Capítulo 7

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—Campeón, ¿Por qué estás tan temprano por aquí? ¿Y la escuela? ¿Pasó algo?

Edu, quién estaba jugando con los colores, hojas con brillos y tarareando, contestó sin prestarle toda su atención.

—La profesora dijo que hubo algún tipo de accidente y…

—¿Accidente? ¿Alguien se lastimó?

El niño bajó el color azul con el que estaba pintando el cielo y lo miró con las cejas fruncidas.

—No, títo, ya sabes, un accidente en el que no puedes hacer nada y…

Black sonrió.

—Querrás decir un incidente.

—¡Eso, eso!

Siguió dibujando como si esa conversación jamás hubiera ocurrido y menos hace máximo diez segundos atrás, dejando a su tío algo confundido por la falta de una conclusión. El CEO se golpeó la frente y giró los ojos. Al final su sobrino no le dijo lo que ocurrió en la escuela.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?—seguía sin mirarlo, pero aún así contestando a sus preguntas.

Black admiraba la capacidad de los jóvenes de hoy en día de poder enfocar sus atenciones o concentraciones en varias tareas a la vez. A él le era inmensamente imposible.

—¿El incidente…?

—¿Accidente? ¿Te lastimaste títo?

Dios santo. Brake tuvo que morderse el labio, no sabe si para evitar reírse del niño o para evitar soltar un gruñido de frustración.

—¿El incidente de la escuela por el cual saliste temprano y viniste con tu mami hasta aquí…?

—¡Oh, te refieres a eso!

Cambió el color del cielo sin dejar de tararear. Al CEO esa entonación le sonaba de algo pero no sabía exactamente de dónde.

—La profe tenía miedo de que comiéramos algo en mal estado, entonces nos mandó a casa a todos para que no vomitaramos todos juntos en aula—se encogió de hombros—. Yo creo que es porque no quiere limpiar vómito. Bueno, si fuera yo, tampoco querría limpiar vómito—dijo inocentemente.

—¿Alguien vomitó?—Black subió las cejas. Eso sí que no se lo esperaba.

—Uhum. Olía muy mal.

¿Olía muy…? Que asco.

—¿Y me vas a decir quién es?

—¡Mira títo, el perro que dibujé tiene la cola marrón y las orejas negras! ¡El gato es al revés!

Edu comenzó a reír histéricamente de algún tipo de chiste que solo él entendió y Black suspiró.

—Vale, es imposible quitarle información a un niño con tan poca atención como él.

Ahora pensaba ¿Cómo iba a lograrlo siendo él padre primerizo?

(...)

—¿Abejita, cómo te sientes ahora?

Su niña asintió con la cabeza, dándole a entender que estaba mejor, sin embargo, su rostro aún tenía las señales de descomposición por sentirse enferma.

—Mami lo siente mucho, pero ya llegaremos al trabajo y podrás sentarte hasta que termine de trabajar—le alisó el pelo con cariño—. Luego iremos a casa y te haré un té de manzanilla que te había recetado el médico por intoxicación alimentaria. Te pondré agua fresca en tu bebedero de Bob esponja y lo tomarás hasta que te sientes mejor ¿Vale?

La niña volvió a asentir y el corazón de Hannah se estrujó. Su hija era tan bien portada, tan sensata, tan buena y tan madura para su edad que Harper se daba asco a sí misma como persona y como madre. Una criatura de su edad no debería estar siempre en silencio por miedo a enfurecer a cualquiera, no tiene que aceptar todo lo que se le diga por el terror de ser abandonada y hasta sospecha que su hija no le reprocha o no le dice nada de los caprichos generales de un infante porque sospecha la situación en la que se encuentran ambas.

Harper entonces jura sacarla de ese mísero infierno hoy mismo. Ya nada de esperar, es ahora o nunca. Ya consiguió el trabajo de todos modos, solamente debe encontrar un alquiler con un pequeño dormitorio cerca de la oficina de Pure Wealth Corporation y listo.

Con los ahorros que tiene guardado, podrán sobrevivir ambas unos meses mientras le pagan su primer sueldo.

Cuando están a unas escasas cuadras de la empresa, su celular comienza a sonar como loco. Cambia de mano la mano de su hija, sin soltarla nunca por la calle y logra contestar finalmente.

—¿Si?

—¿Harper Meyers?

Una voz rica, tan profunda
que hubiese podido pertenecer al mismísimo diablo se oyó a través del teléfono. Casi sus piernas se doblaron y por arte de magia el celular no se le cayó de las manos.

—Ella…—carraspeó para sacarse el gallo que repentinamente vino a vivir en su garganta—. Con ella misma. ¿Quién es?

—Soy Brake Black y le estoy llamando para concertar una reunión con usted por el tema de que ha conseguido en PWC…

—¡Oh, es por el trabajo!—se animó de repente—. Claro, claro, ¿Qué ha pasado?

A Black le parecía muy raro que la mujer se refiera al contrato matrimonial como "trabajo" pero, ha escuchado de mujeres que vienen hasta su empresa con la esperanza de poder enlazarse con un hombre rico y no tener que trabajar nunca más, así que…¿Sí puede ser categorizado como una especie de trabajo, sin ser trabajo?

No le hizo caso. Que la mujer lo nombre como quiera, eso lo tiene sin cuidado.

Una esposa por alquiler, es una esposa por alquiler.

Sujetó bien la mano de su sobrino mientras iba saliendo del ascensor en la planta baja, con intenciones de ir junto a la recepcionista y tener más información de su futura esposa.

Edu hacía caras mientras fingía imitarlo.

—Necesito reunirme con usted, tenemos que ajustar los últimos detalles de los términos y condiciones…

—No hace para nada falta, ya firmé completo y…

—Sí, señorita, sin embargo ese es solo el formulario de inscripción al sistema, una vez que obtenga el "trabajo" por la cual ha aplicado debemos…

—Dios mío, no puedo entender nada de esa manera. ¿Está usted en la empresa PWC?

Al CEO eso le hizo gracia. Claro que lo está, ¿Quién más sino?

—Sí—no le iba a decir nada, a ver hasta dónde llegaban con esa conversación.

—¡Perfecto!—la mujer pareció usar un tono más aliviado luego—. Entonces nos veremos allí, yo también estoy llegando y cruzando las puertas…

Harper entró por la puerta de Blindex solo para encontrarse a escasos metros del niño a quien había salvado, agarrado del hombre más guapo, varonil y con los pectorales más grandes que había visto en su vida.

Sin embargo, su apreciación duró poco. La mirada del niño se iluminó en reconocimiento y gritó mientras se soltaba del hombre trajeado y corría hacia ella.

—¡Angel brillante!

Esposa por alquiler//BUENOVELA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora