Las paredes de mi casa están llenas de cuadros que me regaló mi tío cuando me mudé. No hay pared que no tenga un cuadro o un adorno; lo cual es agradable para mí y mi novia. Hablando de ella, hoy es su cumpleaños y he faltado al trabajo para organizarle una pequeña fiesta sorpresa. Ya tengo casi todo listo, sólo me falta llamar a mi madre para que me de la receta de Ají de Pollo que tanto le gusta a mi novia. Recuerdo cuando comenzamos a salir y la invité a mi casa, ella se quedó maravillada con la comida de mi madre y, por ello, hoy quiero cocinar especialmente para ella.
En este momento ella está trabajando, ya que su jefa es muy estricta y no le dio el día libre. Cada vez que me habla de su jefa es como si describiera a la mismísima Cruela D'Vill. Lo extraño es que siempre recibo un buen trato por parte de la señora Carmela, lo cual no le agrada a mi novia. Ella piensa que su jefa quiere algo conmigo. Definitivamente, eso nunca va a pasar.
Aló mamá, ¿cómo estás? – Hola, hijo. Yo estoy bien. Y ahora más que tu hermano nos contrató una enfermera privada, la cual nos trata de maravilla. – Que gusto escuchar eso, mamá. – ¿Sucede algo, hijo? – Te llamaba para que me des tu receta de Ají de Pollo. – ¿Vas a cocinar por el cumpleaños de tu novia? – Si. – ¡Oh, qué bueno! ¡Qué bueno que la engrías de esa manera! – Es que ella se lo merece. – Mientras apunto la receta, mi madre me pregunta acerca del trabajo y la casa. Es agradable escuchar su voz tan alegre cuando habla conmigo. Recuerdo cuando subí a mi auto para mudarme. Ver esos ojos llenos de lágrimas me conmovieron, la abracé y lloré con ella prometiéndole que siempre la iba a llamar para que no se sienta triste. – No te olvides, solo mantenlo a fuego lento para que quede en su punto. – Ok, madre, estaremos en contacto. Salúdame a papá y a mi hermano. – Está bien, hijo. Que todo te salga bien y le das un abrazo de mi parte a tu novia. – Cuídate, mamá. Te quiero. – Escucho que cuelga el auricular, me quedo pensando un rato y luego sigo con mis quehaceres. Parezco el mismísimo Demonio de Tazmania dando vueltas por toda mi casa. Todo debe quedar de maravilla para ella.
Comienzo a pelar y picar los ingredientes. Pongo a hervir agua y enciendo la arrocera. Vaya que es un invento muy útil. Tardaría horas sin mi arrocera. Bueno, todo está listo en cuanto a la comida y, siguiendo el consejo de mi madre, dejaré la comida a fuego lento. ¡Uf! Estoy cansado, necesito un baño para relajarme. Me dirijo a la habitación, alisto mi ropa y me meto a la ducha. ¡Qué relajante! Es tan relajante como cuando fui a aquel centro de masajes luego de mi primera semana de trabajo. No hay mejor que esto. Salgo del agua, me seco y me pongo mi ropa limpia. ¡Oh por Dios! Olvidé envolver el regalo. Qué bueno que tengo papel de regalo. Le compré una cartera de cuero en una tienda de moda. Espero que le guste. Lo envuelvo rápidamente y lo dejo sobre la cama.
Solo me falta un último detalle: La música. No creo tener dificultades en seleccionar la música, ya que ella y yo tenemos los mismos gustos. Si mal no recuerdo, una de las tantas veces que hablamos por el Facebook nos dimos cuenta que éramos muy semejantes y que nos gustaban los mismos grupos musicales tales como Westlife y Backstreet Boys. A veces, cuando discutimos, a modo de disculpa, le canto fragmentos de las canciones que le gustan y, después de eso, nos amistamos. Es bueno conocer los gustos de tu pareja y cómo hacerla sentir bien.
Son las 6:25. En cinco minutos llega mi novia. Muevo un poco la comida y me dirijo a mi habitación. Esta vez me invade un sentimiento inusual. Abro los cajones del armario y encuentro un pequeño cofre cubierto de polvo. Lo soplo y luego comienzo a toser a causa de todo ese polvo. Lo abro. Está lleno de fotos que son de... El cofre cae al suelo produciendo un estruendoso sonido metálico para luego esparcir todas las fotos por los suelos. Recojo la que cayó cerca a los zapatos que me regaló mi papá el día de mi cumpleaños. Es la foto que me tomé el primer día de clases del 5° año de secundaria. No hay mucha diferencia entre mi rostro de cuando tenía 16 con el de ahora. Pero lo que llama la atención de mis ojos es el rostro de una persona que siempre voy a recordar: Natalia Paredes.
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Cartas de un joven enamorado
Romance¿Cómo decirle a una chica que estás enamorado de ella sin decírselo? Si bien el habla es una forma práctica de hacer entender lo que sentimos, muchas veces escribirlas es una mejor opción. Joaquín se verá envuelto en una serie de azares para lograr...