Harper lo miró con los ojos un poco más abiertos de lo normal y balbuceó:—¿Quieres... quieres que vaya a una fiesta en lugar de a la cita pediátrica de Hannah? Mañana es sábado, recuerda que la pediatra dijo…
—No hay más remedio—la interrumpió con la clara irritación en su rostro—. Por Dios, Crom, ¿quieres que me despida de todas mis probabilidades de conseguir un ascenso solo por una estúpida cita de hospital? No es como que esa niña estuviera enferma, en cama o muriendo, ella está bien y está sana—crujió la mandíbula con un sonido asqueroso que a Hannah le revolvió el estómago—. Voy a ir a esa fiesta de reunión, y ten por seguro que no iré solo. Necesito una esposa y necesito que cause buena impresión a mis jefes y a los demás empresarios.
—No puedo —Harper dijo, más atónita que furiosa. No podía creer que la salud de su propia hija, de su abejita significara tan poco para él—. Necesito llevar a nuestra hija al hospital, Mark. Estoy segura de que tus jefes y cualquiera de esos empresarios lo entenderán si les explicas que…
—¿Nuestra hija? ¡Tú hija, Crom! ¡Tienes que elegir entre tu maldita hija o yo!—Tiró la lata de cerveza que traía en la mano, que rebotó en el borde del fregadero entre una explosión de espuma. Harper automáticamente giró la cabeza pendiente de Hannah—. ¿Quién te paga las facturas, Crom? ¿Quién mantiene un techo encima de tu cabeza y la de ella? ¿Quién paga ese maldito hospital y esa escuela? Yo. Nadie más que yo ha movido un dedo para ayudarnos. Y si no fuera por mí, no tendrías nada, no serías nada. Nadie quiere a una perra con una hija a cuestas. Todo lo que tienes es por mi, entonces harás lo que yo diga.
—¡No soy tu esclava y a mi hija la respetas!—Harper le gritó a su vez, roja de la ira. ¿Cómo se atreve? ¿Cómo es posible que no le importe en lo más mínimo?—. Tengo derecho de llevar a mi hija, enferma o no, al hospital junto a su pediatra que mañana ya la estará esperando y voy a...
—Inténtalo —sonrió el hombre, viniendo hacia su dirección en tres rápidas zancadas—. Inténtalo, Crom. No
tienes dinero y no dispones de ningún medio de movilidad para ir hasta allí—La sujetó de los brazos y la empujó con fuerza, Harper no pudiendo encontrar el equilibrio, retrocedió dando traspiés hasta chocar con la pared—. Nunca
entenderé cómo te las arreglaste para poder ingresar a una de las más prestigiosas universidades en la que estábamos, con lo estúpida que eres. Tú a nadie le importas una mierda, Crom. Y esa niña no hará absolutamente nada por ti cuando crezca, te dejará tirada apenas cumpla la mayoría de edad, te olvidará como basura, como lo hizo tu madre adicta. A ver si te entra de una vez en esa mollera tan dura que tienes.Harper le envió un correo electrónico a la doctora de Hannah diciéndole que no podía asistir con su abejita a la cita médica por problemas personales y le pidió por favor que pudiera reagendarla para un tiempo futuro.
Se abstuvo de explicarle explícitamente el motivo, y recibió una respuesta rápida diciendo que no había ningún problema y que la contactará pronto con la nueva fecha agendada para la cita médica.
Se puso ansiosa con lo que la doctora podría pensar de ella y de la ridícula excusa. Sea lo que sea que pudiera estar pensando de Harper como madre, sin embargo, seguro que no era nada comparado con las cosas que estaba pensando ella acerca de sí
misma.(....)
Ambos acudieron a la fiesta o reunión de ricos pululando sobre sus fortunas, dejando a su hija de cinco años, sola en la casa, durmiendo.
Claramente también pelearon por ese motivo, así que Harper tuvo que esforzarse mucho más esa vez con el maquillaje para tapar todo. No dejó de sonreír ni un solo segundo en todo el tiempo que estuvieron allí.
Para su consternación, todo el mundo la llamó Crom. Y llevó puesta una blusa de manga larga para ocultar que tenía los brazos llenos de moretones producto de los achuchones de su novio.
Ya estaban por irse, Mark dijo que tenía la vejiga llena por tantas cervezas que había bebido y que lo esperara en un costado del lugar, sin molestar a nadie y no llamar la atención de nadie tampoco para luego poder irse.
Harper casi agradeció a todos los dioses porque Mark pronunció primero el hecho de querer irse, estaba cansada, le dolían los pies por los tacones, la cara de tanto sonreír falsamente y actuar como una esposa trofeo, pero lo que más le dolía, era el hecho de que habían dejado sola a su abejita en la casa. Mark dijo que era una pérdida de dinero contratar una niñera por una sola noche en la cual, supuestamente Hannah se mantendría durmiendo y la niñera se ganaría unos 200 dólares prácticamente por hacer nada.
Mark Hisuth no perdía absolutamente ningún centavo en vano.
La preocupación la estaba devorando por dentro, no permitiéndole prestar atención a nada más que su hija, por lo que no escuchó al hombre que se acercó a ella y la empujó tras una puerta que estaba detrás de ella.
El pánico la invadió al sentir una mano gruesa, fría y enorme en su boca, impidiendo que pueda gritar y otra mano en su espalda, inmovilizándola en el lugar.
Recuerdos de Mark haciendo lo mismo con ella, usándola una y otra vez con fuerza y egoísmo vinieron a su mente, haciendo que su corazón lata en su pecho como el trote de un caballo agitado y casi comenzó a tener un ataque de pánico profundo y real.
No, no podía ser. No puede soportarlo de otra persona más…
Se removió, pateó y mordió intentando separarse y gritar, solo para que fuera abrazada y una voz apurada, ronca y masculina le susurrara en su oído:
—Tranquila, tranquila, no te apures. Soy yo, Brake Black.
Automáticamente su cuerpo dejó de luchar y se hundió en alivio al escuchar el familiar tono del hombre. Al menos, no es un desconocido.
Poco a poco el hombre la saltó y Harper pudo apreciarlo mejor.
Traje de Armani, hecho a medida que probablemente vale unos cuantos millones de dólares, más dinero de lo que jamás pudo ver, cabello recogido hacia atrás, pulcro y limpio. Rasgos filosos y ardientes mirándola de pies a cabeza.
—Harper, estás hermosa…
La oración fue interrumpida por la brusca inhalación de aire que el CEO tuvo que hacer al sentir el tacón alto pisando su pie.
—¡Esto fue por haberme hecho eso, idiota!
El CEO hizo una mueca y suspiró derrotado.
—Está bien, me lo merecía y siendo sincero me esperaba algo peor, como un golpe o algo…
Al escuchar la palabra "golpe" Harper recordó a su novio y el hecho de que en poco tiempo saldría del baño. Si no la encontraba cerca de la puerta…
Sin importarle el hombre frente a ella, quiso salir a toda prisa, cosa que Brake no permitió, ya que la acorraló contra la puerta.
Harper soltó un grito ahogado y lo trató de empujar, otra vez entrando en pánico y su cerebro entrando en cortocircuito.
—¡Basta, por favor! ¡No lo hagas de nuevo! ¡No me hagas daño!
El CEO automáticamente retrocedió aturdido.
¿Qué? ¿Qué estaba diciendo de repente su esposa alquilada?
Holaaa, espero que estén disfrutando de su día!! Recuerden que esta novela está mucho más adelantada en la plataforma "Buenovela", con el mismo nombre y si van ahí, además de disfrutar más capítulos, me están ayudando a pagar mis estudios como a mantener a mi familia ♥️♥️
Su escritora favorita ✨
RZ 🥰🫂
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Esposa por alquiler//BUENOVELA
RomanceEl CEO de Pure Wealth Corporation lo único que busca es crear una familia para finalmente ser feliz, tener hijos por docenas, una esposa amable, fuerte y valiente. ¿El problema? Vive en un país con déficit de natalidad y nadie es compatible con él...