Ya eran las 8 de la noche y yo ya estaba listo para salir. Ya tenía puesta mi camisa blanca y mi corbata morada. Bajé a la sala y me puse mi saco, guarde la caja con la orquídea en mi bolsillo, me despedí de mis padres y salí para la casa de Jennifer. Cuando llegue a su casa, toqué la puerta y el señor Javier me hizo pasar. Me senté en el amplio sillón verde y esperé a que mi enamorada baje. – Estoy tan feliz que seas la pareja de mi hija, Joaquín. – ¿Por qué, señor? – Me dices por qué. Tú le has entregado todo tu amor a mi hija, la sabes respetar y eso me hace muy feliz. Eres un buen chico, Joaquín. Gracias por querer tanto a mi hija. – Yo también tengo que agradecerle, señor, por permitirme estar al lado de Jennifer. – De pronto, sentí que Jennifer bajaba las escaleras y me puse de pie para recibir a mi enamorada. – Hola, Joaquín. – Hola... Jennifer. – Jennifer llevaba puesto un vestido morado largo con falda acampanada y corcel recto con aplicaciones bordadas. Además, llevaba unos guantes morados de seda hasta el codo. Me acerqué a ella para darle un beso, pero ella me esquivó sonriendo. – Mi papá nos está mirando. – Descuida, hija. No me molesta que se besen delante de mí. – Ay, papá. – Jennifer me miró a los ojos y me besó. Saqué de mi bolsillo la pequeña caja con la orquídea y se la puse en la muñeca. – Gracias por acompañarme en este día. – De nada, amor. – Bueno, ¿nos vamos ya? – Claro que si, papá. – Salimos de la casa y abordamos el auto del señor Joaquín. Todo el camino estuvimos conversando acerca de qué haríamos en las vacaciones y le dije que aún no tenía nada planeado.
Llegamos al local y los amigos de Jennifer estaban allí esperándola. – Hola, Jennifer. Te ves hermosa. – Hola, Sofía. Gracias, amiga. Tú también te ves divina. Bueno... Creo que ya debemos entrar. – Entramos a la enorme sala principal y nos sentamos alrededor de las mesas. Luego, empezó la ceremonia y continuó con el baile. Nos pusimos de pie, tomé a Jennifer de la mano y la lleve a la pista de baile. La tome por la cintura y empezamos a danzar. – Nunca pensé que este día sería tan mágico. – Mientras tú estés conmigo, mis días siempre serán mágicos. – Te amo, Joaquín. – Era la primera vez que Jennifer me decía que me amaba. Siempre me había dicho que me quería, pero esta era la primera vez que me decía que me amaba. – Te amo, Jennifer. – Seguimos bailando y de rato en rato Jennifer jugaba con mi cabello o yo le acariciaba la espalda. Terminamos de bailar la coreografía que habíamos ensayado y retornamos a nuestros asientos.
Estuve cerca de 15 minutos sentado y después me fui al patio que había en la parte posterior. Me senté en el pasto y saqué mi celular. Quería hablar con José o Diego acerca de lo que estaba sucediendo, pero alguien me tapó los ojos. – ¿Qué haces, Joaquín? – Acerqué mis manos a mi cara y sentí una textura sedosa. – ¿Jennifer? – Jennifer me destapó los ojos y me llevó de la mano hasta unos asientos de madera. – ¿Estás bien, Joaquín? Te noto extraño. – No es nada. Sólo estaba pensando. – ¿En qué, amor? – En lo feliz que soy a tu lado. – Eres muy tierno, Joaquín. Yo también soy muy feliz a tu lado. Te amo, mi vida. – Jennifer me rodeo el cuello con sus brazos y me dio un cálido beso. – ¿Te estás divirtiendo? – Mientras este junto a ti, siempre la pasaré bien, Jennifer. – Espero que te diviertas mañana en tu fiesta de promoción. – Claro que sí, amor. – Jennifer se acercó a mí y me volvió a besar. Luego, me tomó de la mano y fuimos a la sala principal para bailar.
Recuerdo casi todas las canciones que bailamos, pero la que no voy a olvidar fue "Te voy a amar" de Axel. Estábamos conversando cuando Sofía, la amiga de Jennifer, se paró y se acercó donde el D.J. Cuando regresó, ella felicitó a Jennifer y a mí por nuestro aniversario de cinco meses. – No saben cuan feliz estoy por ustedes dos. Hacen una linda pareja. – Gracias, Sofi. Eres una gran amiga. – Bueno, les he preparado una pequeña sorpresita. – Sofía y su enamorado se pusieron de pie, y nos llevaron de la mano a la pista de baile. Cuando estuvimos allí, Sofía le hizo una señal al D.J. y este puso la canción. – Joaquín, ¿recuerdas esta canción? – Cómo olvidarla. Estaba escuchando esta canción cuando te pregunte si querías ser mi enamorada. – Te amo mucho, mi vida. – Y yo a ti, mi amor. – Como era de esperarse, todos los amigos de Jennifer comenzaron a decir a coro "beso, beso". – ¿Me regalas un beso, amor? – Claro que sí, Jennifer. – La rodeé por la cintura y le di un beso. Luego, Jennifer se apoyó sobre mi pecho y seguimos bailando.
Por un momento olvidé qué hora era y si el señor Javier no me llamaba a mi celular, hubiéramos salido más tarde. Creo que salimos del local a las 3 de la madrugada.
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Cartas de un joven enamorado
Romance¿Cómo decirle a una chica que estás enamorado de ella sin decírselo? Si bien el habla es una forma práctica de hacer entender lo que sentimos, muchas veces escribirlas es una mejor opción. Joaquín se verá envuelto en una serie de azares para lograr...