Capítulo 5

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Ya pudo acostar a Hannah al fin en su cuarto, en su propia camita, arropándola, comenzó a cantar la dulce melodía que su madre alguna vez cantó para Harper.

Duerme mi niña, duerme para mí, duerme que yo velaré por tus sueños hasta que el amanecer esté en la ventana, eres mi abejita, mi luciérnaga en la oscuridad, te amo y siempre lo haré.

—Duerme amor mío. Mañana será un mejor y nuevo día.

Se levantó para apagar la luz pero la voz de Hannah la detuvo.

—Mami, ¿Te duele?

Harper se estremeció con la pregunta. Y sonrió hacia su hija, que la miraba con ojos enormes e inocentes, ojos grises, ojos como un día nublado antes del cielo despejado, hermosa como su sonrisa.

—No me duele nada, abejita, no tienes que temer, mami te escuchará si tienes alguna pesadilla.

La niña negó suavemente.

—Te ví cojear un poco cuando fuiste a buscarme a la escuela. ¿Te duele mucho?

Harper entonces supo que no iba a poder mentirle a su muy astuta hija.

—Solo un poco, abejita. Hoy salvé a un niño de un accidente, por eso me lastimé un poco. Se cayó un vidrio muy grande, y no pude dejar que él estuviese debajo.

—¿Y él está bien?—por eso Harper amaba a su Hannah, tenía un corazón tan enorme que aún así sin conocer al niño, se preocupaba por él.

—Sí, amor, él estaba bien.

—¿Y tú?

—¿Yo? Ya te dije que estoy bien, no tengo más que unos raspones y…

Hannah se acercó con rapidez y le tocó la mejilla lastimada, se había hinchado lo suficiente como para que una parte de su rostro pareciera un sapo con alergias, lo quiso desinflamar con hielo y una toalla, sin embargo no bajó lo suficiente para que su niña no se diera cuenta.

—¿Te lastimaste también el cachete?

Harper tuvo que morder con fuerza su mejilla interna para no volver a llorar.

—Así es, me caí de cara en el suelo, mañana estaré mucho mejor y tú también—le tocó la naricita y le guiñó el ojo—. Duerme, abejita. Te amo.

—Yo también te amo, mami.

Harper cerró la puerta con llave desde fuera y guardó esa llave con ella misma, solo ella puede entrar y salir de ahí. Solo ella puede estar en un cuarto sola con Hannah.

Al menos la habían llamado ese mismo día de PWC para confirmar que ya estaba siendo postulada para el puesto y que si tenía suerte, el trabajo era suyo. Eso fue suficiente para subirle al menos un por ciento el ánimo. Si tenía trabajo, tenía para juntar dinero y era su salida final de ese infierno.

Sin embargo, no escuchó lo que su niñita de cinco años, susurró a la oscuridad cuando ella salió del dormitorio.

—Por favor, Diosito, por favor te pido que mi mami y yo podamos irnos de aquí—sintió que le tembló el labio—. Ya no quiero que él le haga daño a mami. Por favor, Diosito, me portaré bien, haz que mami ya no llore en silencio.

Y con esa plegaria se durmió muy profundamente. Sin saber, que esa oración, sería escuchada por quien sabe quién, allá, más allá del Sol.

(....)

Brake Black es el CEO de la primera empresa en donde el gobierno mismo invierte y protege con uñas y dientes. Tiene fama, poder, conexiones, dinero a montones pero no es feliz.

Esposa por alquiler//BUENOVELA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora