A las 10 de la noche, estábamos ingresando a la discoteca "Caos Diversión", una de las mejores discotecas del Cusco que estaba ubicada a dos cuadras de la Plaza de Armas. El ambiente era espléndido: Habían luces, barra, extranjeros, etc. Debido a que nuestros profesores estaban cuidándonos, no pudimos probar gota de licor, salvo del "Cuba Libre" que nos dieron de cortesía. – Oye, Joaquín, ¿no decías que no estabas emocionado por el viaje? – Creo que me equivoqué, Gustavo. – Bueno, amigo, a divertirse. – La noche comenzó con un poco de música tecno y después pusieron unas cuantas canciones de salsa. No recuerdo haberme divertido tanto como ese día. – ¿Quieres bailar? – Claro, Joaquín. – Tome de la mano a Natalia y la llevé a la pista de baile. Allí, también estaban César con Roxana, Sandro con Lucía y Diego con Yazmín. – ¿Te estás divirtiendo, Natalia? – Nunca pensé conocer a personas como ustedes, en especial a ti. – Por favor, ni que fuera tan especial. – No me respondió, solo se apoyó en mi pecho y seguimos bailando. Al terminar la canción, Esteban se acercó a nosotros y tomó a Natalia del brazo. – ¿Me permites bailar con mi enamorada? – Me alejé de ellos y me fui a sentar cerca del grupo de Ricardo. Me daba tanta cólera ver a Esteban cerca de Natalia luego de enterarme que él no la amaba. Quería decirle a Natalia lo que sabía, pero no le quería arruinar el viaje.
Estuvimos cerca de una hora y media en la discoteca. En ese tiempo me di cuenta que Natalia estaba enamorada de Esteban y que darle la noticia de su infidelidad podría provocar dos cosas: Que me odie por creer que es una mentira o que no quiera volver a enamorarse para evitar ser lastimada. De todas maneras, yo iba a salir perdiendo. Así que decidí tragarme la verdad y esperar que las cosas sucedan por causa natural. – Oye, ¿aún estás despierto? – Si, José. No puedo dormir. Tengo tantas cosas dando vueltas en mi cabeza... – ¿Es acerca de ella? – Oigan, ¿ya quieren dormir? Mañana hay muchas cosas que hacer. Así que, hagan silencio. – Había olvidado que Esteban estaba durmiendo en la parte de abajo del camarote. Antes de cerrar mis ojos, revisé mi maleta para buscar el cargador de mi celular y me llevé con la sorpresa de que en el interior estaba mi cuaderno de cartas. No sabía cómo había llegado hasta allí. Seguro lo había metido al guardar mi ropa. Bueno, ya era tarde, así que me dormí.
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Cartas de un joven enamorado
Romance¿Cómo decirle a una chica que estás enamorado de ella sin decírselo? Si bien el habla es una forma práctica de hacer entender lo que sentimos, muchas veces escribirlas es una mejor opción. Joaquín se verá envuelto en una serie de azares para lograr...