Little Swan [BTS x Reader]

Capítulo 16: El límite

T/N no recordaba más que pequeños trozos aleatorios de momentos cortados en su cabeza. De alguna manera llegaron a la mansión, pero T/N ya estaba inconsciente aunque hubiese tratado con todas sus fuerzas de no desmayarse. Jungkook la llevó en brazos hasta la consulta de Jin, donde prepararon rápidamente la mesa quirúrgica y los utensilios. 

T/N de vez en cuando abría los ojos, pero solo veía destellos de luz. No sabía si eran las luces del quirófano de Jin, o eran las luces que uno veía cuando empezaba a irse para el otro mundo. 

Jin estuvo 5 horas metido dentro, mientras que Jungkook estaba esperando afuera. Los demás habían llegado conforme las noticias se habían dado a conocer, por lo que se encontraban todos  con los nervios a flor de piel. 

En un momento dado, Jin finalmente salió, mientras se quitaba la mascarilla y los guantes ensangrentados. 

–La operación ha salido bien. Le he conseguido extraer la bala sin problemas, y le he cosido la herida. 10 puntos. No ha afectado ningún ligamento importante, ni arteria. Tendrá que estar en reposo varios días porque ha perdido sangre, pero no ha sido letal. 

–Oh, por Dios, menos mal–dijo Jungkook, llevándose las manos a la cabeza–. ¡Joder! Esto ha sido todo por mi culpa e irresponsabilidad. Tenía que haber sido más precavido, tenía que haber anticipado que se habrían escondido y que...

Namjoon le interrumpió.

–No es tu culpa, Jungkook. Si lo fuese, te estaría pegando ahora mismo una paliza. Pero parece ser que uno de los que nos pasaba información de esta zona nos ha traicionado, y nos ha dado la información equivocada. Así que nadie se esperaba que esto sucediese–se llevó los dedos para apretar su entrecejo.

–¿Podemos entrar y verla?–preguntó Yoongi.

–Sí, adelante. Ahora le pediré a las sirvientas que me ayuden a llevarla a la habitación y cambiarla de ropa.

Cuando los chicos entraron en la sala, miraron todos con cierta frustración y culpabilidad la sangre derramada en el suelo, todas las gasas y papeles absorbentes llenos de sangre en una esquina, y el tubo que se encontraba proporcionando oxígeno a T/N. 

El monitor cardíaco mostraba las pulsaciones correctas y normales, mientras que se encontraba a la luz la pierna de T/N, recién cosida con los puntos y de color amarilla por los productos desinfectantes que habían sido aplicados durante la intervención.

–La anestesia le hará efecto unas horas más, pero hay que ir rotando para que alguien se quede con ella constantemente. No sabemos si puede haber alguna complicación posterior, así que tendremos que vigilarla 24/7–siguió explicando Jin, mientras cogía una fregona y comenzaba a limpiar la sangre del suelo.

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T/N tardó una semana en recuperar la consciencia, y otra en comenzar a caminar, aunque con dificultad y con ayuda de un par de muletas. Los chicos habían estado pendiente de ella todo el rato, y habían hecho lo posible por tratar de no hablar mucho del tema hasta que T/N lo considerase oportuno. 

De vez en cuando, alguno que se quedaba con ella por las noches tenía que despertarla porque estaba empapada en sudor y temblando debido a las pesadillas que tenía. Fueron cada vez menos frecuentes, pero no dejaban de estar presentes durante el tiempo de recuperación de T/N. 

Tardó un mes en volver a estar como nueva y, de hecho, Jin se sorprendió por la rapidez con la que se había recuperado. T/N se encontraba en su consulta de nuevo.

–T/N, estás mejor que nunca–dijo, mientras examinaba la cicatriz que comenzaba a formarse en el muslo. 

–Gracias a que eres un médico increíble–hizo, una pausa–. ¿Jin?