14. El Secreto

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   Las semanas pasaron al igual que los exámenes mensuales. También, durante este tiempo, Natalia ya no estaba tan pegada a mí, pero algo me decía que ella se estaba conteniendo. De igual forma, yo también estaba ocultando un gran secreto y no sabía si decírselo o no. Los días siguieron su curso y, como todo secreto, se llegó a descubrir.

   Estaba sentado en una banca del parque cerca a mi casa, cuando de pronto, Natalia se apareció por mi espalda y me tapo los ojos. – ¿Quién soy?Pues... No sé.Hola, Joaquín.Oh. Hola, Natalia. ¿Qué haces por aquí?Salí a caminar un rato. Esta semana ha sido muy estresante para mí y necesitaba relajarme. Y, ¿tú?Eh... ¿Yo? Este... Salí a tomar aire.No me mientas. – Natalia puso sus manos sobre las mías y se acerco un poco a mí. – Sabes, creo que tienes razón acerca de nosotros dos.¿A qué te refieres?Han pasado tantas cosas entre nosotros que nos han unido más como amigos que como pareja. Al menos, yo te veía como un amigo y siempre tuve esa idea en mi mente hasta que leí lo que escribiste en tu cuaderno. Perdóname por no haberme dado cuenta de lo que sentías por mí.No te preocupes, Natalia. Si estamos destinados a ser amigos...Es que yo no quiero ser tu amiga. Quisiera ser más que una amiga para ti y que tú seas la primera persona que ame fuera de mi familia.No sé qué decirte, Natalia...Hola, Joaquín. – En ese instante giré mi cara y allí estaba Jennifer Ríos, mirándonos fijamente. – Hola, Jennifer.Tú debes ser... Natalia, ¿cierto?Sí.Mucho gusto. Me llamo Jennifer Ríos y soy la enamorada de Joaquín. Él me ha hablado muchas cosas de ti y veo que eres una buena amiga de él.¿Eres su... enamorada?Natalia, este es el motivo por el que no podíamos ser enamorados. Yo ya estaba con Jennifer desde hace tres semanas.Bueno... En ese caso, creo que mejor los dejo solos.Ok, Natalia. Gusto de conocerte.Chau, chicos.Bueno, Joaquín. ¿Qué planes tenemos para hoy?Es una sorpresa. Pararé un taxi. – Toda esa tarde que estuve con Jennifer, no dejé de pensar en Natalia. Me hubiera gustado decirle las cosas de una manera más sutil, pero no se pudo.

   Cuando salí del cine, llevé a Jennifer a su casa, pero me pidió que me quedara. Llamé a mi casa para avisarles a mis papás para que no se preocuparan. Lo bueno era que mi papá es amigo del papá de Jennifer, y las veces que ella ha hecho reuniones en su casa, me he quedado hasta tarde. Una vez, me quedé hasta las 5 de la mañana junto con Diego, así que no habría problema si me quedaba hasta el día siguiente. – Hola, Joaquín. ¿Qué tal estuvo el cine?¿Cómo está señor Javier? El cine estuvo de maravilla.Papi, invité a Joaquín para que se quedara.¿Ya llamaste a tus padres?Sí, señor.Entonces, está bien. No se queden despiertos hasta tarde. Hija, haces que Joaquín duerma en el cuarto de huéspedes, ¿está claro?Está bien, papá.

   Jennifer es una chica muy tranquila, al igual que Natalia. Es muy bonita y siempre le gusta estar de buen humor. Gracias al cielo que no es celosa, sino se hubiera molestado con lo del parque. – Bueno, Jennifer, ¿Qué quieres hacer?Sentémonos en el sillón.Está bien. – Nos acercamos al sillón y ella se sentó pegada al brazo de éste. –Ven, échate con tu cabeza apoyada en mis piernas.Ok. – Me acerqué de forma pausada y me eché. – Has estado tenso toda esta semana, seguro que el colegio está cada vez más estresante que cuando me fui.No tienes idea.Quiero que me respondas algo con toda sinceridad.Adelante, pregúntame.¿Estuviste pensando en ella? – Rápidamente, me senté y la miré a los ojos. – Respóndeme con la verdad. Sabes que no soy celosa, así que no me enojaré contigo.Estuve pensando en lo que sucedió hoy en parque. Yo quería decirle de lo nuestro de una forma más suave, pero no puede.Deberías hablar con ella. Eso les hará bien a ambos.Gracias, amor. No sabes cuánto te quiero. – Jennifer se acercó a mí y me dio un cálido beso. Estuvimos así durante un buen rato hasta que sonó mi celular. Era un mensaje de Yazmín diciéndome que quería hablar conmigo. Al parecer, Natalia le había contado a Yazmín acerca de lo sucedido en el parque. – Amor, creo que ya me voy a dormir.Está bien, Jennifer. Que descanses.Apagas la luz cuando te vayas a dormir. La sábana y la colcha están en el ropero.Ok.Duerme bien y sueña conmigo.Eso haré, amor. – Vi que Jennifer se metía por el corredor y escuché cerrarse la puerta de su cuarto. Habré estado una hora sentado en la sala y después me fui a dormir.

   A la mañana siguiente, sentí en la cama la presencia de alguien, así que me levante deprisa. – Hola, amor.¡Jennifer! ¿Desde qué hora estás aquí? ¿Qué hora es?Tranquilo. Mi papá me dijo que te despertara. Son las 10 de la mañana. Por cierto, tu mamá llamó a las 9 diciendo que no demores en llegar a tu casa.Ok, gracias.¿Te quedas a tomar desayuno?Claro. – Después de tomar desayuno con la familia de mi enamorada, me dirigí a mi casa. Cuando llegué, mi mamá me saludó y me dijo que Natalia me había llamado, pero que no dejó ningún recado. Bueno, si quería hablar conmigo, sería en el colegio. Subí a mi cuarto y prendí la laptop para entrar a Facebook. Lamentablemente, Jennifer no estaba conectada, pero Natalia sí. – Hola, Nati.Hola, Joaquín.¿Cómo estás?Bien.Oye... No sé cómo explicarte lo que pasó ayer.No tienes que darme explicación alguna.Jennifer me dijo que tenía que hablar contigo acerca de esto.Ya te dije que no me des ninguna explicación. Entiendo perfectamente lo que está pasando.Está bien. – Al instante que mandé este mensaje, ella se desconectó. Intenté llamarla, pero no me contestaba.

   Al siguiente día, todo estuvo bien entre Natalia y yo, pero los que me invadieron de preguntas fueron Yazmín y Diego. – ¿Estás con Jennifer Ríos?Si.Y, ¿desde cuándo?Ya vamos tres semanas.¿Y no nos pensabas contar?Claro que se los iba a decir, Diego, sólo que no encontraba ni el lugar ni el momento. – De repente, Natalia se acercó e irrumpió en la conversación. – Yazmín, basta. Deja que Joaquín viva su vida. Eso no es asunto de ninguno de nosotros.Está bien, Nati. – Yazmín y Diego se pararon y se fueron a otro lado del patio. Natalia se quedó sentada junto a mí y luego me miró fijamente. – ¿Cómo fue que sucedió? Hasta dónde tenía entendido, tú y ella ya no se hablaban y tú querías olvidarte completamente de ella.¿No que esto no es asunto de nadie más?Por favor, Joaquín, respóndeme.Está bien. Después del viaje de promoción, la volví a ver en el parque y nos pusimos a conversar acerca de lo tontos que fuimos al tratar de acabar con nuestra amistad. Luego, hablamos sobre nuestras vidas sentimentales y nos dimos cuenta que teníamos mucho en común. Al final, le pregunté si quería ser mi enamorada y ella aceptó. – Natalia se quedó callada, agachó la cabeza y me dio una bofetada. El estruendo fue tal que todos los que estaban en el patio voltearon a vernos. Luego ella se paró y se alejó de mí.

   Los días fueron pasando. Cada vez, paraba más tiempo con Jennifer y menos tiempo con mis amigos, en especial con Natalia. En raras ocasiones, salía con José y Diego o iba a jugar fútbol con César y Miguel. Pero, lo que noté durante el transcurso de estos días es que Natalia si estaba enamorada de mí. Ahora tenía que decidir y no iba a ser nada sencillo.

Cartas de un joven enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora