunque acabó añadiendo dolor de estómago por las arcadas. 

Retrocedió un par de pasos, y chocó contra algo que previamente no estuvo ahí al entrar. Comenzó gritar desesperadamente, mientras el corazón paró y volvió a funcionar a mil por segundo. Pensó que se le había caído el corazón al suelo, e intentaba recuperarse, cuando miró hacia arriba y vio el rostro de Jin.

Little Swan [BTS x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora