13. La Verdad

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   Como nos había dicho el director, nuestras clases comenzaron el día martes. Llegué temprano al colegio y, al entrar al salón vi a Esteban. – No creas que he olvidado lo que has hecho, Joaquín.Sólo te advierto que no quiero verte cerca de Natalia nunca más.Jajaja. Creo que olvidaste lo que me prometió Natalia durante el viaje. – Lo había olvidado. Natalia le prometió a Esteban que si él le pedía que sea su pareja en la fiesta de promoción, ella no se negaría. – Tu silencio me basta, Joaquín. Estaré toda la noche con ella y te veré sufrir en el día más especial de tu vida.Atrévete y verás. – Antes de que nos digamos algo más, Natalia entró en el salón. Ella nos miró y se sentó en su sitio delante de mí. Traté de calmarme y me senté. Luego de que notara que ya me había calmado, Natalia me comenzó a hacer una serie de preguntas mientras el resto de mis compañeros y amigos llegaban. – ¿Te gusta la Literatura, Joaquín?¿Por qué preguntas, Nati?Sólo respóndeme. Por favor.Bueno... No es uno de mis cursos favoritos, pero se podría decir que sí.A ya... Y, ¿qué tipo de movimiento literario te gusta más?Creo que el romanticismo italiano es el más interesante para mí. Ok... ¿Te gusta escribir poemas?¿A dónde quieres llegar con este interrogatorio? Bueno... Si he compuesto algunos poemas, pero no me considero un gran poeta.Y, ¿escribirías algo para mí?Sólo si tú me lo pides. – Pude notar que sus mejillas se estaban poniendo rojas. Ella se volteó y comenzó a hablar con Yazmín. Yo me puse a conversar con Diego y José. A los pocos minutos, entró el profesor de Trigonometría y comenzamos la clase.

   Si yo pensaba que Natalia estaba actuando un poco rara durante el último día del viaje, toda esa semana estuvo doblemente rara: Se sentaba a mi lado cuando conversaba con mis amigos, me acompañaba todo el trayecto hasta mi casa. Pero lo más raro fue cuando me hizo escribir todo un alfabeto en una hoja. Según ella, era para ver que tan bonita era mi letra. A mi parecer, mi letra no es tan agraciada, pero si es ordenada. Me hubiera gustado tener mi cuaderno para escribir todo lo que iba sucediendo durante estos días.

   Llegó el viernes. Cuando entré al salón, las cosas de Natalia ya estaban en su sitio y en mi carpeta estaba mi cuaderno. No podía creerlo. Había recuperado mi más preciado bien. Pero, en ese momento, me invadieron varias dudas: ¿Ella lo tenía? ¿Por qué lo tenía? ¿Lo habrá leído? ¿Sabrá que escribí para ella? ¿Qué sentirá por mí ahora: amor, odio? Todo eso daba vueltas en mi cabeza. Me acerqué a la ventana del salón y ella se apareció por detrás de mí y me abrazó. – Nunca pensé que harías algo así.¿De qué me estás hablando?Por eso, no querías que este con Esteban. Por eso, me sentía tan culpable. Por eso me abrazaste ese día que salimos en grupo. Por eso golpeaste a Esteban en el recreo. Y, por eso me besaste en el parque.¿Leíste mi cuaderno, Natalia?Se te cayó durante el viaje y no pude devolvértelo. Toda esta semana lo quise hacer, pero la curiosidad de mataba. Discúlpame por haberlo leído.No te preocupes. Ahora ya sabes lo que realmente siento por ti. Pero, yo no puedo estar contigo.¿Por qué?Tuve todas las intenciones de amarte, pero con lo de Esteban, te borré de mi mente. Ahora, todo esos sentimientos están volviendo y ya no quiero sentirme igual.Eso quiere decir que no quieres estar conmigo.Perdóname, pero no.Está bien... Te entiendo. – Dejó de abrazarme y se fue a sentar a su sitio. Llegaron más de mis compañeros y después llegó Yazmín. No sé de qué hablaron, pero, de rato en rato, Yazmín me miraba con cara de asombro. Finalmente, llegó Jenny y le conté todo lo sucedido. – No lo puedo creer.Pues créelo.Y, ¿no vas a hacer nada ahora que ella sabe todo?Como le dije a ella, no voy a hacer nada. Ya abandoné mis sentimientos por ella una vez, lo puedo hacer dos veces. Bueno... Eso es cosa tuya. – La clase de Historia empezó. Me senté en mi carpeta y traté de que mi mente no pensara en ella. Cuando estuve en mi casa, fui a mi cuarto y abrí mi cuaderno de cartas para escribir. No esperaba que Natalia haya escrito una carta para mí.

   Querido Joaquín:

   Sin duda eres la persona más atenta que conozco. Gracias por esta a mi lado cuando más te necesitaba. Ahora ya entendí por qué te molestabas conmigo: Era porque estabas celoso. Siempre me sentía culpable y no entendía el porqué. Con las dulces palabras que has escrito para mí, me he dado cuenta que había cometido un grave error: Enamorarme del chico incorrecto, cuando tú siempre has estado a mi lado. Déjame decirte que me gustaría que fueses mi enamorado y, así, poder corresponder a tan bellos sentimientos.

   Estaba completamente asombrado. Sus palabras eran tan claras y bellas como el mar. Ahora, toda idea que tenía acerca de sus sentimientos se había solidificado, mas ya había renunciado a ella. Tenía que decirle la verdad.

   El día lunes, ella no vino a clases, así que tuve que esperar. Durante el recreo, Yazmín conversó conmigo acerca de Natalia. – ¿Quieres saber que pasó realmente cuando Natalia y yo nos quedamos en nuestro cuarto el día del viaje?¿Qué fue lo que pasó?Natalia se puso a llorar por lo que pasó con Esteban, pero, en parte, sus lágrimas fueron de felicidad, pues se dio cuenta de lo que sientes por ella. También me contó lo del abrazo y lo del parque. A mí, me pareció muy romántico.Vaya. No sé qué decirte.Joaquín, no desperdicies esta oportunidad. Natalia te quiere mucho. Hay confianza entre ustedes dos, aparte de una sólida amistad.Lo siento, Yazmín. No puedo entablar una relación con ella.Pero, ¿por qué?No quiero hablar del asunto. – En el momento preciso, la campana del recreo sonó y me fui directo al salón.

   Al día siguiente, Natalia no vino. A decir verdad, ella faltó toda la semana. Así que, el día sábado, fue a mi casa para ponerse al día. – ¿No crees que era mejor idea sacarle copia a mis cuadernos?De esa forma no hubiera podido pasar un tiempo contigoOk. Está bien.Listo, terminé. Si que era bastante.Es lógico que sea bastante. La próxima semana empiezan los exámenes.¿Qué te parece si me explicas los últimos temas?Bueno.¿Estaría bien si vamos a tu cuarto?¿Qué?Ya pues, por favor. Me gustaría conocerlo.Ok. – Agarré mis cuadernos y los de ella y fuimos a mi cuarto. Por suerte, estaba ordenado. Usualmente, mi ropa está en mi cama y las cosas de música de mi hermano están por todas partes. – ¿Dónde está tu hermano?Tuvo una presentación en su escuela de música. Mi mamá y mi papá fueron a acompañarlo.¿Eso quiere decir que estamos solos?Eh, sí. Bueno, empecemos a estudiar. – Comenzamos con un poco de matemáticas y, después, algo de química. De rato en rato, Natalia me miraba fijamente o me sonreía de la nada. Pero, lo que más me incómodo fue cuando estábamos estudiando anatomía. Teníamos que estudiar los músculos de la cara y ella los comenzó a mencionar mientras tocaba dichos músculos en mi rostro. Mas, cuando iba a señalar los músculos de los labios, dejó el libro en mi cama y me quedó mirando. Lentamente, fuimos acercándonos, pero yo me hice a un lado. – ¿Qué pasa, Joaquín?Lo siento, Natalia, pero no puedo hacerlo. Durante el viaje, Esteban me dijo que él estaba contigo porque sabía que a mí me gustabas. Estaba contigo sólo para verme sufrir. Y no puedo borrar de mi mente que tú tuviste que sufrir por causa mía. Lo siento, Natalia, pero debo pedirte que te vayas.Pero, Joaquín...Por favor, Natalia.E... Está bien. – Recogió sus cosas y la acompañé hasta la puerta de mi casa. Abrí la puerta y le di un beso en la mejilla. Cuando salió de mi casa, volví a mi cuarto y me lancé a mi cama. No sabía por qué me sentía mal. Creo que mis sentimientos por Natalia habían vuelto definitivamente. Por primera vez, no quise escribir nada de lo sucedido en mi cuaderno.

Cartas de un joven enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora